El jardín, situado en el barrio de Wola, cerca del lugar en que surgió el Ghetto, nace de la colaboración entre la asociación Gariwo (http://www.gariwo.net) y el Comité para el Jardín de los Justos de Varsovia, constituido por el impulso de la condolencia de Tadeusz Mazowiecki – ex Primer Ministro polaco y uno de los fundadores de Solidarnosc – durante las celebraciones de la primera Jornada Europea de los Justos, el 6 de marzo de 2013.
Esta Jornada ha sido instituida, sobre la propuesta de Gariwo, gracias a la sinergia entre los europarlamentarios italianos y polacos que han involucrado a todo el Parlamento europeo.
Según explica a Aleteia Gabriele Nissim, presidente de Gariwo, “este jardín quiere ser una advertencia a Europa para que combata cualquier forma de racismo, cualquier ideología totalitaria. En el jardín de Varsovia serán honrados primero que nada aquellos que se han comprometido a salvar a los judíos durante la Shoah, en el país en que han sido construidos los campos y exterminada toda la comunidad judía. Y junto a ellos serán recordados todos aquellos que luchan contra los totalitarismos y para la prevención de los genocidios”.
Durante la ceremonia serán plantados los árboles con los pilares dedicados a:
- Marek Edelman, vicecomandante de la insurrección en el Ghetto de Varsovia, que ha dedicado la vida al compromiso civil a favor de los más débiles y en defensa de la libertad.
- Jan Karski, emisario del Estado clandestino polaco que ha intentado, en vano, dar a conocer al mundo el exterminio de los judíos.
- Magdalena Grodzka-Guzkowska, soldado del ejército clandestino polaco que ha salvado a muchos judíos del Ghetto.
- Tadeusz Mazowiecki, político que por protesta contra la pasividad del mundo ha perdido su cargo en la ONU en Bosnia-Herzegovina.
- Antonia Locatelli, misionera italiana que perdió la vida por denunciar el genocidio de los Tutsi en Ruanda.
- Anna Politkovskaja, periodista rusa asesinada por sus investigaciones sobre los horrores de la guerra en Chechenia.
“Plantar un árbol por estos hombres significa decir gracias y asumirse un compromiso personal para no olvidarlos y darlos a conocer a las futuras generaciones como un ejemplo de vida”, explica Gabriele Nissim.
“La gratitud hacia ellos se manifiesta de manera completa cuando los hombres de las generaciones sucesivas son capaces de emular sus acciones – subraya el presidente de Gariwo -. Cada hombre tiene, de hecho, la posibilidad de plantar un árbol para recordarlos no sólo en el jardín de su ciudad, sino a través de su conducta durante la vida. El árbol más resistente es de hecho el que vive en las ideas y en las acciones de otros hombres”.
“Cada ser humano puede, por lo tanto, regar el árbol de un hombre justo, cuando llena su vida con actos de generosidad, con el placer de decir la verdad, con la fuerza del perdón, con el gusto de hacer del bien a los demás y a los que más sufren”, concluye Nissim.
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