Me impresiona grandemente tener que desmantelar todo, es decir: dejarlo vacío. Hace poquito, en las celdas; ahora, en los claustros. ¡Qué de cosas hay que mover!
Y lo curioso es que, hasta ahora, todo eso ha formado parte de mi vida, ha sido el entorno en que se ha desarrollado lo que soy hasta hoy: aquel banco del claustro donde merendaba un bocadillo de queso cuando era novicia, aquel rincón donde pasé unos ejercicios espirituales para la Profesión estupendos, etc.
Sí, es hermoso, pero es historia. Hoy es todo nuevo, porque Cristo renueva cada día su Amor por mí y yo vivo de ese Amor de hoy. Por eso desmantelar a veces es bueno para ir archivando los preciosos recuerdos como lo que son, y acoger la Gracia fresca que ahora me regala Cristo.
Estos días, el Señor no deja de enseñarme que el lugar ayuda, pero la Fiesta se celebra en el corazón. Por eso hoy el reto del amor es desmantelar tu corazón: hoy en la oración da gracias a Cristo por todas las maravillas que ha hecho en tu vida, por todas las historias que ha ido escribiendo contigo, por todos tus recuerdos...
Dale gracias por el pasado, ¡y pídele vivir el presente! Hoy Cristo sale a tu encuentro. Pídele ojos para verle y... ¡disfruta de la historia que quiere escribir en este día contigo!
VIVE DE CRISTO
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