“Juntos oremos para que en Nicaragua la paz sea fruto de la justicia, que la reconstrucción de la confianza esté cimentada en acuerdos duraderos y respetados, con base a la verdad de los hechos, la reparación y la reinserción de las víctimas y sus familias”, dijo el Purpurado en un video publicado hoy en la cuenta de Facebook de la Arquidiócesis de Managua.
“¡María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!”, exhortó el Purpurado.
El pasado 11 de junio, el Cardenal señaló que los frutos dirán si la ley de amnistía aprobada por el Gobierno de Nicaragua ha sido buena o mala para el país.
La Asamblea Nacional, dominada por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), aprobó la Ley de Amnistía que, aunque ha permitido la excarcelación de un grupo de presos políticos, ha sido criticada por la oposición porque considera que también dará impunidad a los efectivos y paramilitares responsables de crímenes y de las detenciones arbitrarias ocurridas desde abril de 2018, cuando empezaron los protestas contra el régimen.
Como parte de una negociación con la opositora Alianza Cívica, el gobierno excarceló a más de 600 personas arrestadas en el marco de las protestas de 2018, pero unas 85 siguen presas.
Además, informó Deutsche Welle (DW), los excarcelados no han obtenido libertad definitiva ni sus juicios han sido anulados, lo que les impide volver a trabajar o a estudiar.
Sanciones a Ortega
De otro lado, las sanciones impuestas el 21 de junio por Canadá y Estados Unidos a funcionarios del presidente Daniel Ortega, incluida su esposa y vicemandataria Rosario Murillo, son una nueva "vuelta de tuerca” en las presiones externas sobre el gobierno de Nicaragua.
Están dirigidas, señala DW, a afectar las transacciones financieras de la familia gobernante, cuya fortuna se ha manejado en el más absoluto misterio.
"Es evidente que hay un gran malestar de Estados Unidos y de Canadá por el rumbo de las cosas en el país y el poco cumplimiento de Ortega a lo acordado en el diálogo, especialmente la liberación de los presos de conciencia”, declaró a DW el excanciller y exembajador nicaragüense en Washington, Francisco Aguirre Sacasa.
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