(ZENIT – 2 junio 2019).- El Papa Francisco afronta hoy su tercer y último día en Rumanía, su 30º viaje apostólico internacional, con dos de los principales celebraciones: la beatificación de los 7 obispos greco-católicos rumanos, torturados durante los años del régimen comunista, y el encuentro con la comunidad “Rom”, una rama de la etnia gitana, autóctona de Rumanía, es española llamada “romaní”.
En primer lugar, el Santo Padre llegará a Blaj, a las 10 horas (9 horas en Roma), y alrededor de las 10:25 horas estará en el estadio municipal de Blaj, desde donde se trasladará al Campo de la Libertad, situado a 3 kilómetros, donde presidirá la Divina Liturgia (por primera vez) para la beatificación de los nuevos mártires.
Después, sobre las 15:40 horas (14:40 horas en Roma), el Obispo de Roma visitará el barrio de Barbu Lautaru, donde residen los “Rom”, el barrio más antiguo de Blaj, bendecirá la nueva iglesia dedicada al beato Ioan Suciu, que el Papa proclamará hoy mismo mártir, en el Campo de la Libertad de Blaj.
Blaj
Blaj es una ciudad situada a 36 kilómetros de la ciudad de Alba Iulia, en el punto de encuentro entre los dos ríos Tarnava (Grande Tarnava y Pequeño Tarnava), cuenta con 20.600 habitantes.
En 1975 se hizo aquí la primera traducción católica al rumano de las Sagradas Escrituras, conocida como “La Biblia de Blaj” y reimpresa en 2000 por la Tipografía Vaticana.
Desde el punto de vista cultural e histórico, los académicos de la Escuela de Transilvania demostraron el origen latino de la lengua rumana y en Blaj se sentaron las bases para el uso del alfabeto latino y para la escritura etimológica en todas las publicaciones. y los libros rumanos.
Ciudad episcopal
El poeta rumano Eminescu llamó a la ciudad la “pequeña Roma”. Además, en Blaj, se han impreso importantes trabajos teológicos, históricos y lingüísticos que han dado forma a la conciencia nacional de los rumanos de Transilvania y han influido fuertemente en la vida política y cultural de las otras provincias históricas.
En 1737 la ciudad se convirtió en el centro de los católicos romanos de Transilvania, después del traslado de la sede episcopal de Fagaras a Blaj, realizado por el obispo Ioan Inochentie Micu Klein, es el año que marca prácticamente el nacimiento moderno de la ciudad como un lugar emblemático para la historia, la cultura y la espiritualidad rumana. Por esta razón, en 2018, Blaj fue declarada ciudad episcopal, siendo la primera ciudad de Rumania en beneficiarse de este “estatus”.
Barrio de Barbu Lautaru
Es el barrio más antiguo de Blaj. El 1 de octubre de 2017, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias orientales, bendijo la primera piedra de una iglesia y un centro pastoral. El nuevo edificio religioso fue consagrado el 19 de mayo de 2019 y está dedicado a Sant’Andrea Apostolo y al Beato Ioan Suciu.
Según el último censo de 2011, en Blaj, el 9% de los habitantes son romaníes. La Iglesia greco-católica rumana de la ciudad se ha ocupado de la asistencia pastoral y la asistencia social de la comunidad romaní durante años.
El obispo mártir Ioan Suciu, nativo de Blaj, creció entre los romaníes y, como prelado, apoyó a su comunidad y promovió iniciativas de evangelización con jóvenes, organizando, entre otras cosas, excursiones y partidos de fútbol. Incluso hoy en día, la Iglesia es sensible y está atenta a los problemas de la comunidad romaní y sus organizaciones sociales llevan a cabo varios programas para apoyar la educación y garantizar a los romaníes un mejor nivel de vida.
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