Me llamo María y soy la séptima de 8 hermanos. La mayor de todos es Ana, discapacitada física e intelectual, pero más lista, alegra y buena que todos juntos.
Niños como Ana cada vez nacen menos en España por prejuicios, miedos y egoísmos. Sin embargo, en mitad de un clima tan poco favorable, el Gobierno parece decidido a sacar adelante una Ley de protección del concebido no nacido, con particular incidencia en el tema de la Eugenesia.
Toda mi familia y yo queremos dar las gracias por impulsar esta enorme reforma que ayudará y permitirá a muchas Anas a nacer, y que hará que un gran número de familias se sientan respaldadas.
En nuestro país hay millones de personas que quizás no metan tanto ruido como determinados colectivos, pero que cada día luchan desde sus hogares y trabajos por una sociedad más amable y humana. Qué bien que se promuevan leyes en clave positiva, de protección y con ánimo de dar soluciones y ayudas.
¡Cuenten con nosotros y mucho ánimo en los próximos meses!

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