“Entre Paréntesis”, iniciativa de la Compañía de Jesús para el diálogo en las fronteras ofreció una conferencia del secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo en la que se habló sobre la presencia pública de la Iglesia, a través de su experiencia en el trabajo con los medios de comunicación.
En su intervención, José María Gil Tamayo mostró que "el hecho religioso se ha sometido a sospecha" y argumentó que muchas veces lo religioso es asociado a "violencia o fundamentalismos”, en lo que calificó de “inquisición laica”.
Para Gil Tamayo la presencia pública de la Iglesia se encuentra amenazada por el fundamentalismo y por un laicismo excluyente y contra ello pidió “superar la invisibilidad de la fe en este mundo”, mediante una “laicidad positiva e integradora”.
Otro de los peligros de la presencia pública se encuentra, según Gil Tamayo, en la ideologización y en la politización de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, que hace que se califique algunas propuestas de la iglesia como progresistas (plano de la justicia y los pobres) o conservadoras (derecho a la vida y familia).
Por ello, en su intervención pidió mostrar el mensaje cristiano en su totalidad y no de manera parcial. “¿Qué hacen las órdenes religiosas, qué hacen nuestros 13.000 misioneros, qué hacen las organizaciones educativas, esos 120.000 profesores, esos millones de alumnos? ¿Qué hace esa historia cultural? ¿Qué hacen todos esos monumentos “Patrimonios de la Humanidad? ¿Qué hacen esos 19.000 sacerdotes en sus parroquias? ¿Qué pasa, que la Iglesia es sólo eso que aparece en las páginas de sucesos?”, reivindicó el portavoz de la Conferencia Episcopal Española.
“La Iglesia debe estar en salida, ser misionera y samaritana”, afirmó Gil Tamayo que, tras leer los apuntes del cardenal Bergoglio en las Congregaciones antes del Cónclave, calificó la Encíclica “Evangelii Gaudium” del Papa Francisco como programática: “Debemos tener más nervio apostólico”.
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