La feria de las vocaciones atrae a penitentes y todo tipo de jóvenes


(EP/InfoCatólica) Según Vítor, uno de los coordinadores del departamento encargado de los confesionarios, la cifra de penitentes subió a más de 2.000 el último día, el viernes, en lo que influyó la mejora del tiempo atmosférico. «De todos modos, con lluvia, con barro, aquí han pasado cerca de mil quinientas personas cada día, que no han dudado en ponerse de rodillas para confesar sus pecados y recibir la absolución», asegura. Entre las personas que se han acercado a confesar la mayoría han sido brasileños, pero la pluralidad geográfica ha sido amplia. Ha habido una gran presencia de hispanos (argentinos, colombianos), de vietnamitas, de polacos.


«Ha habido historias y escenas conmovedoras. Gente que hacía treinta años no se confesaba, otros muchos que salían con lágrimas en los ojos. Muchos. Tanto mujeres como hombres–ha explicado Vítor–. Para muchos sacerdotes también ha sido un momento único: nunca habían visto a tanta gente junta para recibir este sacramento«. Un grupo de salvadoreñas corroboraba estas impresiones: «Esto anima a la gente a confesarse. Es un mensaje directo al corazón, porque te enseña que Dios es padre, perdona siempre y no importan los pecados con los que vengas», asegura Berta.


La Feria Vocacional, instalada en el bello parque de la Quinta da Boa Vista, incluía otra serie de propuestas para los jóvenes, como la exposición sobre congregaciones, movimientos, y todo tipo de propuestas de vida moral y espiritual. En total 124 puestos, frecuentados por gente de todo el mundo. El del Arzobispado de Buenos Aires atraía gran atención: presentaba una imagen de Nuestra Señora de Luján, y ofrecía a los paseantes folletos con la vida del nuevo Papa Francisco. Más allá, los peruanos de «La opción V» presentaban su propuesta a los jóvenes para vivir la castidad. El stand de las Comunidades Neocatecumenales era otro que suscitaba gran interés. Una religiosa de las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza (fundadas por la española Santa Carmen Sallés) comentaba que la gente se acercaba, pedía medallas, estampas, rosarios... «No son muchas las que presentan un interés vocacional. En este momento».


Junto al alimento espiritual, el material, porque en una zona inmediata se levantaba una calle de puestos de comida rápida de distinto tipo, muy frecuentados. Y, sobre todo, lo que más concitó la atención de los asistentes era la carpa de la Adoración, con el Santísimo expuesto la mayor parte del día para su adoración. Silencio, cantos religiosos y rosarios se sucedieron día tras día, ante un grupo de peregrinos que nunca solía bajar de doscientos, de todo tipo de procedencia y modo de vivir su fe. Uno de los coordinadores de esta carpa, atendida por las Hijas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, explicaba que «es un continuo ir y venir de gente. Muchos se acercan por curiosidad y se quedan. Desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde nunca falta gente rezando». La Feria de las Vocaciones se completaba con otros servicios, como tiendas dedicadas a los «shows» católicos, a la predicación y al testimonio, e incluso un área recreativa con lugares para hacer ejercicio y para el esparcimiento. La Feria se clausuró ayer viernes, pues desde primera hora de la mañana de hoy está previsto que los jóvenes peregrinen durante toda la jornada hacia el «Campus fidei», previsto inicialmente en Guaratiba, pero que, por el mal tiempo se ha cambiado a la playa de Copacabana.



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