Todos se esconden


Las sombras que han dejado los periodos de los Gobiernos de Aznar y Zapatero son patéticas, considero que son las sombras de un catastrófico terror económico, son la sombra de la destrucción maquillada y adulterada para que no se vea a la luz. La terna o no terna pero, eso si, torera que ha llevado a España en volandas, en los años de Aznar y Zapatero, creó un volcán de despropósitos financieros e inmobiliarios que puede que, aún hoy, todo sucumba bajo el peso de unas gestiones manejadas por un capitalismo sin escrúpulos. No sé quién del Gobierno o Gobiernos de aquella época tiene la culpa; no sé qué “ingenieros” de la banca pusieron su mano: tan ingenuamente o no, que todo está cayendo; no sé quién es el causante de un desmoronamiento: pausado, lento pero eficaz. Y todos ellos, los nuevos ricos de hoy, acumulan dinero en el extranjero y sin pagar impuestos; y lo hacen por dos motivos, primero: no pagan impuestos lógicamente y por lo tanto roban que es lo que saben; y otro: por sí hay que salir huyendo, cuando España esté bajo los escombros de un terremoto que quizás está por llegar, ellos ya tienen fuera el dinero Y mientras, cada día más, como hemos dicho, los ricos: de lujo en lujo, de capricho en capricho, encumbrados en su descabellado poderío; y al otro lado, la triste desgracia de ver cada vez más esquinas para los pobres; que si ya eran pobres, hoy son la esencia del pobre o sea el pobre en esencia; y por otro lado, también cercano, más ancianos, que con preferentes o sin ellas, mueren ahogados, día tras día, por lo terrible de lo que: ven, oyen y sienten. Todo les supera. Es la lenta agonía provocada por una pavorosa desdicha. Y los autónomos al borde del ocaso, oprimidos y con miedo. Y de los negocios se echan a los contables porque ya no tienen nada que hacer: ni tan siquiera cuentas. Y los establecimientos abiertos en pleno día pero con las luces apagadas porque no entra ya nadie, y sí entra es el ladrón de turno para desvalijar lo que queda, o tal vez Hacienda para “desvalijar” lo que se dejó el ladrón, y después el político para comprobar si la usura y la codiciada han sido llevadas a efecto debidamente. Y el Rey y Doña Letizia canturreando esa canción de sus antepasados: “Dónde vas Alfonso XII, donde vas triste de ti, voy en busca del Mercedes, que pronto me voy a ir”; pero mientras, unos y otros, pidiendo aforamiento por lo que pudiera pasar. Pues es evidente que tras esto vendrá la desbandada; desbandada de un país, que en la antigüedad -hace ya muchos años- se llamó España; y en la hoy por desgracia sólo van quedando por las cuevas de Sierra Morena algunos políticos y banqueros y de entre ellos los de buena casta que junto con los ladrones de alto standing y los herederos de la dinastía del emblemático y legendario Curro Jiménez forman un impresionante cuadro de desolación y de tristeza.



8:34:00 p.m.

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