"Como Iglesia, nuestro primer objetivo es ayudar los necesitados de nuestra familia humana", señaló Mons. Daniel E. Flores, miembro del Subcomité de Asuntos Hispanos de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
Mons. Flores señaló que su diócesis de Brownville es uno de los puntos de entrada a Estados Unidos y afirmó que "la respuesta católica debe ser compasiva y debe reconocer el rostro humano en esta problemática".
El número de niños inmigrantes no acompañados que ingresa a Estados Unidos se ha duplicado en el último año. La mayoría viene de El Salvador, Guatemala y Honduras.
La migración infantil fue el tema principal de un webchat en vivo organizado por Catholics Confront Global Poverty (católicos combatiendo la pobreza mundial), un proyecto de Catholic Relief Services (CRS) y la Conferencia Obispos Católicos de Estados Unidos.
La especialista en asuntos legislativos y miembro de CRS, Jill Marie Gerschutz-Bell, afirmó que se trata de una "crisis de refugiados", debido a "la violencia, inseguridad y desplazamiento en Centroamérica y México".
"Actualmente, Honduras y El Salvador están entre los países más violentos del mundo y los padres están dispuestos a hacer lo necesario para mantener a sus hijos a salvo ", indicó Gerschutz-Bell.
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos respalda un proyecto de ley que proporcionaría 300 millones de dólares para hacer frente a las causas que generan la migración desde América Central, que incluyen la violencia, las privaciones económicas y la desintegración familiar.
Mons. Flores alentó a los católicos a informase sobre estos asuntos y ayudar a los inmigrantes en sus países de origen. El Obispo indicó que Catholic Charities USA ha creado un fondo de ayuda para los refugiados.
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