En el mundo cada día hay miles de tragedias, de esclavitudes, de abusos, de crueldades, de hechos deleznables, de atrocidades incomprensibles, de humillaciones, de egoísmos.
Esta historia que nos relata aquí Jaime es una de ellas. Personalmente le agradezco este trabajo y el relato que de él hace. Esto nos puede ayudar a conocer nuestro mundo y a saber cómo podemos hacer cada uno para mejorarlo. Vale la pena esforzarse, tenemos que conseguir desterrar el egoísmo y la esclavitud de nuestro planeta y esto es tarea de todos. Todos en mayor o menor medida somos culpables de su existencia.
A continuación he expuesto los datos más significativos de este trabajo, de este drama humanitario:
· Jaime Fernández Ortiz es:
v Cooperante y Defensor de los derechos de los más indefensos.
v Fotógrafo de historias de los que no pueden hacer escuchar su voz.
Llevo 5 años trabajando con las comunidades haitianas de los bateyes de San Pedro de Macorís:
· Comunidades haitianas que trabajan como esclavas en plantaciones de República Dominicana.
Y puedo decir que he aprendido a conocerlos, respetarlos y admirarlos:
· ¡Cómo no admirar a un hombre que lleva 40 años!:
§ Despertándose a las 4 de la mañana.
§ Para ir a trabajar bajo el sol del Caribe.
§ Durante más de 16 h.
§ Por menos de 1€ diario.
§ Para poder dar algo de comer a sus 9 hijos y esposa.
Son ya 5 años:
· Defendiendo los derechos de los hijos de haitianos nacidos en el país y de los inmigrantes haitianos en general.
· Defendiendo la dignidad humana y luchando contra las vejaciones que sufren día a día.
· Denunciando el maltrato que sufren los haitianos que residen y trabajan en las plantaciones de azúcar.
· Ellos viven en condiciones de esclavitud, en el siglo XXI, en el país de las playas paradisíacas e imagen idílica del Caribe.
· Estos ciudadanos "de segunda" sufren injusticias y un trato de tiranía por sus capataces y por muchos del resto de personas del país.
· Su color, su olor, sus idiomas, sus rasgos faciales y su miseria, son motivo de bromas e insultos.
· Casi la totalidad de haitianos que llegan al país llegan sin papeles y con la desesperación de ganar algo de dinero para poder comer.
· Vienen huyendo del país más pobre de Latinoamérica que se convirtió en infierno después del terremoto de 2010.
· Es en estos momentos de crisis cuando algunas personas sin escrúpulos hacen su agosto y aprovechan el hambre de muchos para sacar tajada.
· Reciben míseros salarios por interminables jornadas de trabajo, en unas condiciones laborales que ningún ser humano soportaría.
· Y después de aguantar horas al sol, de cortar toneladas de caña, de ayudar a llenar miles de sacos de azúcar:
o ”Ni siquiera sus hijos pueden recibir una educación mínima”.
· Muchos niños y niñas viven en un vacío jurídico debido a que el estado dominicano se niega a darles documentos, lo que imposibilita que puedan ir a la escuela:
o “Así perpetúan el ciclo de la pobreza”.
o Nada más manejable que un pueblo analfabeto y sin cultura.
· Y esto por qué:
o ¿Quién cortará la caña de azúcar en el futuro sí estos niños y niñas se desarrollan como personas y logran estudiar?
Tremendo, que estas situaciones extremas se den en pleno siglo XXI y a ojos de todos, de instituciones, de naciones, de jefes de Estado, de personas que ganan sueldos suculentos para resolver estas dramáticas e injustas situaciones.
Nosotros por nuestra parte aportemos nuestro ingenio, nuestra generosidad, nuestros recursos, nuestro tiempo y lleguemos a donde podamos llegar; Dios es buen pagador.
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