Ouagadougou - El ejército regular de Burkina Faso ha tomado el control del cuartel donde se han retirado los golpistas del Régiment de Sécurité Présidentielle , procediendo a su desarme. Este debería ser el último acto del fallido golpe de Estado puesto en marcha el 16 de septiembre y luego resuelto de manera pacífica a través de la mediación de Mogho Naaba, el rey de los Mossi, el principal grupo étnico del país y por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental .
El golpe ha fracasado porque “nadie en Burkina ha aceptado este golpe de Estado, ni siquiera el resto del ejército”, ha afirmado Su Exc. Mons. Paul Ouédraogo, Arzobispo de Bobo-Dioulasso y presidente de la Conferencia Episcopal de Burkina Faso y Níger, en una entrevista con el diario “L'Observateur Paalga”.
“El RSP se ha aislado”, dice Mons. Ouédraogo, recordando que después del levantamiento popular del 30/31 de octubre, que derrocó al ex presidente Blaise Compaoré, el Jefe de Estado Mayor siempre ha asegurado que el ejército no interfiera en la vida política, sino que sólo garantice la seguridad de la población y la integridad del territorio nacional. El golpe ha fracasado de este modo por la reacción de la población y del resto del ejército que ha permanecido leal a las instituciones legítimas.
Mons. Ouédraogo es también Presidente de la Comisión para la Reconciliación Nacional. Unos días antes de la toma del palacio presidencial por parte de los golpistas, el arzobispo había entregado su informe al gobierno, que entre otras cosas recomendaba una reforma del ejército y de los poderes del Departamento de Seguridad Presidencial hacia una policía-gendarmería conjunta y no como unidad militar de élite, como el RSP. Según Mons. Ouédraogo no ha sido este el elemento que ha provocado el golpe de Estado, que a su juicio se había preparado hacía algún tiempo.
El arzobispo también señala el papel positivo desempeñado en la resolución de la crisis por la “comunidad musulmana, protestante y católica, que tiene por costumbre consultarse entre sí, actuando como fuerza moral junto con los líderes tradicionales reunidos alrededor de Mogho Naaba”.
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