Elisabeth de la Trinidad nació en Francia en 1880 y murió en 1906 a causa de la enfermedad de Addison; tan solo cinco años después de haber entrado al Carmelo de Dijon, ubicado en el este del país. Fue declarada beata por San Juan Pablo II en 1984.
La Congregación para las Causas de los Santos aprobó el pasado 3 de marzo el segundo milagro que permitirá la canonización de la Beata Elisabeth. Se trata de la curación milagrosa de Mary-Paul Stevens, una belga que sufría del síndrome Sjögren.
En el monasterio de la ciudad de Dijon las religiosas recibieron la noticia de la canonización con enorme alegría. ACI Prensa ha podido hablar con la superiora, la hermana Claire-Marie.
“Recibimos la noticia con una gran alegría, al igual que todos los muchos amigos de Sor Elizabeth, que están presentes en todas partes del mundo hoy en día, una noticia que sinceramente esperábamos con gran esperanza”, afirma la religiosa.
Afirmó que gracias a su elevación a los altares “su mensaje será más conocido”. Además destacó que “su oración a la Trinidad ya está traducido a más de 50 idiomas, pero ella quiere compartir su experiencia tan única y especial de la vida en Trinidad , esta intimidad con Dios dentro, que era el hermoso sol que irradió su vida”.
Sor Claire-Marie piensa que a partir de ahora llegarán hasta la ciudad más peregrinos “y se reunirán en torno a la que fue su celda, donde ella vivió, y vendrán a orar con nuestra comunidad”, pero también quiere dejar claro que “nosotras no buscamos la fama”.
Recordó que la hasta ahora beata “era una gran música” y “tenía mucho talento para tocar el piano”. “Su música era oración”, aseguró la religiosa. “Sin embargo, a los 13 años el Señor la llamó al Carmelo para orar y llevar a la humanidad hacia Dios. Dio todo por amor a Cristo, y su vida se convirtió en alabanza de la gloria de Dios. “Ella siempre estaba alegre en la comunidad”, destacó a ACI Prensa.
Por su parte, el P. Bernad Card, párroco de la iglesia de Saint Michel de Dijon, donde reposan los restos de la beata, asegura que “es una buena noticia para la Iglesia y el mundo, y de una manera especial para los sacerdotes y los feligreses de esta parroquia, puesto que aquí se guardan sus reliquias”.
“Canonizar a un santo es poner un modelo para la Iglesia y el mundo. Significa que esta persona es un ejemplo; que puede ser imitado en su vida; que sus enseñanzas son fiables. Es un hermano mayor, hermana grande que la Iglesia ofrece para ayudarnos a encontrar a Cristo, para dar la bienvenida a nuestras vidas la Buena Nueva del Evangelio”, dijo el sacerdote.
El P. Bernad Card señaló que ahora más fieles acuden a la parroquia se acercan al convento donde vivió. “Gente sola o en grupos, y de países diversos. Vienen a orar ante sus reliquias”, contó a ACI Prensa.
“Seguro que la canonización traerá una gran afluencia de peregrinos. La parroquia está preparada con una nueva distribución de los locales de la iglesia y se ha creado un nuevo local para la acogida de los peregrinos. Será una bendición para ella y para nuestra diócesis”, afirmó.
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Oración a la Santisima Trinidad de la Beata Isabel de la Trinidad https://t.co/PL7401Eq4R
— ACI Prensa (@aciprensa) 29 de marzo de 2016
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