El pan ácimo llegará a Roma para el Jubileo de los encarcelados y detenidos desde el Instituto Penitenciario de Milán, algunos de cuyos internos se han encargado de su fabricación.
El proyecto es fruto de la colaboración entre la Fundación Casa del Espíritu y del Arte con el director del centro penitenciario, Giacinto Siciliano. Se han realizado alrededor de 600.000 formas, que han recibido el nombre de “hostias de la Misericordia”, con la intención de que sirvan, además de para la Misa del Jubileo de los encarcelados, para las parroquias que lo necesiten.
Cualquier parroquia de cualquier lugar del mundo podrá solicitar –escribiendo al correo electrónico ilsensodelpane@gmail.com– que se les donen estas formas para consagrar en la Misa.
El objetivo es llamar la atención, como indicaba el Concilio Vaticano II, sobre la Eucaristía como fuente y culmen de la vida de la Iglesia.
“Es un proyecto que quiere interrogar a los creyentes y no creyentes sobre la posibilidad de la redención de cada ser humano, y también tiene la intención de profundizar en el debate sobre la cadena perpetua y la reinserción”, señala la nota oficial.
Las “hostias de la Misericordia” ya han llegado hasta los cinco continentes, y más de 300 parroquias de Italia, y de otros países, se han sumado al proyecto para impregnarse de la reflexión sobre la Eucaristía y compartir la experiencia de los presos que participan en la iniciativa.
“El Papa nos recibió en audiencia el 9 de abril”, –señala Giuseppe, uno de los tres presos participantes en el proyecto. “Fue un momento de gran alegría, y estamos felices de reunirnos con él de nuevo, sobre todo porque estaremos junto a tantísimas otras personas que, como nosotros, compartimos la realidad de la prisión: un lugar de dolor y tristeza, pero que también se puede convertir en un lugar donde nazca la esperanza y donde se puede experimentar la misericordia de Dios. Así nos ha ocurrido a nosotros gracias al taller ‘El sentido del pan’”.
De la misma opinión es Arnoldo Mosca Mondadori, responsable del proyecto, quien añade: “La Eucaristía no es nada simbólico. Es la presencia real de Cristo que ilumina el mundo. Nuestro proyecto quiere dar fe de los creyentes y no creyentes de esta maravillosa verdad”.
Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel. Publicado originalmente en ACI Stampa.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 3 de noviembre de 2016
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