A raíz del comentario del Evangelio del Día, el Santo Padre recordó que “en Navidad veremos la importancia de la pequeñez, veremos la importancia de lo pequeño: un niño, una estrella, una madre, un padre… Son las pequeñas cosas. Un corazón grande, pero una apariencia pequeña”.
Francisco utilizó la imagen de un pequeño brote, una cosa pequeña que terminará siendo un árbol grande, para referirse a la Natividad del Señor. “En ese brote reposará el Espíritu del Señor, el Espíritu Santo, y en ese pequeño brote encontraremos la virtud de los pequeños, y del temor del Señor”.
El Papa animó a caminar “en el temor del Señor. Temor del Señor, que no es miedo, no”. También llamó a “cumplir el mandamiento que Dios le dio a nuestro padre Abraham: ‘Camina en mi presencia y sé irreprochable’. Humildad. Es humildad. El temor del Señor es humildad”.
Por lo tanto, “solo los pequeños son capaces de comprender el sentido de la humildad, el sentido del temor del Señor, porque caminan delante del Señor. Sienten que el Señor les da fuerzas para seguir adelante”.
Francisco afirmó que “vivir la humildad, la humildad cristiana, es tener este temor del Señor que, repito, no es miedo, sino que es afirmar: ‘Tú eres Dios, yo soy una persona, yo avanzo de esta manera, con las pequeñas cosas de la vida, pero caminando en Tu presencia y tratando de ser irreprochable’”.
El Obispo de Roma advirtió contra la falsa humildad: “La humildad es una virtud de los pequeños, la verdadera humildad, no la humildad que es un poco teatro. No, esa humildad no. La humildad que consiste en decir: ‘soy humilde, y me siento orgulloso de serlo’, no. Esa no es la verdadera humildad".
"La humildad del pequeño es aquella que camina en la presencia del Señor, no necesita presumir ante los demás, basta con ver sus actos para sentir al más pequeño”, resaltó el Santo Padre.
“A Jesús, que exulta de alegría porque Dios revela su misterio a los humildes, podemos pedirle todos la gracia de la humildad, la gracia del temor de Dios, de caminar en su presencia tratando de ser irreprochables”, concluyó.
Evangelio comentado por el Papa:
Marcos 10:17-21
17 Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y arodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿ qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?»
18 Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios.
19 Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.»
20 El, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.»
21 Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.»
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— ACI Prensa (@aciprensa) 28 de noviembre de 2016
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