El Santo Padre lamentó que “millones de personas conviven con esta enfermedad y sólo la mitad tiene acceso a tratamientos”. “Invito a rezar por ellos y por sus allegados, y a promover la solidaridad para que también los más pobres puedan beneficiarse del diagnóstico y tratamiento adecuado”.
Por último, concluyó Francisco, “hago un llamado a todos a tener un comportamiento responsable para evitar una mayor propagación de esta enfermedad”.
El Sida, o Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), es una enfermedad causada por dicho virus que afecta al sistema inmunológico de la persona, facilitando la aparición de diversas enfermedades que, en un individuo con un sistema inmunológico normal, no contraería o no serían mortales. La enfermedad, propagada principalmente por transmisión sexual, pero también a través de la sangra o de la madre al hijo durante el parto, está causando grandes estragos entre las poblaciones más desfavorecidas del mundo.
Según estadísticas de la ONU, 36,7 millones de personas en todo el mundo poseen el virus del Sida. De ellas, sólo 18,2 millones tienen acceso a la terapia antirretrovírica necesaria para hacer frente a la enfermedad. Desde el comienzo de la epidemia de Sida, en el año 1981, han muerto 35 millones de personas por enfermedades relacionadas con el Sida.
En el África subsahariana, los enfermos de Sida ascienden a 24,7 millones de personas. El 58% del total de personas que tienen Sida en esa región del mundo, son mujeres.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de noviembre de 2016
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