En la ocasión, el Obispo de Minas, Mons. Jaime Fuentes, destacó que el encuentro fue “un modo de explicar solo con el ejemplo la belleza de la familia”.
Mons. Fuentes recordó una frase de San Juan Pablo II cuando visitó Uruguay: “Son las familias cristianas las que harán que nuestro mundo vuelva a sonreír” y en este sentido afirmó que “nuestro congreso de la familia se desarrolló en un clima de serena alegría, sin ninguna queja, fue una gran sonrisa que contrasta con la crispación que se nota en los proyectos ideológicos que atentan contra la familia”.
“Los desafíos que ella tiene no se enfrentan con esas mismas actitudes, sino tratando de vivir el proyecto cristiano con claridad y con caridad”.
En la actividad, que fue organizada por la Comisión Nacional para la Pastoral Familiar y la Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), participaron más de 850 personas y llevó por lema: “Amar es nuestra misión, descubramos juntos la belleza de la familia”.
El Obispo dijo a ACI Prensa que “la participación de todos los obispos del Uruguay fue muy significativa. Nos llegan muchos comentarios que agradecen a los pastores su presencia en el congreso porque se han sentido respaldados del esfuerzo que hacen esas familias para vivir cristianamente su compromiso matrimonial y familiar”.
Por su parte el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, también presente en la ocasión, dijo en su homilía, de la Misa celebrada durante el encuentro, que “la familia cristiana sorteará los nuevos escollos que se presentan (…) porque la familia cristiana responde a la verdad sobre el hombre, a esa verdad anclada en la Palabra de Dios que nos viene del Evangelio de Jesucristo”.
“El Evangelio, es decir la buena noticia de la familia, tal como lo anuncia la Iglesia, es la verdad y la verdad termina abriéndose paso en medio de las ideologías que un día son unas y otro día son otras. Nosotros iluminamos, con nuestro testimonio de fe y esperanza, a toda la sociedad uruguaya”, dijo.
“La familia cristiana no envejece, se renueva. Eso no quiere decir que desconozcamos la realidad, pero no dejamos que la realidad nos devore”, dijo.
“Estamos bien con los pies en la tierra y sabremos enfrentar las dificultades y los peligros, pero no perdemos la alegría de la fe. Porque el futuro está en nosotros, el futuro es de Dios”.
“Las ideologías pasan, parecen fuertes, irresistibles, pero después de un determinado periodo se consumen. Pierden su fuerza porque carecen de una realidad profunda. Son partículas de la verdad pero al final se consumen. En cambio el Evangelio es verdadero, y por tanto, nunca se consume”, afirmó.
Agregó que el Evangelio “aparece en toda su novedad para responder a las necesidades del corazón y de la razón humana, que puede caminar en esta verdad y encontrarse en ella”.
El Cardenal dijo que lo vivido en este encuentro llena de esperanza “y nosotros podríamos decir que eso nos toca, y a la familia principalmente, en este país que ya tiene más de cien años de ley de divorcio, este país donde se aprobó el aborto y la ley de matrimonio igualitario, y donde tenemos que estar peleando para que la ideología de género no nos termine siendo impuesta”.
El congreso, que contó con la participación de destacados expositores nacionales y extranjeros, abordó temas como el perdón, el adiós en el momento de la muerte, la comunicación, la libertad, la autoridad, los hijos, la pareja, el tiempo dedicado, la esperanza, la alegría, los cansancios, entre otros.
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— ACI Prensa (@aciprensa) November 2, 2016
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