(La Prensa) «Hagamos el esfuerzo por participar este primero de enero en la procesión con Jesús Sacramentado saliendo como cada año del colegio Cristo Rey en Managua» a las 13.00 horas, dijo el cardenal Brenes, en una carta dirigida a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, y distribuida a los medios.
El religioso consideró que pese a que el 2018 estuvo «marcado por una crisis política, con efectos diversos», el clero debe «animar a nuestros fieles» a participar en esa procesión, que culminará con una Santa Misa en la Catedral de Managua.
«Motivemos a los fieles a participar en esta actividad y difundamos el mensaje del Papa, para esta jornada, donde nos exhorta a motivar especialmente a los laicos comprometidos en el ámbito social, a trabajar para que la buena política esté al servicio de la paz», indicó.
Asimismo, el cardenal pidió que «la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, ruegue por nosotros y nos ampare de todo peligro».
Desde mediados de noviembre, la Policía Nacional ha prohibido las últimas movilizaciones callejeras bajo el argumento que «no autoriza ni autorizará movilizaciones a personas, asociaciones o movimientos, que participaron y están siendo investigados por sus acciones en el fallido intento de golpe de Estado», como llaman las autoridades a las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El pasado 4 de diciembre, el mandatario acusó a «algunos» obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua de formar parte de «las fuerzas golpistas» y de «sumarme alegremente al golpe terrorista y criminal» que, a su juicio, intentó derrocarlo durante las protestas iniciadas en abril pasado.
Desde el pasado 18 de abril Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado entre 325 y 545 muertos, de 340 a 674 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.
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