El cambio climático es un asunto que le suena a todo el mundo, que solo a algunos preocupa e inquieta, pero que, a pesar de los esfuerzos que se han hecho desde diversos sectores por concienciar a la comunidad internacional de los peligros que entraña, a casi nadie le ha convencido para tomar medidas contundentes encaminadas a luchar de manera decidida contre este fenómeno.
El Papa, con su encíclica “Laudato sii”, quiere dejar su impronta en la opinión pública, convencido de la necesidad del conservacionismo de las especies y del reciclaje como base fundamental para la supervivencia del planeta. Su compromiso es total, recogiendo el testigo de una Iglesia que reconoce que la creación se puso en manos del hombre para custodiar y mantener la vida para siempre.
El Papa Francisco va a volver a escribir un antes y un después. En esta ocasión en lo que se refiere a la protección del medio ambiente. El nombre de su encíclica “Laudato sii” defiende el poema más antiguo de la literatura italiana –“El Cántico de las criaturas”-, un texto que escribió San Francisco de Asís y que tilda a todos los seres vivos de hermanos y a la Tierra de madre, unos valores que se han ido perdiendo con la modernidad, pero que son la esencia misma de la vida.
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