La pedida de mano se dio durante una audiencia privada concedida por el Santo Padre a 80 delegados de diversos países que participaban en la reunión anual de la International Catholic Legislators Network (ICLN) en Roma.
En declaraciones al National Catholic Register, Darío Ramírez contó que ese día él y su novia Maryangel Espinal conversaron con el Papa sobre la situación de Venezuela y luego el joven le mostró las fotografías del grupo de teatro para adolescentes que apoya en Panamá, donde reside desde hace tres años.
Después, le pidió al Pontífice que le impartiera una bendición especial y dijo que su novia “no tenía idea” de lo que iba a pasar.
“Veía que Maryangel estaba pensando ‘¿Qué va a hacer? Le pedirá que nos tomemos un selfie?’ Ella estaba sorprendida. Le expliqué al Santo Padre que la mujer que estaba junto a mí era la mujer de mi vida. Que la conocí en una iglesia, que Dios la puso en mi vida y que quería proponerle matrimonio. Así que hinqué una rodilla en el suelo y se lo pregunté”, narró.
Recordó que el Pontífice dijo “¡Wow, delante del Papa! Ella no está hablando. Te ha pedido que te cases con él ¿qué vas a decirle?”.
“Ella respondió: ‘¡Por supuesto que sí!’ y nos bendijo”, explicó Darío.
Rodríguez contó que todos los presentes los felicitaron y que incluso algunos de los delegados extranjeros le dijeron que querían ir a la boda.
El joven venezolano indicó para hacer su propuesta matrimonial le pidió su venia al Cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena y promotor de la ICLN.
En el exilio
Darío Ramírez huyó hace tres años de Venezuela hacia Panamá debido a la represión del gobierno de Nicolás Maduro contra la oposición.
“Perdí todo. Perdí mi empleo, tuve que dejar mi hogar, durante tres años no he podido regresar a Venezuela. Extraño a mis amigos, extraño a mi familia”, expresó.
Este legislador ya había saludado al Papa Francisco en una audiencia privada concedida al ICLN en 2015, pero para poder viajar en esta ocasión tuvo que conseguir un pasaporte de refugiado en Panamá ya que si renovaba el venezolano podía ir preso.
Conoció a su novia, Maryangel Espinal, hace 18 meses en una iglesia en Panamá y hace seis meses consideró la posibilidad de casarse con ella.
“Recé para tener una guía y cuando me decidí, quise proponérselo de la mejor forma que podía”, manifestó.
Sus amigos le pagaron el viaje a Roma y él mismo fabricó el anillo de compromiso, tras asistir a unas clases con un joyero.
Actualmente Darío está realizando una campaña para que otros venezolanos puedan conseguir el pasaporte de refugiado. “Mucha gente lo necesita. Realmente quiero ayudarlos”.
“Estoy muy feliz de poder ayudar a Dios como puedo y también estoy tratando de ayudar a Venezuela desde afuera. Un buen amigo me dijo: ‘Cuando pones tus talentos al servicio de Dios, lo imposible sucede’”, destacó.
“Ni siquiera en mis sueños más locos pensé que esto sucedería”, afirmó.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en el National Catholic Register.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 24 de noviembre de 2016
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