Así lo decidió el tribunal de Melbourne que ha estudiado el caso tras finalizar la vista preliminar en la que el purpurado ya se había declarado inocente de los cargos que se le imputan y en la que se escucharon los argumentos de las acusaciones, muchas de las cuales ya han sido rechazadas por la magistrada Belinda Wallington.
Sin embargo, a pesar de haber rechazado algunas de las acusaciones más graves contra el Cardenal, la magistrada consideró que existen elementos suficientes que justifican la continuación del proceso judicial.
Tras conocerse la decisión, la Santa Sede ha hecho público un comunicado por medio de la Sala de Prensa del Vaticano en el que señala que “toma nota de la decisión tomada por las autoridades judiciales de Australia con respecto a Su Eminencia el Cardenal George Pell”.
Además, la Santa Sede recuerda en el comunicado que “el año pasado el Santo Padre concedió (al Cardenal) un período de licencia para defenderse de las acusaciones que se le imputan”. Esta disposición, según se señala en el comunicado, “sigue estando en vigor”.
El 29 de junio de 2017, el Cardenal George Pell hizo pública su renuncia como Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede y anunció que regresaba a Australia para hacer frente a las acusaciones.
En la rueda de prensa, el Cardenal afirmó que “rechazo con fuerza estas acusaciones que refuerzan mi voluntad de limpiar mi nombre”. En este sentido insistió en que las acusaciones “son falsas”, y explicó que ha informado al Papa de todo lo concerniente a su situación.
Además, el Cardenal se quejó de haber sido ya condenado por los medios de comunicación antes de que ni siquiera diera comienzo el juicio.
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