¿De qué sirve vivir conectado a una máquina?

“Dignidad” es un concepto clave a partir del cual algunos defienden los cuidados paliativos y otros la eutanasia. La dignidad es el estado incondicional del ser humano: todo persona tiene dignidad porque es única y no puede ser reemplazada por nada ni por nadie”. Esta reflexión forma parte de la sección “La eutanasia en preguntas” del Manual de bioética de los jóvenes repartido a los jóvenes que participaron en la JMJ Río 2013, que incluye preguntas y respuestas directas sobre esta controvertida cuestión.

¿De qué sirve vivir conectado a una máquina?


Conectar a un paciente a una máquina permite a un enfermo sobrevivir a un accidente.

Sirve para mantener en vida a un paciente cuando la vida depende de la función que corrige.

Cuando la utilidad de este artificio es discutible o no tienen otro objetivo que alargar la vida de una persona en fase terminal, se está autorizado a interrogarse sobre el carácter proporcional de este recurso.


¿De qué sirve vivir inconsciente?


¿Qué se sabe del estado de inconsciencia? Se dan casos de personas recuperadas de un coma que explican que escuchaban y comprendían lo que se decía a su alrededor, pero no podían comunicarse con el exterior…

¿Qué sabemos nosotros de la vida interior de una persona aparentemente inconsciente pero con las funciones vitales en marcha? ¿Qué sabemos nosotros de los últimos momentos de la vida? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar cuáles son inútiles? ¿Tenemos el derecho de robárselos al paciente, al anciano? ¿Y si fueran los momentos más importantes de toda una vida?


¿Y si los sufrimientos son insoportables?


Los cuidados paliativos bien realizados alivian cualquier sufrimiento. Esto requiere una formación especial en el tratamiento del dolor y el sufrimiento que puede acompañar el final de la vida.

Esto no es eutanasia, sino que hay que promover la formación de los médicos en la lucha contra el dolor así como del personal de enfermería que rodea al paciente.


¿Y el sufrimiento moral?


El sufrimiento moral acompaña a menudo el dolor físico y puede conducir al enfermo a pedir la eutanasia o a pensar en el suicidio.

Este sufrimiento se puede aliviar por el acompañamiento, pero requiere también un tratamiento médico adecuado.

“De hecho, es muy raro que los enfermos que reciben cuidados y afecto pidan la muerte” (Lucien Israël, profesor de oncología).



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