Baghdad (Agencia Fides) – La intervención militar liderada por Estados Unidos contra Siria sería “una catástrofe. Sería como hacer explotar un volcán con una explosión destinada a arrasar Iraq, El Líbano, Palestina. Y tal vez alguien quiere precisamente eso”. Así, el Patriarca de Babilonia de los Caldeos Louis Raphael I Sako expresó a la Agencia Fides su alarma ante la posibilidad de un ataque exterior que ya se da por inminente, contra el régimen de Assad. A la cabeza de la comunidad cristiana más importante en Iraq, la intervención occidental en Siria recuerda fatalmente la experiencia de su pueblo: “10 años después de la intervención llamada 'coalición de los voluntarios' que derrocó a Saddam”, señala a Fides S . B. Sako “nuestro país sigue siendo golpeado por las bombas, los problemas de seguridad, la inestabilidad de la crisis económica”.
Además, en el caso sirio, según el Patriarca caldeo, las cosas son aún más complicadas por la dificultad de comprender la dinámica real de la guerra civil que desgarra esa nación desde hace años: “La oposición a Assad”, señala Sako “está dividida, los diversos grupos luchan entre sí, hay una proliferación de milicias yihadistas... ¿Qué va a pasar con ese país después?”. Para el patriarca las fórmulas utilizadas por los países occidentales para justificar cualquier intervención le parecen instrumentales y confusas: “Todos hablan de democracia y libertad, pero para llegar a esos objetivos hay que pasar por procesos históricos y no se puede pensar en imponerlos de forma mecánica o mucho menos con la fuerza. La única vía, en Siria, como en todas partes, es la búsqueda de soluciones políticas.
Empujar a los combatientes a pactar, imaginar un gobierno provisional que incluya tanto a los del régimen como a las fuerzas de la oposición. Escuchar lo que realmente quiere el pueblo sirio en su mayoría”. El Patriarca caldeo muestra también cautela sobre la elección de justificar la intervención como una represalia inevitable ante el uso de armas químicas por parte del ejército de Assad: “Los occidentales”, dice SB Sako “también justificaron la intervención contra Saddam con la acusación de que el Rais de Iraq tenía armas de destrucción masiva. Pero esas armas no se encontraron nunca”. (GV) (Agencia Fides 28/8/2013).
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