Aún hay quien piensa que internet vino a revolucionar o más bien a amenazar al periodismo. Pero a la vista de lo que hay, hay que concluir que lo que el periodismo necesita para revitalizarse son contenidos de calidad, ya que si ya en su día se pensó que la radio iba a desbancar el periódico, y después lo mismo pasó con la televisión, nada de eso ocurrió, así que es de suponer que lo de internet, hoy, también sea una etapa más de transición que llevará a los auténticos periodistas a reconvertirse, ya que una información de calidad se impone, porque es la calidad la que permite competir, no el sensacionalismo, ni la repetición de sucesos; o sea, que el periodismo del bueno tiene que actuar como un contrapoder, expresar con libertad y no ser condescendientes con los poderosos, aunque sean esos poderes sus anunciantes y, por tanto, sus sostenedores, o sea, que el periodismo bueno tiene que hacer por dentro una revolución para tener fuerza, aunque no genere una gran rentabilidad, porque el beneficio no puede ser a corto plazo, de ahí que los periodistas, hoy, tienen que ser capaces de analizar en profundidad las cosas, antes de comunicarlas, ya que no interesa una avalancha de información, sino la información veraz y bien analizada y explicada en su contexto.
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