El tema de la corrupción está presente en casi todos los medios y a la orden del día. Cuando no es en un partido es en otro, cuando no es en una autonomía es en otra, cuando no es en un ayuntamiento es en otro. Podemos decir, sin exagerar, que en España la corrupción es generalizada. Pocos son los que indagan las causas de esta epidemia moral, que nos contagia más que la temida enfermedad del ébola. Sería oportuno reseñar aquí y ahora, el contenido del escrito pastoral, que el emérito cardenal de Sevilla, mons. Amigo, publicó antes de su jubilación. Trascribo el contenido esencial del mismo : “El pecado es la mala voluntad del hombre libre que se empeña en volver las espaldas a Dios. Quien hace mal a los ojos de Dios cae en la injusticia y el desprecio a los demás. El pecado es como un cáncer invisible que va matando lo mejor que puede haber en la persona: la capacidad de respetar y querer a sus semejantes. El pecado hunde en la inmensa tristeza de haber caído en la peor de las corrupciones: la de uno mismo. Ha perdido su propia identidad como persona y, por supuesto, como cristiano. Pero en el camino del retorno siempre está abierta la puerta de la misericordia”. Buena ocasión para políticos y no políticos, que se creen cristianos, tratar de sanar y purificar su alma de la corrupción, acudiendo confiados a la misericordia de Cristo en el sacramento de la Reconciliación.
Pecado y corrupción
Miguel Rivilla San Martín
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