24/09/2015 - Opinión
Opinión desde Latinoamérica sobre aspectos de la visita del Papa Francisco a Cuba
No estuvieron en la celebración del Santo Padre todos los que debían estar y sí estuvieron muchos que, por no ser creyentes, quitaron lugar a los que lo so
Valorando lo que dijo el Santo Padre en Cuba, sobre todo que “se debe servir a las personas concretas y no a las ideas”, lo cual cuestiona claramente en particular a la ideología marxista, que antepone el sistema y la superestructura a la persona, creo que siempre debemos de pensar qué hubiera hecho Jesús en su lugar. No tengo dudas que Jesús hubiera hablado con todo el mundo, también con los disidentes, aunque ello fuera "políticamente incorrecto". Frase que dijo Francisco en Cuba pero que es necesario practicarla. ¿Qué pensarán los familiares de los cristianos asesinados por el régimen cubano? Me refiero a la familia del líder socialcristiano Oswaldo Payá y de otros asesinados o encarcelados por el castrismo. ¿Y las “Damas de Blanco” y otros grupos perseguidos por sus ideas? ¿No son ellos acaso fieles de la Iglesia que tienen derecho a estar en contacto con el Vicario de Cristo? Y, sin embargo, no se les permitió a ellos concurrir a la misa mientras que notoriamente sí fueron otros cubanos que se sabe no eran creyentes, obligados por el Gobierno, a fin de hacer número.
Entonces, no estuvieron en la celebración todos los que debían estar y sí estuvieron muchos que, por no ser creyentes, quitaron lugar a los que lo son, pero no se les permitió ir. Es una injusticia tan clara que me parece clama al cielo. Además, se informó de que hubo bloqueo de celulares de los opositores para dejarlos incomunicados durante la visita del Santo Padre, a fin de que no protestaran. Ni que hablar de lo que se pudo ver en la Plaza de la Revolución: a tres muchachos disidentes intentando acercarse al Papa y sólo uno de ellos lo consiguió, pero de inmediato fue reducido por un guardia del régimen. Resulta imposible no comparar, aunque ello sea odioso: San Juan Pablo II en 1998 habló bien claro para todo quien quisiera oírlo, quizás porque conocía bien los horrores de la persecución comunista polaca.
Creo por tanto que siempre es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, como predicaban los apóstoles y dieron su vida por ello.
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