Bangui (Agencia Fides) - Una calma irreal y triste envuelve la ciudad de Bangui, capital de la República Centroafricana, después de la masacre de ayer, 1 de mayo, en la que perdieron la vida de al menos 16 personas, incluido un sacerdote católico, don Albert Toungoumale-Baba, asesinado en la iglesia Notre Dame de Fátima, no muy lejos del distrito PK5, habitado principalmente por musulmanes. Según fuentes locales de la Iglesia contactadas por la Agencia Fides “en Bangui, en este momento la situación está en calma, no hay señales de tiroteos. Estamos esperando una declaración de Su Eminencia el Cardenal Dieudonné Nzapalainga, Arzobispo de Bangui, que acaba de regresar de Europa”.
Los incidentes se desencadenaron cuando las fuerzas de seguridad detuvieron un vehículo que transportaba a Moussa Empereur, miembro de una milicia de autodefensa del PK5. Al tratar de escapar del arresto, fue herido por los militares. Sus hombres atacaron a las fuerzas de seguridad y desataron la violencia contra civiles.
Un grupo armado atacó la parroquia de Notre Dame de Fátima, mientras don Albert Toungoumale-Baba y algunos fieles celebraban la misa con motivo del aniversario de San José. “El sacerdote asesinado no era el párroco de Notre Dame de Fátima, sino un sacerdote centroafricano (uno de los más antiguos de la diócesis de Bangui), que estaba allí para la celebración como capellán del movimiento Fraternité Saint Joseph”, dicen las fuentes Fides.
Los milicianos dispararon y arrojaron granadas de mano a los fieles. Además de las 16 víctimas, también hay alrededor de un centenar de heridos. Las fuerzas de seguridad intervinieron y lograron expulsar a los atacantes en el distrito PK5. La Iglesia Notre Dame de Fátima ya había sufrido otro un sangriento ataque el 28 de mayo de 2014, durante el cual fueron asesinados 18 fieles (véase Fides 30/5/2014).
Según un testimonio recogido por la prensa local, “una muchedumbre enojada decidió transportar el cuerpo del sacerdote asesinado ante la presidencia. El desfile pasó por el barrio de Lakouanga, donde fue destruida una mezquita y dos hombres fueron quemados vivos. Luego la procesión llegó al centro de la ciudad antes de ser dispersada cerca de la Presidencia”.
Médicos Sin Fronteras ha afirmado que una turba enfurecida se había congregado frente al hospital de la ONG en el distrito de Sica, amenazando con destruir el hospital y obstaculizar el acceso de las ambulancias.
La Misión ONU en la Rep. Centroafrica (MINUSCA) y el Presidente de la República, Faustin-Archange Touadéra, han invitado a la población a la calma. (L.M.) (Agencia Fides 2/5/2018)
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