Celebremos san José Obrero acordándonos siempre de que el trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de la persona.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 1 de mayo de 2018No es la primera vez en que el Santo Padre insiste en la necesidad de que toda persona cuente con un trabajo digno justamente remunerado como uno de los pilares de la dignidad humana. En el video de intenciones de oración correspondiente al mes de octubre de 2017, Francisco destacó que “debemos recordar siempre la dignidad y los derechos de los trabajadores”.
Por otro lado, durante su viaje pastoral a la Archidiócesis de Génova, el 27 de mayo de 2017, aseguró ante trabajadores de la industria siderúrgica que “los lugares del trabajo y de los trabajadores son también lugares del pueblo de Dios”.
“Trabajando nos volvemos más personas. Nuestra humanidad florece, los jóvenes se vuelven adultos trabajando”, insistió el Pontífice en aquella ocasión, en que también subrayó que “los hombres y las mujeres se nutren del trabajo como el trabajo es fuente de dignidad”.
Asimismo, ante representantes sindicales italianos durante una audiencia celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano el 28 de junio de 2017, el Obispo de Roma abogó por un nuevo pacto social en el que se garantice el derecho a una pensión para aquellos ancianos que ni quieren ni pueden trabajar, y el trabajo a los jóvenes que quieren y deben trabajar, además de rechazar las “pensiones de oro”, tan injustas como las “pensiones pobres”.
Ante los sindicalistas, afirmo que “’persona’ y ‘trabajo’ son dos palabras que pueden y deben estar unidas. Porque si pensamos y decimos ‘trabajo’ sin ‘persona’, el trabajo termina por convertirse en algo deshumano, olvidando a la persona, se olvida y se abandona a sí mismo”.
La Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, se celebra el 1 de mayo desde el año 1955, en que fue instituida por el Papa Pío XII ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
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