https://es.zenit.org El mundo visto desde Roma Sun, 31 Mar 2019 20:18:37 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.1.1
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]]> (ZENIT – 31 marzo 2019).- “Deseo nuevamente animarlos a perseverar en el camino del diálogo entre cristianos y musulmanes y a colaborar también a que esa fraternidad se haga visible, se haga universal, pues tenemos su fuente en Dios, y ustedes se hagan aquí servidores de la esperanza que este mundo tanto necesita”, ha exhortado Francisco en Marruecos, al final de su 28º viaje apostólico, este domingo, 31 de marzo de 2019.
Al término de la celebración eucarística que el Pontífice ha presidido en Rabat, Marruecos –la más multitudinaria en la historia del país–, el Santo Padre ha agradecido a todos los fieles su acogida y la organización de este viaje a las personas encargadas, además del Rey Mohammed VI y de las autoridades civiles y eclesiásticas.
Asimismo, el Arzobispo de Rabat, el salesiano español Santiago Mons. Cristóbal López Romero, ha dirigido unas palabras de gratitud al Papa por esta visita apostólica, invitando a todos los presentes –cerca de 10.000 personas, según los organizadores–: “Gracias por habernos confirmado en la fe. Gracias por haber alimentado nuestra esperanza. Cuente con nosotros como nosotros contamos con usted”.
Después de los discursos, han regalado al Papa Francisco en nombre de la Iglesia local una escultura en bronce de Cristo llevando la cruz, y una maceta con un olivo joven.
A continuación ofrecemos las palabras del Santo Padre al final de la Eucaristía:
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Palabras del Papa Francisco
En la conclusión de esta Eucaristía deseo nuevamente bendecir al Señor que me ha permitido realizar este viaje para ser entre ustedes y con ustedes, servidor de la esperanza.
Agradezco a su Majestad, el rey Mohammed VI, su invitación. Le agradezco el haber querido estar cercano a nosotros enviando sus representantes.
Agradezco a todas las autoridades y todas las personas que han colaborado para el desarrollo de este viaje.
Gracias a mis hermanos en el episcopado, los arzobispos de Rabat y Tánger, como también a los otros obispos, a los sacerdotes y a las religiosas y a todos los fieles laicos que están aquí en Marruecos como servidores de la vida y de la misión de la Iglesia.
Y gracias a ustedes, hermanos y hermanas, por todo lo que han hecho para preparar este viaje, y por todo lo que hemos podido compartir desde la fe, la esperanza y la caridad y todo lo que hemos podido compartir desde la fraternidad entra cristianos y musulmanes. Muchas gracias.
Con estos sentimientos de gratitud, deseo nuevamente animarlos a perseverar en el camino del diálogo entre cristianos y musulmanes y a colaborar también a que esa fraternidad se haga visible, se haga universal, pues tenemos su fuente en Dios, y ustedes se hagan aquí servidores de la esperanza que este mundo tanto necesita.
Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias
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https://es.zenit.org/articles/el-papa-francisco-se-va-de-marruecos-deseando-paz-y-prosperidad/ Sun, 31 Mar 2019 18:36:24 +0000 https://es.zenit.org/?p=110337 Regreso a Roma previsto a las 21:30 h.
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]]> (ZENIT – 31 marzo 2019).- El Papa Francisco abandonó Marruecos después de dos días de viaje apostólico, deseándole paz y prosperidad al país. Su avión, que despegó en Rabat alrededor de las 17:30 hora local, se espera en Roma a las 21:30 horas.
Después de la celebración eucarística en el estadio del complejo deportivo “Príncipe Moulay Abdellah”, última reunión de este viaje, el Papa llegó al aeropuerto de la capital, a las 17 horas (18 horas en Roma), y fue recibido por un delegado del rey Mohammed VI, con quien habló brevemente en el salón real.
El Pontífice se montó luego un B737-800 de Royal Air Maroc. Al partir, envió un telegrama al soberano, agradeciendo a la familia real, al gobierno y al pueblo amado de Marruecos por su “cálida bienvenida” y su “generosa hospitalidad”. Invocando todas las “abundantes bendiciones divinas”, asegurando sus oraciones “por la paz y la prosperidad de la nación”.
Durante el vuelo, Francisco ofrecerá a los 70 periodistas acreditados en este 28º viaje apostólico su tradicional rueda de prensa.
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https://es.zenit.org/articles/misa-en-marruecos-francisco-llama-a-arriesgarnos-a-vivir-no-como-enemigos-sino-como-hermanos/ Sun, 31 Mar 2019 16:16:17 +0000 https://es.zenit.org/?p=110293 Homilía del Papa en Rabat
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]]> (ZENIT – 31 marzo 2019).- El Papa Francisco ha hecho un llamamiento a la fraternidad, en la Misa celebrada en Rabat, Marruecos, este domingo, 31 de marzo de 2019: “Sólo si cada día somos capaces de levantar los ojos al cielo y decir
Padre nuestro podremos entrar en una dinámica que nos posibilite mirar y arriesgarnos a vivir no como enemigos sino como hermanos”.
La Eucaristía celebrada por el Santo Padre ha sido la más numerosa hasta ahora, en este país de mayoría musulmana, en el que los fieles católica representan solo el 0.7%, esto es, unas 25.000 personas. Según los organizadores de la visita, cerca de 10.000 creyentes han participado en la Misa, en el estadio Príncipe Moulay Abdellah, situado en Rabat, capital de Marruecos.
Comentando el pasaje de Lucas, sobre la parábola del regreso del hijo pródigo, el Pontífice ha asegurado que “la experiencia nos dice que el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma de nuestros pueblos, envenenar la esperanza de nuestros hijos, destruir y llevarse consigo todo lo que amamos”.
“Que en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa, podamos reconocer que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre”.
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Homilía del Papa Francisco
«Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó» (Lc 15,20).
Así el evangelio nos pone en el corazón de la parábola que transparenta la actitud del padre al ver volver a su hijo: tocado en las entrañas no lo deja llegar a casa cuando lo sorprende corriendo a su encuentro. Un hijo esperado y añorado. Un padre conmovido al verlo regresar.
Pero no fue el único momento en que el padre corrió. Su alegría sería incompleta sin la presencia de su otro hijo. Por eso también sale a su encuentro para invitarlo a participar de la fiesta (cf. v. 28). Pero, al hijo mayor parece que no le gustaban las fiestas de bienvenida, le costaba soportar la alegría del padre, no reconoce el regreso de su hermano: «ese hijo tuyo» afirmó (v. 30). Para él su hermano sigue perdido, porque lo había perdido ya en su corazón.
En su incapacidad de participar de la fiesta, no sólo no reconoce a su hermano, sino que tampoco reconoce a su padre. Prefiere la orfandad a la fraternidad, el aislamiento al encuentro, la amargura a la fiesta. No sólo le cuesta entender y perdonar a su hermano, tampoco puede aceptar tener un padre capaz de perdonar, dispuesto a esperar y velar para que ninguno quede afuera, en definitiva, le cuesta tener un padre capaz de sentir compasión.
En el umbral de esa casa parece manifestarse el misterio de nuestra humanidad: por un lado, estaba la fiesta por el hijo encontrado y, por otro, un cierto sentimiento de traición e indignación por festejar su regreso. Por un lado, la hospitalidad para aquel que había experimentado la miseria y el dolor, que incluso había llegado a oler y a querer alimentarse con lo que comían los cerdos; por otro lado, la irritación y la cólera por darle lugar a quien no era digno ni merecedor de tal abrazo.
Así, una vez más sale a la luz la tensión que se vive al interno de nuestros pueblos y comunidades, e incluso de nosotros mismos. Una tensión que desde Caín y Abel nos habita y que estamos invitados a mirar de frente: ¿Quién tiene derecho a permanecer entre nosotros, a tener un puesto en nuestras mesas y asambleas, en nuestras preocupaciones y ocupaciones, en nuestras plazas y ciudades? Parece continuar resonando esa pregunta fratricida: acaso ¿soy guardián de mi hermano? (cf. Gn 4,9).
En el umbral de esa casa aparecen las divisiones y enfrentamientos, la agresividad y los conflictos que golpearán siempre las puertas de nuestros grandes deseos, de nuestras luchas por la fraternidad y para que cada persona pueda experimentar desde ya su condición y dignidad de hijo.
Pero a su vez, en el umbral de esa casa brillará con toda claridad, sin elucubraciones ni excusas que le quiten fuerza, el deseo del Padre: que todos sus hijos tomen parte de su alegría; que nadie viva en condiciones no humanas como su hijo menor, ni en la orfandad, el aislamiento o en la amargura como el hijo mayor. Su corazón quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm 2,4).
Es cierto, son tantas las circunstancias que pueden alimentar la división y la confrontación; son innegables las situaciones que pueden llevarnos a enfrentarnos y a dividirnos. No podemos negarlo. Siempre nos amenaza la tentación de creer en el odio y la venganza como formas legítimas de brindar justicia de manera rápida y eficaz. Pero la experiencia nos dice que el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma de nuestros pueblos, envenenar la esperanza de nuestros hijos, destruir y llevarse consigo todo lo que amamos.
Por eso Jesús nos invita a mirar y contemplar el corazón del Padre. Sólo desde ahí podremos redescubrirnos cada día como hermanos. Sólo desde ese horizonte amplio, capaz de ayudarnos a trascender nuestras miopes lógicas divisorias, seremos capaces de alcanzar una mirada que no pretenda clausurar ni claudicar nuestras diferencias buscando quizás una unidad forzada o la marginación silenciosa. Sólo si cada día somos capaces de levantar los ojos al cielo y decir Padre nuestro podremos entrar en una dinámica que nos posibilite mirar y arriesgarnos a vivir no como enemigos sino como hermanos.
«Todo lo mío es tuyo» (Lc 15,31), le dice el padre a su hijo mayor. Y no se refiere tan sólo a los bienes materiales sino a ser partícipes también de su mismo amor y compasión. Esa es la mayor herencia y riqueza del cristiano. Porque en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa podamos reconocer que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre.
«Todo lo mío es tuyo», también mi capacidad de compasión, nos dice el Padre. No caigamos en la tentación de reducir nuestra pertenencia de hijos a una cuestión de leyes y prohibiciones, de deberes y cumplimientos. Nuestra pertenencia y nuestra misión no nacerá de voluntarismos, legalismos, relativismos o integrismos sino de personas creyentes que implorarán cada día con humildad y constancia: venga a nosotros tu Reino.
La parábola evangélica presenta un final abierto. Vemos al padre rogar a su hijo mayor que entre a participar de la fiesta de la misericordia. El evangelista no dice nada sobre cuál fue la decisión que este tomó. ¿Se habrá sumado a la fiesta? Podemos pensar que este final abierto está dirigido para que cada comunidad, cada uno de nosotros pueda escribirlo con su vida, con su mirada y actitud hacia los demás. El cristiano sabe que en la casa del Padre hay muchas moradas, sólo quedan afuera aquellos que no quieran tomar parte de su alegría.
Queridos hermanos, quiero darles las gracias por el modo en que dan testimonio del evangelio de la misericordia en estas tierras. Gracias por los esfuerzos realizados para que sus comunidades sean oasis de misericordia. Los animo y aliento a seguir haciendo crecer la cultura de la misericordia, una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea su sufrimiento (cf. Carta ap. Misericordia et misera, 20). Sigan cerca de los pequeños y de los pobres, de los que son rechazados, abandonados e ignorados, sigan siendo signo del abrazo y del corazón del Padre.
Que el Misericordioso y el Clemente —como lo invocan tan a menudo nuestros hermanos y hermanas musulmanas— los fortalezca y haga fecundas las obras de su amor.
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-el-papa-se-inclina-ante-el-hermano-jean-pierre-el-ultimo-sobreviviente-de-tibhirine/ Sun, 31 Mar 2019 15:03:09 +0000 https://es.zenit.org/?p=110294 Le besa su mano en la catedral de Rabat
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]]> (ZENIT – 31 marzo 2019).- El Papa Francisco se reunió con el Hermano Jean-Pierre Schumacher, el último sobreviviente de Tibhirine, en la catedral de San Pedro, Rabat, el 31 de marzo de 2019: se inclinó ante él y le besó la mano.
En el segundo día de su viaje apostólico a Marruecos, el Papa tuvo una cita con los sacerdotes y religiosos presentes en la diócesis. En la primera fila: la hermana Ersillia Mantovani, de 97 años, una franciscana italiana que acababa de celebrar 80 años de vida religiosa, y el monje trapense de 95 años que sobrevivió a la toma de rehenes en 1996, donde murieron siete de sus hermanos en Argelia.
Ambas figuras fueron aplaudidas por la asamblea. Y el Papa rindió homenaje al hermano Jean-Pierre, besándole la mano. Entrevistado por la televisión italiana Rai 2 después de esta entrevista, el viejo monje explicó que también había besado la mano del Papa, describiendo un momento inolvidable.
Siete trapenses franceses (Christian de Chergé, Luc Dochier, Christophe Lebreton, Michel Fleury, Bruno Lemarchand, Celestin Ringeard y Paul Favre-Miville) fueron secuestrados en marzo de 1996 en su monasterio de Notre Dame de l’Atlas, a 80 km de distancia. al sur de Argelia Por otro lado, dos hermanos, Amédée, que murió en 2008, y Jean-Pierre, encerrados en sus habitaciones, escaparon de los secuestradores. Hoy, el hermano Jean-Pierre vive en Midelt (Marruecos), en el monasterio de Notre Dame de l’Atlas.
Los siete monjes de Tibhirine, cuyo martirio fue reconocido por la Congregación para las Causas de los Santos el 26 de enero de 2018, fueron beatificados el 8 de diciembre pasado.
© Traducción de Zenit, Raquel Anillo
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https://es.zenit.org/articles/vosotros-teneis-una-gran-historia-que-construir-alienta-el-papa-a-los-sacerdotes-y-religiosos-en-marruecos/ Sun, 31 Mar 2019 10:54:42 +0000 https://es.zenit.org/?p=110286 Discurso del Papa a los religiosos y sacerdotes
La entrada “¡Vosotros tenéis una gran historia que construir!”: Alienta el Papa a los sacerdotes y religiosos en Marruecos se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 31 marzo 2019).- “Hermanos y hermanas: agradezco nuevamente a todos vosotros vuestra presencia y vuestra misión aquí en Marruecos. Gracias por vuestro servicio humilde y discreto, siguiendo el ejemplo de nuestros mayores en la vida consagrada” ha dicho el Papa a los sacerdotes, religiosos y religiosas en Marruecos.
En su segunda jornada en el país, el Santo Padre ha participado en un encuentro con cientos de hombres y mujeres consagrados que viven en Marruecos. La reunión ha tenido lugar a las 10:30 horas en la Catedral de Rabat, tras la visita del Papa al Centro Rural de Servicios Sociales de Temara.
“Todos vosotros sois testigos de una historia que es gloriosa porque es historia de sacrificios, esperanzas, lucha cotidiana, vida gastada en el servicio, constancia en el trabajo fatigoso, porque toda labor es sudor de la frente”, ha expresado. “Pero permitidme también deciros: “¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir!”.
“Nuestra misión de bautizados, sacerdotes, consagrados, no está determinada principalmente por el número o la cantidad de espacios que se ocupan”, ha explicado el Pontífice a los religiosos, “sino por la capacidad que se tiene de generar y suscitar transformación, estupor y compasión”.
El problema no es ser pocos, “sino ser insignificantes”, convertirse en una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina, ha dicho.
Diálogo
Asimismo, el Papa ha anunciado, que “como discípulos de Jesucristo estamos llamados, desde el día de nuestro Bautismo, a formar parte de este diálogo de salvación y de amistad, del que somos los primeros beneficiarios”.
“En estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón”.
Al final del discurso, el Santo Padre ha mencionado a Sor Ersillia Mantovani, franciscana italiana de 97 años, que vive en Marruecos. A través de ella, ha enviado un saludo a las hermanas y a los hermanos ancianos que, “a causa de su estado de salud, no están físicamente presentes con nosotros, pero permanecen unidos a través de la oración”.
A continuación, reproducimos el discurso que ha pronunciado el Papa Francisco a los sacerdotes, religiosos y religiosas.
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Discurso del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas:
Estoy muy contento de encontrarme con vosotros. Agradezco especialmente al padre Germain y a sor Mary sus testimonios. También deseo saludar al Consejo Ecuménico de las Iglesias, que manifiesta visiblemente la comunión que se vive aquí en Marruecos entre cristianos de diversas confesiones, en el camino de la unidad. Los cristianos son un grupo pequeño en este país. Pero para mí esta realidad no es un problema, aun cuando reconozco que a veces la vida pueda resultar difícil para algunos. Vuestra situación me trae a la memoria la pregunta de Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? […] Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó» (Lc 13,18.21). Parafraseando las palabras del Señor podríamos preguntarnos: ¿A qué es semejante un cristiano en estas tierras? ¿A qué se puede comparar? Es semejante a un poco de levadura que la madre Iglesia quiere mezclar con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa fermente. En efecto, Jesús no nos ha elegido y enviado para que seamos los más numerosos. Nos ha llamado para una misión. Nos ha puesto en la sociedad como esa pequeña cantidad de levadura: la levadura de las bienaventuranzas y el amor fraterno donde todos como cristianos nos podemos encontrar para que su Reino se haga presente.
Queridos amigos: esto significa que nuestra misión de bautizados, sacerdotes, consagrados, no está determinada principalmente por el número o la cantidad de espacios que se ocupan, sino por la capacidad que se tiene de generar y suscitar transformación, estupor y compasión; por el modo en el que vivamos como discípulos de Jesús, junto a aquellos con quienes compartimos lo cotidiano, las alegrías, los dolores, los sufrimientos y las esperanzas (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. past. Gaudium et spes, 1). En otras palabras, los caminos de la misión no pasan por el proselitismo, que lleva siempre a un callejón sin salida, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás. Por tanto, el problema no es ser pocos, sino ser insignificantes, convertirse en una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina (cf. Mt 5,13-15).
Creo que la preocupación surge cuando a nosotros, cristianos, nos abruma pensar que solo podemos ser significativos si somos la masa y si ocupamos todos los espacios. Vosotros sabéis bien que la vida se juega en la capacidad que tengamos de “ser fermento” allí donde nos encontremos y con quien nos encontremos, «aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 210). Porque cristiano no es el que se adhiere a una doctrina, a un templo o a un grupo étnico. Ser cristiano es un encuentro. Somos cristianos porque hemos sido amados y encontrados, y no gracias al proselitismo. Ser cristianos es reconocerse perdonados y enviados a actuar del mismo modo que Dios ha obrado con nosotros, porque «en esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,35).
Queridos hermanos y hermanas: consciente del contexto en el que estáis llamados a vivir vuestra vocación bautismal, vuestro ministerio, vuestra consagración, me vienen a la mente las palabras del Papa san Pablo VI en la encíclica Ecclesiam suam: «La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio» (n. 34). Afirmar que la Iglesia debe entablar un diálogo no depende de una moda, menos aún de una estrategia para que aumente el número de sus miembros. Si la Iglesia debe entablar un diálogo es por fidelidad a su Señor y Maestro que, desde el comienzo, movido por el amor, ha querido dialogar como amigo e invitarnos a participar de su amistad (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Dei Verbum, 2). Así, como discípulos de Jesucristo estamos llamados, desde el día de nuestro Bautismo, a formar parte de este diálogo de salvación y de amistad, del que somos los primeros beneficiarios.
En estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Por tanto, es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas. En este espíritu, encontramos hermanos mayores que nos muestran el camino, porque con su vida han testimoniado que esto es posible, un “listón alto” que nos desafía y estimula. Cómo no recordar la figura de san Francisco de Asís que, en plena cruzada, fue a encontrarse con el sultán al-Malik al- Kamil. Y cómo no mencionar al beato Carlos de Foucauld que, profundamente impresionado por la vida humilde y escondida de Jesús en Nazaret, a quien adoraba en silencio, quiso ser un “hermano universal”. E incluso a los hermanos y hermanas cristianos que han elegido ser solidarios con un pueblo hasta dar la propia vida. Así, cuando la Iglesia, fiel a la misión recibida del Señor, entabla un diálogo con el mundo y se hace coloquio, contribuye a la llegada de la fraternidad, que tiene su fuente profunda no en nosotros, sino en la paternidad de Dios.
Como consagrados, estamos llamados a vivir dicho diálogo de salvación como intercesión por el pueblo que nos ha sido confiado. Recuerdo una vez —hablando con un sacerdote que se encontraba como vosotros en un lugar donde los cristianos son minoría—, me contaba que la oración del “Padre nuestro” había adquirido una resonancia especial en él porque, rezando en medio de personas de otras religiones, sentía con fuerza las palabras «danos hoy nuestro pan de cada día». La oración de intercesión del misionero también por ese pueblo, que en cierta medida le había sido confiado, no para administrar sino para amar, lo llevaba a rezar esta oración con un tono y un gusto especiales. El consagrado, el sacerdote, lleva a su altar con su oración la vida de sus compatriotas y mantiene viva, como a través de una pequeña grieta en esa tierra, la fuerza vivificante del Espíritu. Qué hermoso es saber que, en los distintos rincones de esta tierra, en vuestras voces, la creación implora y sigue diciendo: “Padre nuestro”.
Por tanto, es un diálogo que se convierte en oración y que podemos realizar concretamente todos los días en nombre «de la “fraternidad humana” que abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales. En el nombre de esta fraternidad golpeada por las políticas de integrismo y división y por los sistemas de ganancia insaciable y las tendencias ideológicas odiosas, que manipulan las acciones y los destinos de los hombres» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019). Una oración que no distingue, no separa, no margina, sino que se hace eco de la vida del prójimo; oración de intercesión que es capaz de decir al Padre: «Venga tu reino». No con la violencia, el odio o la supremacía étnica, religiosa, económica, sino con la fuerza de la compasión derramada en la Cruz por todos los hombres. Esta es la experiencia vivida por la mayor parte de vosotros.
Doy gracias a Dios por lo que habéis hecho aquí en Marruecos, como discípulos de Jesucristo, encontrando cada día en el diálogo, en la colaboración y en la amistad los instrumentos para sembrar futuro y esperanza. Así desenmascaráis y lográis poner en evidencia todos los intentos de utilizar las diferencias y la ignorancia para sembrar miedo, odio y conflicto. Porque sabemos que el miedo y el odio, alimentados y manipulados, desestabilizan y dejan nuestras comunidades espiritualmente indefensas.
Sin otro deseo que el de hacer visible la presencia y el amor de Cristo, que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8,9), os animo a que sigáis estando cerca de quienes a menudo son dejados atrás, de los pequeños y los pobres, de los presos y los migrantes. Que vuestra caridad sea siempre activa y un camino de comunión entre los cristianos de todas las confesiones presentes en Marruecos: el ecumenismo de la caridad. Que pueda ser también un camino de diálogo y de cooperación con nuestros hermanos y hermanas musulmanes, y con todas las personas de buena voluntad. La caridad, especialmente hacia los más débiles, es la mejor oportunidad que tenemos para seguir trabajando en favor de una cultura del encuentro. Que ese sea el camino que permita a las personas heridas, probadas, excluidas, reconocerse por fin miembros de la única familia humana, en el signo de la fraternidad. Como discípulos de Jesucristo, en este mismo espíritu de diálogo y de cooperación, tened siempre el deseo de contribuir al servicio de la justicia y la paz, de la educación de los niños y los jóvenes, de la protección y el acompañamiento de los ancianos, los débiles, las personas con discapacidades y los oprimidos.
Hermanos y hermanas: agradezco nuevamente a todos vosotros vuestra presencia y vuestra misión aquí en Marruecos. Gracias por vuestro servicio humilde y discreto, siguiendo el ejemplo de nuestros mayores en la vida consagrada, entre los cuales quiero mencionar a la decana, sor Ersilia. Querida hermana: a través de ti dirijo un cordial saludo a las hermanas y a los hermanos ancianos que, a causa de su estado de salud, no están físicamente presentes con nosotros, pero permanecen unidos a través de la oración.
Todos vosotros sois testigos de una historia que es gloriosa porque es historia de sacrificios, esperanzas, lucha cotidiana, vida gastada en el servicio, constancia en el trabajo fatigoso, porque toda labor es sudor de la frente. Pero permitidme también deciros: «¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa» (Exhort. ap. Postsin. Vita consecrata, 110), para seguir siendo signo vivo de esa fraternidad a la que el Padre nos ha llamado, sin voluntarismos y sin resignación, sino como creyentes que saben que el Señor siempre nos precede y abre espacios de esperanza donde parecía que algo o alguien se había perdido.
El Señor os bendiga a cada uno de vosotros y, por medio de vosotros, a los miembros de vuestras comunidades. Que su Espíritu os ayude a dar frutos en abundancia: frutos de diálogo, de justicia, de paz, de verdad y de amor para que en esta tierra amada por Dios crezca la fraternidad humana. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.
Y ahora nos ponemos bajo la protección de la Virgen María recitando el Ángelus.
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https://es.zenit.org/articles/los-ninos-del-centro-rural-de-servicios-sociales-de-temara-reciben-al-papa-con-canticos/ Sun, 31 Mar 2019 09:13:28 +0000 https://es.zenit.org/?p=110275 Segundo día del Papa en Marruecos
La entrada Marruecos: Cánticos y flores para el Papa en el Centro Rural de Servicios Sociales de Temara se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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(ZENIT – 31 marzo 2019).- En este segundo día de la visita apostólica del Papa Francisco a Marruecos, dedicada a la Iglesia local, Su Santidad ha visitado a las 9:30 horas el Centro Rural de Servicios Sociales de la ciudad costera de Temara, situada a 20 kilómetros de Rabat.
El Santo Padre fue recibido al llegar por las monjas vicentinas (Hijas de la Caridad), que son ayudadas en su trabajo diario por 7 colaboradores y un voluntario.
Al llegar el Papa al centro, han salido a recibirlo a la entrada las cuatro hermanas que trabajan en el lugar y dos niños que le llevaban unas flores. Allí, el Santo Padre se ha acercado a saludar a unos pequeños enfermos, mientras un coro de 150 niños que estudian en la escuela del centro han cantado para él.
Al término de su visita, el Papa se ha despedido de las hermanas y de los voluntarios y ha saludado, finalmente, a los padres de los niños asistidos en el centro, mientras estos cantaban. Después se ha trasladado en coche a la Catedral de Rabat para encontrarse con el Clero, los religiosos, las religiosas y el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
Centro Rural
Este Centro Rural está gestionado por las Hijas de la Caridad, la Compañía fundada en 1633 por Santa Luisa de Marillac y San Vicenzo de Paoli.
El Centro obra en el sector social gracias a las hermanas y a numerosos voluntarios, ofreciendo diversos servicios a la población local: alfabetización para adultos; sostenimiento escolar para los más jóvenes; servicio de comidas; asilo para niños de 2 a 7 años; ayuda psicológica para los más necesitados y curas médicas para los enfermos, en particular para las quemaduras, a los cuales hay que darles un seguimiento médico más continuado.
Nunciatura Apostólica
A primera hora de la mañana, este domingo, antes de realizar la visita privada al Centro Rural de Servicios Sociales, el Santo Padre saludó al personal de la Nunciatura Apostólica y presentó los regalos a Nunzio, monseñor Vito Rallo.
Antes del almuerzo, el Papa bendecirá los locales de la Nunciatura que fueron recientemente renovados y ampliados.
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https://es.zenit.org/articles/san-ludovico-pavoni-1-de-abril-3/ Sun, 31 Mar 2019 07:20:47 +0000 https://es.zenit.org/?p=110284 Fundó la Congregación de los Hijos de María Inmaculada
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«Conocido como el cura de los chicos pobres les ayudó espiritualmente y les propocionó una digna salida laboral con un interesante abanico de profesiones. Es el fundador de la Congregación de los Hijos de María Inmaculada»
Pío XII calificó a Ludovico como «otro Felipe Neri… precursor de san Juan Bosco… perfecto emulador de san José Cottolengo». Nació en Brescia, Italia, el 11 de septiembre de 1784. Su ilustre familia, los Poncarali, pertenecía a la nobleza. Eran dueños de grandes posesiones. Pero los utópicos ideales de la Revolución Francesa, portando aires triunfales, penetraron en la ciudad y arrasaron los derechos de muchos ciudadanos. En 1797 miembros del ejército tomaron bajo su mando el palacio Poncarali y firmaron el manifiesto «Juramos vivir libres o morir».
Sin darse ínfulas de nada, ni comprometerse con idílicos principios, únicamente con la sencillez de la verdad por bandera, Ludovico se había adentrado en el drama de los pobres. Ya conocía el asfixiante ambiente de las fábricas y lo que cuesta el aserto bíblico de ganarse el pan con el sudor de la frente. Había sido el primogénito de cinco hermanos, y todos los ojos estaban puestos en él, sin adivinar entonces lo que iba a depararle la vida.
A lo largo de los años, otras personas tendrían en cuenta sus cualidades y virtudes al punto de encomendarle altas misiones eclesiásticas. En esa época abastecía su alma cada mañana en la iglesia de San Lorenzo con el más excelente manjar: la Eucaristía. Mientras tanto, los que proclamaron la libertad esclavizaron al pueblo. Les privaron de bienes gratuitos que movimientos eclesiales proporcionaban a los desamparados, suprimieron escuelas, centros benéficos e incluso el seminario.
En una de las posesiones familiares, Ludovico realizaba obras de misericordia. Compartía los conocimientos que tenía con los chavales de su edad que no pudieron costearse estudios. Además, les enseñaba el catecismo. Su sensibilidad por estos jóvenes desamparados fue aumentando y, con ella, su amor al sacerdocio. En 1805 perdió a su padre, que falleció profundamente apenado por las desavenencias con uno de los hijos.
Cuando Ludovico ofició su primera misa en 1807 percibió con aflicción la ausencia de este díscolo hermano, que estaba casado. La lectura de un libro hizo que Ludovico tomase el sendero que guiaría el resto de su existencia: Sobre las influencias morales escrito por Schedoni. Fue providencial. Con lucidez su autor ponía de relieve lo ya conocido: si a los chicos se les deja a su aire, no se les exige la escolarización, y se ponen a su alcance puertas abiertas a la indisciplina y a la inmoralidad, el camino hacia el delito está en marcha. Lo dice el refrán: «quien siembra vientos, cosecha tempestades». Así que Ludovico tomó la resolución de implicarse por completo en la tarea de restaurarlos.
En noviembre de 1809 murió su madre dejándole gran pesar. Sin tiempo que perder, impulsó un centro parroquial para los muchachos del entorno. A otros los rescató de las calles conquistándolos con una simple limosna y el gozo reflejado en su semblante. Les allanó el camino disponiendo un hogar donde acogerlos, un «Oratorio». Los pilares de su capacitación en prácticos oficios (carpintería e imprenta) comenzaron en Brescia. Su iniciativa fue bendecida por el prelado Gabrio María Nava, que tenía gran debilidad por este colectivo marginal. Conocía la trayectoria del santo, que ya era popularmente denominado «el cura de los chicos pobres».
En 1812 lo designó secretario suyo. Seis años más tarde le nombró canónigo confiándole la rectoría de la Basílica de San Bernabé. Además, le encargó la fundación del «Instituto privado de beneficencia». Era una «Escuela de Oficios» de carácter gratuito. En 1821 recibió el nombre de «Pío Instituto de San Bernabé». Sus destinatarios eran jóvenes sin hogar ni recursos que, desde el punto de vista profesional, saldrían de sus aulas bien preparados para entrar en el mundo laboral. Y, desde la perspectiva espiritual, listos para lidiar con un ambiente poco sano y, por tanto, no cristiano.
Otra de las obras emprendidas por Ludovico fue la «Escuela Tipográfica», una novedad en Italia al tratarse de la primera escuela gráfica que se abría, convertida después en editorial. Fue ampliada en 1841 para otro grupo de sordomudos. Y como su entusiasmo y creatividad no tenían fronteras, en diez años logró que los jóvenes pudieran elegir entre un interesante abanico de profesiones: tipografía, encuadernación de libros, papelería, etc.
Los oficios a los que podrían aspirar serían igualmente extensos: plateros, cerrajeros, carpinteros, torneros, zapateros… Era un gran logro por el cual en 1844 fue condecorado por el emperador de Austria, quien le concedió el título de Caballero de la Corona de Hierro. Su destino fue un cajón; hubiera preferido ayuda para sus chicos.
Para que subsistiera esta formidable labor caritativo-social precisaba personas generosas, entregadas, con empuje. Sobre todo, que tuviesen entre sus objetivos altos ideales espirituales. Ludovico pensaba en esa opción cuando eligió entre los muchachos a los que juzgaba cumplían esos requisitos, y fundó con ellos la Congregación de los Hijos de María Inmaculada, erigida canónicamente en 1847. Comenzaban a verse los frutos de su religioso tesón: «debemos sembrar con confianza; no importa si los frutos no se ven». Ese mismo año emitió los votos perpetuos.
Su incesante entrega prosiguió hasta el fin de sus días. Aunque sus chicos le sugerían que descansase alguna vez, su invariable respuesta era «descansaremos en el cielo». Ese momento le sorprendió en Saiano, lugar cercano a Brescia. A pesar de su delicado estado de salud había acudido allí para liberar a sus muchachos de los atropellos provocados por los austriacos insurrectos que integraban la revuelta «de los Diez Días».
Llegó el 24 de marzo de 1849 y murió el 1 de abril diciendo: «Queridos míos… adiós». Era Domingo de Ramos. Poco antes pudo transmitirles esta consigna: «Tened fe, no os desaniméis. Dios, desde el cielo, rige y dispone el destino de los hombres. Haced siempre el bien a todos y amad a Jesús y a nuestra Madre, la Virgen Inmaculada». Juan Pablo II lo beatificó el 14 de abril de 2002. El Papa Francisco lo canonizó el 16 de octubre de 2016.
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https://es.zenit.org/articles/el-papa-se-encuentra-con-migrantes-en-marruecos-la-iglesia-padece-con-vosotros/ Sat, 30 Mar 2019 21:44:59 +0000 https://es.zenit.org/?p=110247 Discurso del Pontífice
La entrada El Papa se encuentra con migrantes en Caritas de Marruecos: “Todo hombre tiene derecho la vida” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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(ZENIT – 30 marzo 2019).- “Acoger, proteger, promover e integrar”: El Papa Francisco ha indicado en Rabat, durante su visita apostólica a Marruecos, estos cuatro verbos para que “quien quiera ayudar a hacer esta alianza más concreta y real pueda involucrarse con sabiduría en vez de permanecer en silencio, ayudar en lugar de aislar, construir en vez de abandonar”.
El Pontífice ha visita la delegación diocesana de Caritas en Rabat, este sábado, 30 de marzo de 2019, su primer día en el país, el 28º viaje que realiza fuera de Italia.
“Queridos amigos migrantes: la Iglesia reconoce los sufrimientos que afligen vuestro camino y padece con vosotros. Ella desea recordar, acercándose a vuestra situación particular, que Dios quiere que todos tengamos vida”, les ha revelado el Pontífice.
El “valor de cada vida”
A su llegada, el Papa ha sido recibido en la entrada principal de la sede de Caritas por el Arzobispo de Tánger, Mons. Santiago Agrelo Martínez, y por el director de la sede de Caritas, quien ha regalado al Papa una imagen de la Virgen en mármol.
“Lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y el valor de cada vida”, ha asegurado Francisco, explicando que “se han dado muchos pasos positivos en diferentes ámbitos, especialmente en las sociedades desarrolladas”, pero “no podemos olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede medirse solo por el desarrollo tecnológico o económico”.
Acoger
Acoger significa, ante todo, “ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino”, ha descrito el Papa. Este compromiso común “es necesario para no otorgar nuevos espacios a los ‘mercaderes de carne humana’ que especulan con los sueños y las necesidades de los migrantes”.
Proteger
Proteger quiere decir que se garantice la defensa «de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio», ha recordado el Papa. “En lo que concierne a la realidad de esta región, la protección se debe asegurar ante todo a lo largo de las rutas migratorias que, lamentablemente, son a menudo escenarios de violencia, explotación y abusos de todo tipo”, ha advertido.
Promover
En esta línea, el Pontífice ha aclarado que promover significa “garantizar a todos, migrantes y locales, la posibilidad de encontrar un ambiente seguro que les permita realizarse integralmente”, y ha matizado que esta promoción “comienza reconociendo que ninguno es un desecho humano, sino que es portador de una riqueza personal, cultural y profesional que puede aportar mucho ahí donde se encuentra”.
Integrar
“Comprometerse en un proceso que valorice tanto el patrimonio cultural de la comunidad receptora como el de los migrantes, construyendo así una sociedad intercultural y abierta” sería lo que el Papa llama integrar.
“Este es un camino que hemos de recorrer juntos –ha anunciado– como verdaderos compañeros de viaje, que involucra a todos, migrantes y locales, en la construcción de ciudades acogedoras, plurales y atentas a los procesos interculturales, ciudades capaces de valorizar la riqueza de las diferencias en el encuentro con el otro”.
Testimonio de un migrante
Antes del discurso del Papa, el Arzobispo de Tánger, Mons. Santiago Agrelo, ha ofrecido unas palabras al Santo Padre, seguidas por el breve testimonio de un migrante de Camerún residente en Marruecos, y una representación musical a cargo de unas niñas.
Al término del encuentro, el Papa se ha trasladado en coche a la Nunciatura Apostólica de Rabat. A su llegada a la Nunciatura, el Santo Padre ha saludado a numerosos fieles que lo esperaban, también había varios niños, algunos scouts y un numeroso grupo de estudiantes de las escuelas católicas de la ciudad.
Publicamos a continuación el discurso del Papa Francisco en el Encuentro con los Migrantes:
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Discurso del Papa Francisco
Queridos amigos:
Me complace tener esta oportunidad de encontraros durante mi visita al Reino de Marruecos. Es una ocasión que me permite expresaros nuevamente mi cercanía y hacer frente con vosotros a esta herida grande y dolorosa que continúa desgarrando los inicios de este siglo XXI. Herida que clama al cielo, y por eso no queremos que nuestra palabra sea la indiferencia y el silencio (cf. Ex 3,7). Mucho más cuando se constata que son muchos millones los refugiados y los demás migrantes forzados que piden la protección internacional, sin contar a las víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud en manos de organizaciones criminales. Nadie puede ser indiferente ante este dolor.
Agradezco a Mons. Santiago sus palabras de bienvenida y el compromiso de la Iglesia en favor de los migrantes. También agradezco a Jackson por su testimonio, y a todos vosotros, migrantes y miembros de las asociaciones que están a su servicio, que habéis venido aquí esta tarde para estar juntos, para fortalecer los lazos entre nosotros y que sigamos comprometiéndonos en asegurar condiciones de vida dignas para todos. Y gracias a los niños. Ellos son la esperanza. Por ellos tenemos que luchar, por ellos. Ellos tienen derecho, derecho a la vida, derecho a la dignidad. Luchemos por ellos. Todos estamos llamados a responder a los numerosos desafíos planteados por las migraciones contemporáneas, con generosidad, diligencia, sabiduría y amplitud de miras, cada uno según sus propias posibilidades (cf. Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018).
Hace algunos meses tuvo lugar aquí en Marruecos la Conferencia Intergubernamental de Marrakech, que ratificó la adopción del Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular. «El Pacto sobre migración representa un importante paso adelante para la comunidad internacional que, por primera vez a nivel multilateral y en el ámbito de las Naciones Unidas, aborda el tema en un documento relevante» (Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 7 enero 2019).
Este Pacto nos permite reconocer y tomar conciencia de que «no se trata solo de migrantes» (cf. Tema de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019), como si sus vidas fueran una realidad extraña o marginal que no tuviera nada que ver con el resto de la sociedad. Como si su condición de personas con derechos permaneciera “suspendida” debido a su situación actual; «en efecto, un migrante no es más humano o menos humano, en función de su ubicación a un lado o a otro de una frontera».[1]
Lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y el valor de cada vida. Se han dado muchos pasos positivos en diferentes ámbitos, especialmente en las sociedades desarrolladas, pero no podemos olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede medirse solo por el desarrollo tecnológico o económico. Este depende sobre todo de la capacidad de dejarse conmover por quien llama a la puerta y que con su mirada estigmatiza y depone a todos los falsos ídolos que hipotecan y esclavizan la vida, ídolos que prometen una aparente y fugaz felicidad, construida al margen de la realidad y del sufrimiento de los demás. ¡Qué desierta e inhóspita se vuelve una ciudad cuando pierde la capacidad de compasión! Una sociedad sin corazón… una madre estéril. Vosotros no estáis marginados, estáis en el centro del corazón de la Iglesia.
He querido ofrecer cuatro verbos —acoger, proteger, promover e integrar— para que quien quiera ayudar a hacer esta alianza más concreta y real pueda involucrarse con sabiduría en vez de permanecer en silencio, ayudar en lugar de aislar, construir en vez de abandonar.
Queridos amigos, me gustaría insistir sobre la importancia de estos cuatro verbos. Forman como un marco de referencia para todos. De hecho, en este compromiso estamos todos implicados —de diferentes maneras, pero todos implicados—, y todos somos necesarios para garantizar una vida más digna, segura y solidaria. Me gusta pensar que el primer voluntario, asistente, socorrista y amigo de un migrante es otro migrante que conoce en primera persona el sufrimiento del camino. No se puede pensar en estrategias a gran escala, capaces de dar dignidad, limitándose solo a acciones de asistencia al migrante. Son indispensables, pero insuficientes. Es necesario que vosotros, migrantes, os sintáis como los primeros protagonistas y ejecutores en todo este proceso.
Estos cuatro verbos pueden ayudar a crear alianzas capaces de recuperar espacios donde acoger, proteger, promover e integrar. En definitiva, espacios para dar dignidad.
«Considerando el escenario actual, acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino» (Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018). De hecho, la ampliación de los canales migratorios regulares es uno de los principales objetivos del Pacto Mundial. Este compromiso común es necesario para no otorgar nuevos espacios a los “mercaderes de carne humana” que especulan con los sueños y las necesidades de los migrantes. Y hasta que este compromiso no se realice plenamente, habrá que afrontar la realidad apremiante de los flujos irregulares con justicia, solidaridad y misericordia. Las formas de expulsión colectiva, que no permiten un manejo correcto de los casos particulares, no pueden ser aceptadas. Por otro lado, los caminos extraordinarios de regularización, especialmente en el caso de las familias y de los menores, han de ser alentados y simplificados.
Proteger quiere decir que se garantice la defensa «de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio» (ibíd.). En lo que concierne a la realidad de esta región, la protección se debe asegurar ante todo a lo largo de las rutas migratorias que, lamentablemente, son a menudo escenarios de violencia, explotación y abusos de todo tipo. Aquí también es necesario prestar especial atención a los migrantes en situación de gran vulnerabilidad, a los numerosos menores no acompañados y a las mujeres. Es esencial poder garantizar a todos una asistencia médica, psicológica y social adecuada con el propósito de devolver la dignidad a quienes la han perdido en el camino, como hacen con dedicación los trabajadores de esta estructura. Y hay algunos entre vosotros que pueden testimoniar lo importante que son estos servicios de protección, para dar esperanza durante el tiempo de permanencia en los países que los han acogido.
Promover significa garantizar a todos, migrantes y locales, la posibilidad de encontrar un ambiente seguro que les permita realizarse integralmente. Esta promoción comienza reconociendo que ninguno es un desecho humano, sino que es portador de una riqueza personal, cultural y profesional que puede aportar mucho ahí donde se encuentra. Las sociedades de acogida se enriquecerán si saben valorizar adecuadamente la aportación de los migrantes, evitando todo tipo de discriminación y cualquier sentimiento xenófobo. Debe fomentarse vivamente el aprendizaje de la lengua local como vehículo esencial de comunicación intercultural, así como toda forma positiva de responsabilizar a los migrantes respecto a la sociedad que los acoge, aprendiendo a respetar las personas y las relaciones sociales, las leyes y la cultura, para que así ofrezcan una mejor aportación al desarrollo humano integral de todos.
Pero no nos olvidemos que la promoción humana de los migrantes y sus familias empieza ya desde sus comunidades de origen, donde se debe garantizar, junto al derecho a emigrar, también el de no estar obligados a emigrar, es decir, el derecho a encontrar en la propia patria las condiciones que permitan una vida digna. Aprecio y aliento los esfuerzos de los programas de cooperación internacional y de desarrollo transnacional desvinculados de intereses parciales, que tienen a los migrantes como protagonistas principales (cf. Discurso a los participantes en el foro internacional sobre “migración y paz”, 21 febrero 2017).
Integrar quiere decir comprometerse en un proceso que valorice tanto el patrimonio cultural de la comunidad receptora como el de los migrantes, construyendo así una sociedad intercultural y abierta. Sabemos que no es nada fácil entrar en una cultura que nos es ajena —ya sea para quienes llegan como para quien acoge—, ponernos en el lugar de personas tan diferentes a nosotros, comprender sus pensamientos y experiencias. Así, a menudo renunciamos al encuentro con el otro y levantamos barreras para defendernos (cf. Homilía en la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, 14 enero 2018). Integrar requiere, por consiguiente, no dejarse condicionar por los miedos y la ignorancia.
Este es un camino que hemos de recorrer juntos, como verdaderos compañeros de viaje, que involucra a todos, migrantes y locales, en la construcción de ciudades acogedoras, plurales y atentas a los procesos interculturales, ciudades capaces de valorizar la riqueza de las diferencias en el encuentro con el otro. Y también en este caso, muchos de vosotros podéis manifestar personalmente la necesidad de un compromiso como este.
Queridos amigos migrantes: la Iglesia reconoce los sufrimientos que afligen vuestro camino y padece con vosotros. Ella desea recordar, acercándose a vuestra situación particular, que Dios quiere que todos tengamos vida. También quiere estar a vuestro lado para construir con vosotros lo que sea mejor para vuestra vida. Porque todo hombre tiene derecho a la vida, todo hombre tiene derecho a soñar y a poder encontrar el lugar que le corresponde en nuestra “casa común”. Toda persona tiene derecho al futuro.
Asimismo, quisiera expresar mi gratitud a todas las personas que se han puesto al servicio de los migrantes y refugiados en todo el mundo, y hoy de manera especial a vosotros, miembros de Caritas que, en nombre de toda la Iglesia, tenéis el honor de manifestar el amor misericordioso de Dios a tantas hermanas y hermanos nuestros, así como también a todos los miembros de las demás asociaciones vinculadas. Vosotros bien sabéis y experimentáis que para el cristiano “no se trata solo de migrantes”, sino de Cristo mismo que llama a nuestra puerta.
Que el Señor, que durante su vida terrenal vivió en carne propia el sufrimiento del exilio, bendiga a cada uno de vosotros, os dé la fuerza necesaria para no desanimaros y para ser unos con otros “puerto seguro” de acogida.
Muchas gracias.
© Librería Editorial Vaticano
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https://es.zenit.org/articles/doctrina-de-la-fe-un-frances-mons-patrick-descourtieux-nombrado-jefe-de-departamento/ Sat, 30 Mar 2019 21:01:25 +0000 https://es.zenit.org/?p=110243 Trabajó 10 años en la Secretaría de Estado
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]]> (ZENIT 30 marzo 2019).- El Papa Francisco nombró a un francés, Mons. Patrick Descourtieux, jefe de servicio en el seno de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 30 de marzo de 2019. Hasta ahora era funcionario del mismo dicasterio, dice el Vaticano.
El Obispo Patrick Descourtieux, Rector Emérito de Trinidad-des-Monts y Profesor visitante en el “Institutum Patristicum Augustinianum” (Roma), es actualmente profesor en la Faculté Notre-Dame (École Cathédrale, París).
Es sacerdote de la diócesis de París e hizo parte de sus estudios de teología en Bruselas en el Instituto de Estudios Teológicos (IET) de los jesuitas.
Ordenado en París en 1986, fue vicario en la parroquia de Saint-Séverin. Luego, en 1989, se fue a Roma, donde se unió a la Sección francesa de la Secretaría de Estado durante 10 años.
Músico, se desempeñó como organista en Saint-Louis-des-Français durante 5 años. Luego dejó la Secretaría de Estado y se convirtió en rector de la Iglesia francesa de Trinite-des-Monts mientras enseñaba en el Instituto Pontificio Patrístico Augustinianum.
Permaneció siete años en Trinité-des-Monts, luego regresó a París y fue nombrado sacerdote residente en la parroquia de Sainte Clotilde, y luego capellán en la Catedral de Notre-Dame en 2008.
En París, fue uno de los sacerdotes diocesanos delegados para la celebración en forma extraordinaria según fuera necesario y trabajó para la Comisión Ecclesia Dei en Roma.
Ha contribuido a varias publicaciones, entre ellas “El catolicismo de los padres” (2007), “El cardenal Henri de Lubac, Agustinismo y teología moderna” (2009) y “
Publicó traducciones de San Hilario de Poitiers y San Clemente de Alejandría (Stromates VI, SC 446, “¿Qué ricos serán salvos?”, SC 537), junto a los comentarios sobre los Salmos, vol. 1 (SC 515).
© Traducción de Zenit, Raquel Anillo
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-el-papa-desea-a-los-periodistas-que-su-trabajo-sea-fecundo/ Sat, 30 Mar 2019 20:51:52 +0000 https://es.zenit.org/?p=110242 Saludo en el vuelo papal
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]]> (ZENIT – 30 marzo 2019).- Esta mañana, en el avión que llevaba al Santo Padre Francisco a Marruecos, como de costumbre, se ha acercado a saludar a los periodistas y operadores de medios que lo acompañan en el vuelo papal.
Introducido por la presentación del director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, el Papa ha dirigido a los periodistas algunas palabras, que reproducimos a continuación:
***
Palabras del Santo Padre
Alessandro Gisotti:
Bienvenido, Santo Padre; bienvenidos todos vosotros. Bienvenidos los colegas periodistas de Marruecos para esta visita histórica del Papa Francisco a vuestro país.
Santo Padre, el lema de este viaje es “Servidores de la esperanza”: es bello que sea en un país donde la convinci y la fraternidad entre cristianos y musulmanes, después de la firma del Documento sobre la fraternidad humana en Abu Dhabi.
Papa Francisco:
Bienvenidos todos. Gracias por la compañía. Espero que vuestro trabajo sea fecundo. Será agotador, seguro, pero espero que fecundo. Me han dicho que hoy hay fiesta: no sé si habrá tarta, pero hay dos cumpleaños, ¿no? ¡Muchas felicidades! Gracias.
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https://es.zenit.org/articles/el-papa-visita-el-mausoleo-mohammed-v-el-palacio-real-y-un-centro-de-formacion-islamica/ Sat, 30 Mar 2019 20:32:14 +0000 https://es.zenit.org/?p=110232 Primer día en Marruecos
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(ZENIT – 30 marzo 2019).- Después de la ceremonia de bienvenida en la explanada Tour Hassan, en Rabat, alrededor de las 15 horas, el Santo Padre y el Rey Mohammed VI, se trasladaron al Mausoleo Mohammed V y visitaron las tumbas de Mohammed V y Hassan II, donde depositaron unas flores.
El Mausoleo está situado en la plaza de la Torre de Hassan y domina la desembocadura del río Bou Regreg. El monumento custodia la tumba de Muhammed V, sultán de Marruecos de 1927 a 1953, en exilio del 1953 a 1955, fue reconocido a su regreso en la patria y Rey de Marruecos del 1957 a 1961. Es considerado como “padre de la moderna nación marroquí”.
Asimismo, el complejo alberga las tumbas del príncipe Moulay Abdellah (1935-1983), el hijo más joven de Mohammed V, y del hermano Hassan II, Rey de Marruecos de 1961 a 1999.
Hacer crecer la fraternidad
Antes de abandonar el mausoleo, Francisco se sentó para escribir unas palabras en el libro de visitas.
El Papa anotó: “¡Con motivo de mi visita a este Mausoleo, invoco a Dios Todopoderoso para la prosperidad del Reino de Marruecos, pidiéndole que crezca la fraternidad y la solidaridad entre cristianos y musulmanes! ¡Rueguen por mí, por favor!”.
Luego, la persona que cuida del mausoleo ofreció al Papa un recuerdo y un libro sobre la historia del monumento.
Familia real
Al final de la visita, el Papa fue en automóvil al Palacio Real para una visita de cortesía al Rey Mohammed VI, alrededor de las 17 horas. A su llegada al Palacio Real, antes de entrar al gabinete real, el Rey y el Papa recibieron los honores de la Guardia Real.
A continuación, el rey marroquí presentó a su familia al Pontífice argentino, y se intercambiaron unos regalos. Después, mantuvieron una entrevista en privado, y firmaron juntos el llamado por la paz para Jerusalén, documento que se leyó en italiano.
Medalla del viaje apostólico
El regalo ofrecido por el Papa Francisco a Mohammed VI es un marco con la medalla de la visita apostólica a Marruecos. A la derecha del marco está representada una parte de la puerta de Bab-el-Mansour, entrada principal a la Ciudad Imperial de Meknes, construida por mandato del Sultán Moulay Ismaïl al final de su reinado (1672-1727).
A la izquierda, están representadas las dos catedrales de Marruecos, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, que se encuentra en Tánger, y la Catedral de San Pedro, que está en Rabat. La puerta de Bab-el-Mansour, representada abierta, simboliza el carácter interreligioso de la visita. Sobre la parte izquierda, la redacción inherente de la visita del Santo Padre al país.
Formación de imanes y predicadores
Luego el Rey acompañó al Papa a la entrada del palacio, nuevamente con los honores de la Guardia Real. Luego el Papa fue en automóvil al Instituto Mohammed VI para la formación de los imanes, predicadores y predicadoras.
A su llegada, el Rey Mohammed VI, el Ministro de Asuntos Religiosos, el Director del Instituto y el Presidente del Consejo de Ulema lo han recibido. Fueron juntos al auditorio después del homenaje de la Guardia Real, donde les esperaban.
Después de la proyección de un vídeo y los saludos del Ministro de Asuntos Religiosos, tuvieron que escuchar los testimonios de un estudiante europeo y un estudiante africano. Luego de un recital, con obras musicales de tradiciones judías, cristianas y musulmanas, el Rey Mohammed VI acompaño al Pontífice a su automóvil y se fue al mismo tiempo que él.
Por su parte, el Papa asistió a la sede de Caritas diocesana de Rabat para reunirse con los migrantes, a los que ha ofrecido un discurso en italiano, traducido simultáneamente en árabe.
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-llamado-por-la-paz-en-jerusalen-del-papa-y-el-rey-mohammed-vi/ Sat, 30 Mar 2019 19:08:24 +0000 https://es.zenit.org/?p=110214 Especial vocación "como ciudad de paz"
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]]> (ZENIT – 30 marzo 2019).- El primer día del viaje apostólico del Papa Francisco a Marruecos, en Rabat, el sábado 30 de marzo de 2019, el Papa Francisco y el Rey Mohammed VI han firmado un llamado sin precedentes por la paz en Jerusalén, para que la Ciudad Santa sea “un lugar de encuentro y símbolo de convivencia pacífica, donde se cultive el respeto y el diálogo recíproco”.
La firma tenido lugar en el Palacio Real de Rabat, alrededor de las 16:50 horas, durante la visita de cortesía del Pontífice Francisco al Rey Mohammed VI, el 23º rey de la dinastía Alaouita, en el trono desde el 30 de julio de 1999.
Reconociendo el “carácter único y sagrado” de Jerusalén / Al-Quds Acharif, y “profundamente preocupados” por su significado espiritual y su especial vocación “como ciudad de paz”, el Papa Francisco y el Rey Mohammed VI se unen a hacer este llamado.
Respeto mutuo y diálogo
“Consideramos importante preservar la Ciudad Santa de Jerusalén / Al-Quds Acharif como patrimonio común de la humanidad y especialmente de los seguidores de las tres religiones monoteístas, como lugar de encuentro y como símbolo de la coexistencia pacífica, donde el respeto mutuo y el diálogo puedan ser cultivados”, suscriben.
Desean que sean “preservados y promovidos el carácter multirreligioso específico, la dimensión espiritual y la identidad cultural particular de Jerusalén”.
Piden que sea plenamente garantizada “la plena libertad de acceso a los fieles de las tres religiones monoteístas y el derecho de cada uno a ejercer su propio culto (…), para un futuro de paz y de fraternidad en la tierra”.
Y concluyen: “Por lo tanto, esperamos que en la Ciudad Santa se garantice la plena libertad de acceso a los seguidores de las tres religiones monoteístas y su derecho al culto, para que en Jerusalén / Al-Quds Acharif puedan elevar sus oraciones a Dios, el Creador de todo, para un futuro de paz y fraternidad en la tierra”.
Con una traducción de Raquel Anillo
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-acto-de-bienvenida-al-papa-francisco-en-el-aeropuerto-de-rabat/ Sat, 30 Mar 2019 17:57:50 +0000 https://es.zenit.org/?p=110212 Telegrama al Presidente de Italia
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(ZENIT – 30 marzo 2019).- El Papa Francisco ha llegado al aeropuerto de Rabat-Salé, Marruecos, este mediodía, del sábado, 30 de marzo de 2019, en un vuelo de Alitalia con la delegación papal y los periodistas acreditados para llevar a cabo su 28ª visita apostólica internacional de dos días a Marruecos, del 30 al 31 de marzo.
Anita Bourdin, directora de la edición francesa de ZENIT, está en el vuelo papal, e informará sobre esta visita desde el país africano.
En un día lluvioso, con gran entusiasmo, bajo los paraguas, el Rey Mohammed VI y su séquito han recibido al Pontífice, el segundo en pisar suelo marroquí. Unos niños vestidos de blanco se han acercado al Papa y le han entregado unas flores, como gesto de bienvenida al país.
A continuación, el Papa Francisco ha saludado a la delegación del Rey de Marruecos, así como Mohammed VI al séquito papal, y juntos han entrado dentro del aeropuerto para trasladarse a la explanada de la Torre Hassan.
Saludo a familias marroquíes
Esta mañana, el Santo Padre, antes de salir de la Casa Santa Marta, ha saludado a un grupo de inmigrantes marroquíes alojados en Italia por la Comunidad de San Egidio. Se trata de dos familias, cada una con dos hijos; dos mujeres jóvenes y un chico. El grupo estaba acompañado por el Limosnero Apostólico, el cardenal Konrad Krajewski.
Estas dos familias, que se encuentran en Italia desde hace algún tiempo, han seguido un camino de integración con la Comunidad de Sant’Egidio, señala Vatican News en español. Uno de ellos es un mediador cultural, comprometido a ayudar a los refugiados sirios que llegan a Italia a través de los corredores humanitarios, por lo que el Obispo de Roma aprovechó la oportunidad para expresar su alegría y sus felicitaciones por el desarrollo de este proyecto.
Terminado el encuentro, el Papa se trasladó en automóvil al Aeropuerto Internacional Roma-Fiumicino desde donde, a las 10.57 horas, a bordo de un Alitalia A320, partió para Rabat.
***
Telegrama al presidente de la República Italiana
Al salir del territorio italiano, el Santo Padre Francesco envió el siguiente telegrama al Presidente de la República Italiana, Hon. Sergio Mattarella:
A SU EXCELENCIA
HON. SERGIO MATTARELLA
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ITALIANA
PALACIO DEL QUIRINAL
00187 ROMA
CUANDO ME DISPONGO A COMENZAR MI VIAJE APOSTÓLICO MARRUECOS,PAR ENCONTRAR A ESE NOBLE PUEBLO, COMPARTIENDO CON LA COMUNIDAD CATÓLICA MOMENTOS DE ORACIÓN Y DE COMUNIÓN, Y ALENTANDO EL DIALOGO INTERRELIGIOSO, ME AGRADA DIRIGIRLE, SEÑOR PRESIDENTE, ASÍ COMO A LA NACIÓN ITALIANA MI CORDIAL SALUDO QUE ACOMPAÑO CON LOS MEJORES DESEOS DE QUE ITALIA MANTENGA SIEMPRE GRAN ATENCIÓN A LOS VALORES ÉTICOS Y ESPIRITUALES DE LA PERSONA Y DE LA CONVIVENCIA SOCIAL, BUSCANDO, CON ESFUERZO CONCORDE, SOLUCIONES INSPIRADAS POR LA SOLIDARIDAD.
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https://es.zenit.org/articles/el-papa-invita-en-marruecos-a-aceptar-al-otro-en-la-peculiaridad-de-su-fe-y-enriquecerse-mutuamente-con-la-diferencia/ Sat, 30 Mar 2019 16:21:53 +0000 https://es.zenit.org/?p=110199 Discurso del Papa al pueblo y autoridades marroquíes
La entrada Invitación del Papa en Marruecos a “aceptar al otro en la peculiaridad de su fe” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 30 marzo 2019).- El Papa Francisco
se ha encontrado con el Rey de Marruecos, Mohammed VI, el pueblo marroquí, las autoridades los representantes de Sociedad Civil y los miembros del Cuerpo Diplomático, este sábado, 30 de marzo de 2019, a las 15 horas, en la explanada de la Torre Hassan, en Rabat, Marruecos.
Después del discurso del Rey Mohammed VI, el Papa ha dirigido unas palabras a todos los presentes. A continuación, ofrecemos el texto completo de su intervención.
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Majestad,
Altezas reales,
distinguidas Autoridades del Reino de Marruecos,
miembros del Cuerpo diplomático,
queridos amigos marroquíes,
As-Salam Alaikum!
Me alegro de pisar el suelo de este país, rico en tantas bellezas naturales, custodio de vestigios de antiguas civilizaciones y testigo de una historia fascinante. Ante todo, deseo expresar mi sincero y cordial agradecimiento a Su Majestad Mohammed VI por su gentil invitación y por la calurosa acogida que me ha dispensado en nombre de todo el pueblo marroquí, y especialmente por las amables palabras que me ha dirigido.
Esta visita es para mí motivo de gozo y gratitud porque me permite descubrir la riqueza de vuestra tierra, de vuestro pueblo y de vuestras tradiciones. Gratitud que se transforma en una importante oportunidad para promover el diálogo interreligioso y el conocimiento recíproco entre los fieles de nuestras dos religiones, al mismo tiempo que recordamos —ochocientos años después— el histórico encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kamil. Aquel acontecimiento profético manifiesta que la valentía del encuentro y de la mano tendida son un camino de paz y de armonía para la humanidad, allí donde el extremismo y el odio son factores de división y destrucción. Además, deseo que la estima, el respeto y la colaboración entre nosotros contribuyan a profundizar nuestros lazos de amistad sincera, para que nuestras comunidades preparen un futuro mejor para las nuevas generaciones.
Aquí en esta tierra, puente natural entre África y Europa, deseo insistir en la necesidad de unir nuestros esfuerzos para dar un nuevo impulso a la construcción de un mundo más solidario, más comprometido en el empeño honesto, valiente e indispensable por un diálogo que respete las riquezas y particularidades de cada pueblo y de cada persona. Este es un desafío que todos nosotros estamos llamados a afrontar, sobre todo en este tiempo en el que se corre el riesgo de hacer de las diferencias y el desconocimiento recíproco motivos de rivalidad y disgregación.
Por tanto, para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria, es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio (cf. Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019). Este es el camino que estamos llamados a recorrer sin cansarnos nunca, para ayudarnos a superar juntos las tensiones y las incomprensiones, las máscaras y los estereotipos que conducen siempre al miedo y a las contraposiciones; y así abrir el camino a un espíritu de colaboración fructífera y respetuosa. En efecto, es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes. En este sentido, me alegro de poder visitar en unos momentos el Instituto Mohammed VI para imanes, predicadores y predicadoras, que Vuestra Majestad ha deseado para ofrecer una formación adecuada y sana contra todas las formas de extremismo, que llevan a menudo a la violencia y al terrorismo y que, en todo caso, constituyen una ofensa a la religión y a Dios mismo.
De hecho, sabemos que los futuros líderes religiosos necesitan una preparación apropiada, si queremos reavivar el verdadero sentido religioso en el corazón de las nuevas generaciones.
Por tanto, un diálogo auténtico nos invita a no subestimar la importancia del factor religioso para construir puentes entre los hombres y para afrontar con éxito los desafíos mencionados anteriormente. Ciertamente, y en el respeto de nuestras diferencias, la fe en Dios nos lleva a reconocer la eminente dignidad de todo ser humano, como también sus derechos inalienables. Nosotros creemos que Dios ha creado los seres humanos iguales en derechos, deberes y dignidad, y que los ha llamado a vivir como hermanos y a difundir los valores del bien, de la caridad y de la paz. Por esa razón, la libertad de conciencia y la libertad religiosa —que no se limita solo a la libertad de culto, sino a permitir que cada uno viva según la propia convicción religiosa— están inseparablemente unidas a la dignidad humana. Con este espíritu, es necesario que pasemos siempre de la simple tolerancia al respeto y a la estima de los demás. Porque se trata de descubrir y aceptar al otro en la peculiaridad de su fe y enriquecerse mutuamente con la diferencia, en una relación marcada por la benevolencia y la búsqueda de lo que podemos hacer juntos. Así entendida, la construcción de puentes entre los hombres, desde el punto de vista interreligioso, pide ser vivida bajo el signo de la convivencia, de la amistad y, más aún, de la fraternidad.
La Conferencia internacional sobre los derechos de las minorías religiosas en el mundo islámico, realizada en Marrakech en enero de 2016, afrontó dicha cuestión. Y me alegro que ella haya permitido condenar cualquier uso instrumental de una religión para discriminar o agredir a las otras, evidenciando la necesidad de ir más allá del concepto de minoría religiosa en favor de aquel de ciudadanía y de reconocimiento del valor de la persona, que debe poseer un carácter central en todo ordenamiento jurídico.
También considero un gesto profético la creación del Instituto Ecuménico Al Mowafaqa, en Rabat, en el año 2012, por iniciativa católica y protestante en Marruecos, Instituto que quiere contribuir a la promoción del ecumenismo, como también del diálogo con la cultura y con el Islam. Esta loable iniciativa expresa la preocupación y la voluntad de los cristianos que viven en este país en construir puentes que manifiesten y sirvan a la fraternidad humana.
Todos estos procesos que detendrán la «instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo ciego y que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019).
El diálogo genuino que queremos desarrollar nos lleva también a tomar en consideración el mundo en el que vivimos, nuestra casa común. Por esta razón, la Conferencia internacional sobre el cambio climático, COP 22, también realizada aquí en Marruecos, ha confirmado una vez más la toma de conciencia, por parte de muchas naciones, sobre la necesidad de proteger el planeta en el que Dios nos ha dado la vida y de contribuir a una verdadera conversión ecológica para un desarrollo humano integral. Expreso mi agradecimiento por todos los avances realizados en este campo y celebro la puesta en acto de una verdadera solidaridad entre las naciones y los pueblos, con el fin de encontrar soluciones justas y duraderas a los flagelos que amenazan la casa común y la supervivencia misma de la familia humana. De forma conjunta y en un diálogo paciente y prudente, franco y sincero, es como esperamos que se puedan encontrar respuestas adecuadas, para invertir el proceso del calentamiento global y lograr erradicar la pobreza (cf. Carta enc. Laudato si’, 175).
Del mismo modo, la grave crisis migratoria que hoy estamos afrontando es una llamada urgente para que todos busquemos los medios concretos para erradicar las causas que obligan a tantas personas a dejar su país, su familia, y a encontrarse frecuentemente marginadas, rechazadas. Desde este punto de vista, el pasado mes de diciembre, aquí en Marruecos, la Conferencia intergubernamental sobre el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular aprobó un documento que quiere ser un punto de referencia para toda la comunidad internacional. Al mismo tiempo, es verdad que aún queda mucho por hacer, sobre todo porque es necesario pasar de los compromisos contraídos con ese documento, al menos a nivel moral, a acciones concretas y, en especial, a un cambio de disposición hacia los migrantes, que los afirme como personas, no como números, que reconozca sus derechos y su dignidad en los hechos y en las decisiones políticas.
Vosotros sabéis cuánto me preocupa la suerte, a menudo terrible, de estas personas que en gran parte no dejarían sus países si no estuvieran obligadas a hacerlo. Espero que Marruecos, que con gran disponibilidad y exquisita hospitalidad acogió esa Conferencia, quiera continuar siendo, en la comunidad internacional, un ejemplo de humanidad para los migrantes y los refugiados, de manera que puedan ser, aquí, como en cualquier otro lugar, acogidos y protegidos con humanidad, se promueva su situación y sean integrados con dignidad. Que, cuando las condiciones lo permitan, puedan decidir regresar a casa en condiciones de seguridad, que respeten su dignidad y sus derechos. Se trata de un fenómeno que nunca encontrará una solución en la construcción de barreras, en la difusión del miedo al otro o en la negación de asistencia a cuantos aspiran a una legítima mejora para sí mismos y para sus familias. Sabemos también que la consolidación de una paz verdadera pasa a través de la búsqueda de justicia social, indispensable para corregir los desequilibrios económicos y los desórdenes políticos que han sido siempre los principales factores de tensión y de amenaza para toda la humanidad.
Majestad y honorables autoridades, queridos amigos: Los cristianos se alegran por el lugar que les han hecho en la sociedad marroquí. Ellos quieren contribuir en la edificación de una nación solidaria y próspera, teniendo como preocupación el bien común del pueblo. Desde este punto de vista, me parece significativo el compromiso de la Iglesia Católica en Marruecos, en sus obras sociales y en el campo de la educación a través de sus escuelas abiertas a los estudiantes de cualquier confesión, religión y origen. Por eso, mientras doy gracias a Dios por el camino realizado, permitidme animar a los católicos y cristianos a ser aquí, en Marruecos, servidores, promotores y defensores de la fraternidad humana.
Majestad, distinguidas autoridades, queridos amigos: Os agradezco una vez más, así como a todo el pueblo marroquí, vuestra acogida tan calurosa y vuestra cortés atención. Shukran bi-saf! El Omnipotente, clemente y misericordioso, os proteja y bendiga a Marruecos. Gracias.
© Librería Editorial Vaticano
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https://es.zenit.org/articles/francisco-en-marruecos-importante-oportunidad-para-promover-el-dialogo-interreligioso/ Sat, 30 Mar 2019 16:02:06 +0000 https://es.zenit.org/?p=110194 Encuentro con el pueblo y las autoridades
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]]> (ZENIT – 30 marzo 2019).- Francisco ha indicado que este viaje es una “importante oportunidad para promover el diálogo interreligioso y el conocimiento recíproco entre los fieles de nuestras dos religiones”, al mismo tiempo que se conmemoran los 800 años del histórico encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kamil.
A las 15 horas de este sabato, 30 de marzo de 2019, en la explanada de la Torre Hassan, el Santo Padre Francesco se ha encontrado con el pueblo de Marruecos, las autoridades, los representantes de Sociedad Civil y los miembros del Cuerpo Diplomático. Después del discurso del Rey Mohammed VI, el Papa ha dirigido unas palabras a todos los presentes.
En este sentido, Francisco ha recordado que “es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes”.
Formación contra el extremismo
Así, ha manifestado su alegría por visitar en el día de hoy el Instituto Mohammed VI para imanes, predicadores y predicadoras, donde se ofrece una “formación adecuada y sana contra todas las formas de extremismo, que llevan a menudo a la violencia y al terrorismo y que, en todo caso, constituyen una ofensa a la religión y a Dios mismo”.
“Aquí en esta tierra, puente natural entre África y Europa, deseo insistir en la necesidad de unir nuestros esfuerzos para dar un nuevo impulso a la construcción de un mundo más solidario, más comprometido en el empeño honesto, valiente e indispensable por un diálogo que respete las riquezas y particularidades de cada pueblo y de cada persona”: ha anunciado el Papa en Rabat, horas antes de su encuentro con los migrantes en la delegación de Caritas diocesana.
Para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria –ha continuado– es “esencial” desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio.
Crisis migratoria
La grave crisis migratoria que hoy estamos afrontando –ha expresado el Papa en Rabat– es una “llamada urgente” para que todos busquemos los “medios concretos” para erradicar las causas que obligan a tantas personas a dejar su país, su familia y a encontrarse frecuentemente marginadas, rechazadas.
En este contexto, Francisco ha declarado que “aún queda mucho por hacer”, sobre todo porque –ha explicado– “es necesario pasar de los compromisos contraídos con ese documento, al menos a nivel moral, a acciones concretas” y, en especial, “a un cambio de disposición hacia los migrantes, que los afirme como personas, no como números, que reconozca sus derechos y su dignidad en los hechos y en las decisiones políticas”.
En concreto, ha manifestado su deseo de que Maruecos muestra “disponibilidad” y “hospitalidad” y “quiera continuar siendo, en la comunidad internacional, un ejemplo de humanidad para los migrantes y los refugiados, de manera que puedan ser, aquí, como en cualquier otro lugar, acogidos y protegidos con humanidad, se promueva su situación y sean integrados con dignidad”.
Comunidad católica
El Papa ha dirigido un agradecimiento al Rey Mohammed V y a las autoridades por su apoyo a los católicos del país: “Los cristianos se alegran por el lugar que les han hecho en la sociedad marroquí. Ellos quieren contribuir en la edificación de una nación solidaria y próspera, teniendo como preocupación el bien común del pueblo. Desde este punto de vista, me parece significativo el compromiso de la Iglesia Católica en Marruecos”.
Instituto Ecuménico Al Mowafaqa
Asimismo, el Pontífice ha indicado que considera un “gesto profético” la creación del Instituto Ecuménico Al Mowafaqa, en Rabat, en el año 2012, por “iniciativa católica y protestante” en Marruecos, Instituto que quiere contribuir a la promoción del ecumenismo, como también del diálogo con la cultura y con el Islam. “Esta loable iniciativa expresa la preocupación y la voluntad de los cristianos que viven en este país en construir puentes que manifiesten y sirvan a la fraternidad humana”.
Al final de este encuentro, el Pontífice se ha dirigido, junto al Rey y ambas delegaciones al Mausoleo Mohammed V, donde ha entregado una ofrenda floral y ha rezado ante la tumba del sultán y rey Mohammed V, Muhammad ibn Yūsuf, aclamado como el “Padre de la Independencia” del país.
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https://es.zenit.org/articles/beata-natalia-tulasiewicz-31-de-marzo-5/ Sat, 30 Mar 2019 09:46:10 +0000 https://es.zenit.org/?p=110265 Hambre de santidad y belleza
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«Hambre de santidad y belleza; el perdón liberador, sintetizan la vida de esta valerosa polaca, filóloga, investigadora, narradora de cuentos, y relatos, que renunció a un matrimonio y dio su vida por Cristo en la cámara de gas»
De 108 mártires beatificados por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999, 9 eran laicos, hombres en su mayoría. Dos mujeres componían este grupo. Una era Natalia. Había entregado su vida por la fe a sus 39 años. Quiso defender los pilares que sustentaban su existencia y acompañar a los débiles. Un testimonio de indudable valor siempre, y especialmente en el periodo que atravesamos.
Era polaca. Había nacido el 9 de abril de 1906 en Rzeszów. Fue la segunda de seis hijos. Su familia sembró en su corazón la semilla de la fe, y la defensa de este sagrado depósito se convirtió en lo más importante de su vida. De otro modo, ni habría sido agente de pastoral, ni se habría expuesto conscientemente a ponerla en peligro. Debido a la profesión de su padre, inspector fiscal, vivieron en distintos lugares.
En Cracovia estudió en el colegio regido por las clarisas. Y en 1921, al establecerse en Poznań, siguió su formación con las ursulinas. Entre 1931 y 1932 se licenció en filología polaca. A lo largo de los años afianzó sus principios evangélicos que le ayudarían a afrontar la pérdida de su hermana mayor por causa de la tuberculosis, lesión que ella misma contrajo. Fue a Rabki para recibir tratamiento, y allí impartió clases en el colegio de la Sagrada Familia de Nazaret. Todo ello acontecía en los preámbulos de un momento histórico-político álgido que cambiaría la faz de su país.
Dándole la espalda a un amor que se resistía a compartir con ella la fe, entendió, pese a todo, que su lugar estaba en el mundo, no en el convento. Fue honesta, coherente, generosísima. No entraba en sus planes de futuro forjar un hogar junto a un hombre que abiertamente profesaba el ideal comunista. Ocho años intentando que Jack se convirtiera sin conseguirlo le bastaron para dejar cerrado este capítulo de su vida, no sin dolor, no sin sacrificio.
En 1934 canceló su compromiso y abrió sus brazos a un nuevo horizonte. Inteligente, vital e inquieta, solía rodearse de personas que no cediesen a lo banal. Amaba la música –en 1931 había defendido la tesis «Mickiewicz y la música»–y le fascinaba la literatura. Además, se deleitaba con la naturaleza, con el teatro… Era políglota, investigadora, narradora de cuentos, relatos, y estaba inclinada también a la labor periodística que tuvo su manifestación en elaborados reportajes publicados en la prensa de su país. Viajó por Italia y al pasar por Asís debió experimentar gran emoción al encontrarse en la patria del Poverello, que era uno de los santos que admiraba. Entre sus lecturas se hallaba su vida, junto a la de Teresa de Avila,Juan de la Cruz y Alberto Chmielowski. Una personalidad muy atractiva, prolongación de su encanto natural.
Desde 1933 a 1937 en su quehacer docente fue sembrando de esperanza el futuro de sus alumnos que acudían a las aulas de la escuela de San Casimiro de Poznań, y en el liceo regido por las madres ursulinas. Era una líder apostólica nata. Por influjo de la excepcional formación que había recibido en su hogar, desde niña se había ido abriendo paso en su interior un poderoso sentimiento impregnado de la bienaventuranza «los que tienen hambre y sed de justicia». Así lo expresó: «El hambre es doble dentro de mí. El hambre de santidad y el hambre de belleza. En realidad, son los mismos». Formaba parte de la Sociedad de María.
Nada más producirse la invasión de Hitler y Stalin sobre Polonia en 1939, responsables de regímenes opuestos a todo fenómeno religioso dictaron contra ella una orden de extrañamiento. Y de la noche a la mañana se encontró desprovista de hogar y de la elemental seguridad y libertad a la que todo ciudadano tiene derecho. Profesionalmente pasó a ser una docente obligada a impartir enseñanza de forma clandestina.
Vivió en Ostrowiec Kielecki y finalmente se trasladó a Cracovia, lugar al que también se desplazó su familia. En ese momento vio consternada cómo el ejercicio de las clases quedaba completamente vedado para ella. Infinitamente más doloroso fue ver que las circunstancias dramáticas le impedían ejercitar su apostolado.
Y sumamente preocupada por la repercusión que los hechos que acontecían podían tener en la vida espiritual de tantas jóvenes como ella, especialmente de las que habían sido enviadas a Alemania para realizar trabajos forzados, en 1943 se ofreció voluntariamente para partir allí, y se convirtió en obrera de una de las fábricas. De ese modo podía alentar a sus compañeras a que conservaran intacta la fe. La decisión surgió después de visitar a uno de sus hermanos en el ghetto y ver las condiciones infrahumanas que rodeaban a todos.
Ella formaba parte de la resistencia polaca. No es difícil imaginar el desaliento y la angustia de estas jornaleras, y el bálsamo que supuso la ofrenda de Natalia que les transmitía su plena confianza en Dios omnipotente. Junto al trabajo que desempeñaba en la fábrica Günther-Wagner de Hannover, de forma valerosa infundía esperanza en el Creador y animaba a confiarse a Él a más de trescientas obreras polacas. Este intenso apostolado laical que llevaba a cabo llamó la atención. Y fue arrestada por la Gestapo en 1944. La reclusión les parecía poco y la torturaron de forma atroz, ultrajándola en la cárcel de Colonia para internarla después en el campo de exterminio de Ravensbrück, Alemania. Ese Dios al que imploraba le había dado una fuerza de hierro.
El Viernes Santo de 1945, a pesar de las vejaciones sufridas que la habían dejado extremadamente debilitada, dio una lección en el barracón sobre la Pasión y Resurrección de Cristo que infundió gran ánimo en los creyentes. Una de sus heroicas lecciones fue el perdón: «No se puede vivir con el odio, el odio lleva siempre a la muerte […]. No se puede odiar ni siquiera a aquellos que nos han hecho mal». El 31 de marzo, Domingo de Pascua, la condujeron a la cámara de gas, donde entregó su vida al Padre. Dos días más tarde los aliados liberaron a todos los prisioneros.
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-ultimos-preparativos-para-el-viaje-del-papa-francisco/ Sat, 30 Mar 2019 09:30:13 +0000 https://es.zenit.org/?p=109965 Del 30 al 31 de marzo de 2019
La entrada Marruecos: Programa de la visita apostólica del Papa Francisco se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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El programa del viaje apostólico de Su Santidad Francisco a Marruecos se publicó el pasado 9 de febrero; sigue el programa actualizado:
Sábado 30 marzo 2019
ROMA-RABAT |
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10:45 horas |
Salida en avión del aeropuerto de Roma/Fiumicino para Rabat |
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14 horas |
Llegada al aeropuerto internacional de Rabat-Salé |
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RECIBIMIENTO OFICIAL |
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14:40 horas |
CEREMONIA DE BIENVENIDA en la explanada de la Mezquita Hassan II |
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15 horas |
ENCUENTRO con el PUEBLO MARROQUÍ, las AUTORIDADES, con la SOCIEDAD CIVIL y con el CUERPO DIPLOMÁTICO en la Explanada de la Mezquita Hassan II |
Discurso del Santo Padre |
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16 horas |
VISITA AL MAUSOLEO MOHAMMED V |
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16:25 horas |
VISITA DE CORTESIA AL REY MOHAMMED VI en el Palacio Real |
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17:10 horas |
VISITA AL INSTITUTO MOHAMMED VI DE LOS IMANES, PREDICADORES y PREDICADORAS |
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18:10 horas |
ENCUENTRO CON LOS MIGRANTES en la sede de Caritas diocesana de Rabat |
Saludo del Santo Padre |
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Domingo 31 marzo 2019
RABAT-ROMA |
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09:30 horas |
VISITA PRIVATA AL CENTRE RURAL DES SERVICES SOCIAUX de Témara |
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10:35 horas |
ENCUENTRO CON LOS SACERDOTES, RELIGIOSOS, CONSAGRADOS y el CONSEJO ECUMÉNICO DE LAS IGLESIAS en la catedral de Rabat |
Discurso del Santo Padre
Angelus del Santo Padre
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12 horas |
Almuerzo con algunos miembros del séquito papal y los obispos de Marruecos |
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14:45 horas |
SANTA MISA en el Polideportivo Príncipe Moulay Abdellah |
Homilía del Santo Padre |
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17 horas |
CEREMONIA DE DESPEDIDA en el aeropuerto internacional de Rabat/Salé |
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17:15 horas |
Salida en avión para Roma |
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21:30 horas |
Llegada al aeropuerto internacional de Roma/Ciampino |
La entrada Marruecos: Programa de la visita apostólica del Papa Francisco se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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https://es.zenit.org/articles/marruecos-vengo-como-peregrino-de-paz-y-fraternidad/ Fri, 29 Mar 2019 19:05:21 +0000 https://es.zenit.org/?p=110186 Mensaje de vídeo del Papa a todos los marroquíes en la víspera del viaje
La entrada Marruecos: “Vengo como peregrino de paz y fraternidad” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019.- “Vengo como peregrino de paz y fraternidad, en un mundo que tanto lo necesita”, dice el Papa Francisco en un mensaje de video a los marroquíes , en italiano (y en árabe para el saludo inicial) dos días antes de su viaje apostólico en el país, este 28 de marzo de 2019.
El Papa destaca la dimensión interreligiosa de este desplazamiento en un país donde los católicos representan el 0.07% de la población: “Como cristianos y musulmanes creemos en el Dios Creador y Misericordioso, que creó a los hombres y los puso en el mundo para que vivamos como hermanos, respetándonos mutuamente en las diversidades y ayudándonos mutuamente en las necesidades”.
También aboga por un compromiso común con el medio ambiente: Dios “ha confiado la tierra, nuestra casa común, para salvaguardarla con responsabilidad y preservarla para las generaciones futuras”.
El Papa también expresa su deseo de alentar a la comunidad cristiana y de reunirse con “los migrantes, que representan una llamada a construir juntos un mundo más justo y más solidario”. Esta reunión está prevista en la sede de la Caritas diocesana.
Durante estos dos días (30 y 31 de marzo), el Papa estará en la capital Rabat, donde debe visitar el Instituto de la Formación de Imanes Mohammed VI. Será recibido por el rey Mohammed VI y por las autoridades del país.
AK
Video mensaje del Santo Padre
Querido pueblo de Marruecos,
As-Salamu Alaikum
Dentro de poco iré a vuestro querido país para una visita de dos días. Doy gracias a Dios por esta oportunidad que me concede.
Agradezco a su Majestad el rey Mohammed VI por su amable invitación y a las Autoridades marroquíes por su solícita colaboración.
Siguiendo los pasos de mi predecesor Juan Pablo II, voy como peregrino de la paz y de la fraternidad, en un mundo que tiene tanta necesidad de ellas. Como cristianos y musulmanes creemos en Dios Creador y Misericordioso, que creó a los hombres y los ha puesto en el mundo para que vivan como hermanos, respetándose en su diversidad y ayudándose en sus necesidades; Él les confió la tierra, nuestra casa común, para protegerla con responsabilidad y conservarla para las generaciones futuras.
Será para mí una alegría compartir personalmente con vosotros estas convicciones en el encuentro que tendremos en Rabat. Además, este viaje me ofrecerá la preciosa posibilidad de visitar la comunidad cristiana que está presente en Marruecos y de animarla en su camino. Asimismo, encontraré a los migrantes, que representan una llamada para construir juntos un mundo más justo y solidario.
Queridos amigos marroquíes: desde este momento, os doy las gracias de corazón por vuestra acogida y sobre todo por vuestras oraciones, asegurándoos mi plegaria por vosotros y por vuestro querido país.
Hasta pronto.
La entrada Marruecos: “Vengo como peregrino de paz y fraternidad” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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https://es.zenit.org/articles/el-papa-reza-en-santa-maria-la-mayor-antes-de-partir-hacia-marruecos/ Fri, 29 Mar 2019 18:30:22 +0000 https://es.zenit.org/?p=110180 28ª visita apostólica internacional
La entrada El Papa reza en Santa María la Mayor antes de partir hacia Marruecos se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- Francisco visita la basílica mariana de Roma para pedir la protección de María por su 28ª visita apostólica en el extranjero y su tercera visita a África.
El viernes 29 de marzo, el Papa Francisco visitó la Basílica de Santa María la Mayor para orar por el éxito de su 28ª Visita apostólica en el extranjero al país de África del Norte de Marruecos, del 30 al 31 de marzo de 2019, informó el Director ‘ad interim’ de la Santa Ver Oficina de Prensa, Alessandro Gisotti, en su Twitter.
El Santo Padre casi siempre visita la basílica mariana de Roma para orar por la protección e intercesión de María antes y después de sus viajes papales.
Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa rezó ante la antigua imagen de María, Salus Populi Romani, e invocó la protección de la Virgen María en sus viajes y en las personas que visitará en el país durante el fin de semana.
Traducción de Ana Paula Morales
La entrada El Papa reza en Santa María la Mayor antes de partir hacia Marruecos se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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https://es.zenit.org/articles/padre-raniero-cantalamessa-in-te-ipsum-redi-entra-dentro-de-ti/ Fri, 29 Mar 2019 18:23:20 +0000 https://es.zenit.org/?p=110178 Tercera Predicación de Cuaresma
La entrada Padre Raniero Cantalamessa: “In te ipsum redi” (“Entra dentro de ti”) se publicó primero en ZENIT - Espanol.
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(ZENIT – 29 marzo 2019).- Esta viernes, 29 de marzo de 2019, a las 9 horas, en la Capilla Redemptoris Mater, el Predicador de la Casa Pontificia, el Reverendo Padre. Raniero Cantalamessa, franciscano capuchino, ha pronunciado el tercer sermón de Cuaresma.
El tema de las meditaciones de Cuaresma es el siguiente: “In te ipsum redi” (Entra dentro de ti, San Agustín).
Los próximos sermones se pronunciarán los viernes 5 y 12 de abril.
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La idolatría, antítesis del Dios viviente
Cada mañana, al despertar, experimentamos algo singular, a lo cual no hacemos caso casi nunca. Durante la noche, las cosas en torno a nosotros existían, eran como las habíamos dejado la noche anterior: la cama, la ventana, la habitación. Quizás fuera ya brilla el sol, pero no lo vemos porque tenemos los ojos cerrados y las cortinas cerradas. Sólo ahora, al despertar, las cosas empiezan o vuelven a existir para mí, porque tomo conciencia de ello, me doy cuenta de ellas. Antes era como si no existieran.
Sucede lo mismo con Dios. Él está siempre; «en él vivimos, nos movemos y existimos», decía Pablo a los atenienses (Hch 17,28); pero normalmente esto sucede como en el sueño, sin que nos demos cuenta. Es necesario, también para el espíritu un despertar, un sobresalto de conciencia. Por eso, la Escritura nos exhorta a menudo a levantarnos del sueño: «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz» (Ef 5,14). «¡Ya es tiempo de despertarse del sueño!» (Rom 13,11).
La idolatría antigua y nueva
El Dios «vivo» de la Biblia está así definido para distinguirlo de los ídolos que son cosas muertas. Es la batalla que une a todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento. Basta con abrir casi por casualidad una página de los profetas o de los salmos para encontrar allí los signos de esta épica lucha en defensa del Dios único de Israel. La idolatría es exactamente la antítesis del Dios vivo. De los ídolos, un salmo dice:
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas.
Tienen boca, y no hablan,
tienen ojos, y no ven,
tienen orejas, y no oyen,
tienen nariz, y no huelen,
tienen manos, y no tocan,
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta (Sal 114,3-7).
Del contraste con los ídolos, el Dios vivo aparece como un Dios que «obra lo que quiere», que habla, que ve, que huele, ¡un Dios «que respira»! El aliento de Dios también tiene un nombre en la Escritura: se llama la Ruah Jahwe, el Espíritu de Dios.
La batalla contra la idolatría lamentablemente no terminó con el fin del paganismo histórico; está siempre en acción. Los ídolos han cambiado de nombre, pero están más presentes que nunca. También dentro de cada uno de nosotros, veremos, hay uno que es el más temible de todos. Vale la pena por eso detenernos una vez sobre este problema, como problema actual, y no sólo del pasado.
Quien hizo de la idolatría el análisis más lúcido y más profundo es el Apóstol Pablo. Por él nos dejamos conducir al descubrimiento del «becerro de oro» que anida dentro de cada uno de nosotros. Al comienzo de la carta a los Romanos leemos estas palabras:
«La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que tienen la verdad prisionera de la injusticia. Porque lo que de Dios puede conocerse les resulta manifiesto, pues Dios mismo se lo manifestó. Pues lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo a través de sus obras; de modo que son inexcusables, pues, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias; todo lo contrario, se ofuscaron en sus razonamientos, de tal modo que su corazón insensato quedó envuelto en tinieblas» (Rom 1,18-21).
En la mente de aquellos que han estudiado teología, estas palabras están vinculadas casi exclusivamente a la tesis de la cognoscibilidad natural de la existencia de Dios a partir de las criaturas. Por eso, una vez resuelto este problema, o después de que ha dejado de ser actual como en el pasado, sucede que muy raramente estas palabras son recordadas y valoradas. Pero lo de la cognoscibilidad natural de Dios es, en el contexto, un problema totalmente marginal. Las palabras del Apóstol tienen mucho más que decirnos; contienen uno de esos «truenos de Dios» capaces de partir incluso los cedros del Líbano.
El Apóstol está atento a demostrar cuál es la situación de la humanidad antes de Cristo y fuera de él; en otras palabras, desde donde parte el proceso de la redención. Él no parte desde cero, de la naturaleza, sino desde bajo cero, del pecado. Todos han pecado, nadie está excluido. El Apóstol divide el mundo en dos categorías: griegos y judíos, es decir, paganos y creyentes, y comienza su requisitoria precisamente por el pecado de los paganos. Identifica el pecado fundamental del mundo pagano en la impiedad y en la injusticia. Dice que es un atentado a la verdad; no a esta o a aquella verdad, sino a la verdad originaria de todas las cosas.
El pecado fundamental, el objeto primario de la ira divina, es identificado en la asebeia, es decir, en la impiedad. En qué consiste exactamente esta impiedad, el Apóstol lo explica enseguida, diciendo que consiste en el rechazo de «glorificar» y «dar gracias a Dios». En otras palabras, rechazar reconocer a Dios como Dios, al no tributarle la consideración que le es debida. Consiste, podríamos decir, en «ignorar» a Dios, donde, sin embargo, ignorar no significa tanto «no saber que existe», cuanto «hacer como si no existiera».
En el Antiguo Testamento oímos a Moisés que clama al pueblo: «¡Reconoced que Dios es Dios!» (cf. Dt 7,9) y un salmista recoge dicho grito, diciendo: «¡Reconoced que el Señor es Dios: Él nos ha hecho y somos suyos!» (Sal 100,3). Reducido a su núcleo germinativo, el pecado es negar ese «reconocimiento»; es el intento, por parte de la criatura, de anular la infinita diferencia cualitativa que existe entre la criatura y el Creador, negándose a depender de él. Dicho rechazo ha tomado cuerpo, concretamente, en la idolatría, por la cual se adora a la criatura en lugar del Creador (cf. Rom 1,25). Los paganos, prosigue el Apóstol, «alardeando de sabios, resultaron ser necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles» (Rom 1,22-23).
El Apóstol no quiere decir que todos los paganos, indistintamente, hayan vividos subjetivamente en este tipo de pecado (más adelante hablará de paganos que se hacen queridos a Dios siguiendo la ley de Dios escrita en sus corazones, cf. Rom 2,14s); solo quiere decir cuál es la situación objetiva del hombre ante Dios tras el pecado. El hombre, creado «recto» (en sentido físico de erguido y en lo moral de justo), con el pecado se ha hecho «curvo», es decir, replegado sobre sí mismo, y «perverso», es decir orientado hacia sí mismo, en lugar de hacia Dios.
En la idolatría, el hombre no «acepta» a Dios, sino que se hace un dios. Las partes aparecen invertidas: el hombre se convierte en el alfarero, y Dios la vasija que él modela a su antojo (cf. Rom 9,20ss). Hay en todo ello una referencia, al menos implícita, al relato de la creación (cf. Gén 1,26-27). Allí se dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; aquí se dice que el hombre ha cambiado por Dios la imagen y la figura de hombre corruptible. En otras palabras, Dios hizo al hombre a su imagen, ahora el hombre hace a Dios a su imagen. Puesto que el hombre es violento, he aquí que hará de la violencia un dios, Marte; puesto que es lujurioso, hará de la lujuria una diosa, Venus, y así sucesivamente. Hace de Dios la proyección de sí mismo.
«¡Tú eres ese hombre!»
Sería fácil demostrar que ésta es también la situación en la que, por cierto lado, nos hemos encontrado, en occidente, desde el punto de vista religioso y del que ha comenzado el ateísmo moderno con la célebre máxima de Feuerbach: «No es Dios quien ha creado al hombre a su imagen, sino que es el hombre quien crea a Dios a su imagen». ¡En cierto sentido hay que admitir que esta afirmación es verdadera! Sí, dios es realmente un producto de la mente humana. Sin embargo, el problema es saber de qué dios se trata. Ciertamente no del Dios vivo de la Biblia, sino sólo de un sucedáneo suyo.
Imaginemos que hoy un desequilibrado la toma a martillazos con la estatua del David, de Miguel Ángel, que se encuentra al aire libre, delante del Palazzo della Signoria en Florencia, y luego se pone a gritar con aire de triunfo: «¡He destruido el David de Miguel Ángel! ¡Ya no existe el David! ¡Ya no existe el David!» No sabe, pobre iluso, que era sólo una imitación, una copia para turistas con prisa, porque el verdadero David de Miguel Ángel, tras un atentado de este tipo ocurrido en el pasado, fue retirado de la circulación y puesto a salvo en la Galería de la Academia. Es lo que le sucedió a Nietzsche cuando, por boca de un personaje suyo, proclamó: «¡Hemos matado a Dios!»[1]. No se daba cuenta de que no había matado al verdadero Dios, sino una copia de «escayola».
Basta una simple observación para convencerse de que el ateísmo moderno no ha tenido que ver con el Dios de la fe cristiana, sino con una idea deformada de él. Si se hubiera mantenido viva en teología la idea del Dios Uno y Trino (en lugar de hablar de un vago «Ser supremo»), no habría sido tan fácil para Feuerbach hacer triunfar su tesis de que Dios es una proyección que el hombre hace de sí mismo y de la propia esencia. ¿Qué necesidad tendría el hombre de desdoblarse en tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo? Es el vago deísmo lo que es derribado por el ateísmo moderno, no la fe en Dios uno y trino.
Pero pasemos a otra cosa. Nosotros no estamos aquí para refutar el ateísmo moderno o para un curso de teología pastoral; estamos aquí para hacer un camino de conversión personal. ¿Qué parte tenemos nosotros —entiendo ahora «nosotros» en el sentido de nosotros que estamos aquí, nosotros los creyentes—, en la tremenda requisitoria de la Biblia contra la idolatría? Según lo dicho hasta aquí, parecería, en efecto, que nosotros tenemos, más que otra cosa, un papel de acusadores. Pero escuchemos bien lo que sigue en la Carta de Pablo a los Romanos. Después de haber arrancado la máscara del rostro del mundo, en ella el Apóstol arranca la máscara también por nuestro rostro y veamos cómo.
«Por ello, tú que te eriges en juez, sea quien seas, no tienes excusa, pues, al juzgar aotro, a ti mismo te condenas, porque haces las mismas cosas, tú que juzgas. Sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen estas cosas es según verdad. ¿Piensas acaso, tú que juzgas a los que hacen estas cosas pero actúas del mismo modo, que vas a escapar del juicio divino?» (Rom 2,1-3).
La Biblia narra esta historia. El rey David había cometido un adulterio; para cubrirlo había hecho morir en la guerra al marido de la mujer, de modo que, en ese punto, tomarla como mujer podía parecer incluso un acto de generosidad por parte del rey, respecto del soldado muerto luchando por él. Una verdadera cadena de pecados. Se acercó entonces a él el profeta Natán, enviado por Dios, y le contó una parábola (pero el rey no sabía que era una parábola). Había —dijo—, en la ciudad, un hombre rico que tenía rebaños de ovejas y había también un pobrecillo que tenía una sola oveja muy querida para él, de la cual obtenía su sustento y que dormía con él. Llegó al rico un huésped y él, conservando sus ovejas, tomó para sí la ovejita del pobre y la hizo matar por preparar la mesa al huésped. Al oír esta historia, la ira de David se desencadenó contra ese hombre y dijo: «¡Quien ha hecho esto merece la muerte!» Entonces Natán, abandonando de golpe la parábola y apuntando con el dedo hacia él, dijo a David: «¡Tú eres ese hombre!» (cf. 2 Sam 12,1ss).
Es lo que hace con nosotros el Apóstol Pablo. Después de habernos arrastrado detrás de sí en una justa indignación y horror por la impiedad del mundo, pasando por el capítulo primero al capítulo segundo de su Carta, como si se dirigiera de golpe hacia nosotros, nos repite: «¡Tú eres ese hombre!». La reaparición, en este punto, del término «inexcusable» (anapologetos), usado anteriormente para los paganos, no deja dudas sobre las intenciones de Pablo. Mientras juzgabas a los demás —viene a decir—, tú te condenabas a ti mismo. El horror que has concebido por la idolatría es hora de dirigirlo contra ti.
El «juez», a lo largo del capítulo segundo, se revela que es el judío que aquí, sin embargo, es tomado, más que otra cosa, como tipo. «Judío» es el no-griego, el no-pagano (cf. Rom 2,9-10); es el hombre piadoso y creyente que, firme en sus principios y en posesión de una moral revelada, juzga al resto del mundo y, juzgando, se siente seguro. «Judío» es, en este sentido, cada uno de nosotros. Orígenes decía incluso que, en la Iglesia, con quienes se las toma estas palabras del Apóstol son los obispos, presbíteros y diáconos, es decir, los guías, los maestros[2].
Pablo ha experimentado él mismo este shock, cuando, como fariseo, se hizo cristiano, y por eso puede hablar ahora con tanta seguridad y señalar a los creyentes el camino para salir del fariseísmo. Él desenmascara la ilusión extraña y frecuente de las personas piadosas y religiosas de considerarse al abrigo de la cólera de Dios, sólo porque tienen una clara idea del bien y del mal, conocen la ley y, si fuera necesario, la saben aplicar a los demás, mientras que, en cuanto a sí mismos, piensan que el privilegio de estar del lado de Dios o, de todos modos, la «bondad» y la «paciencia» de Dios, que conocen bien, harán una excepción para ellos.
Imaginemos esta escena. Un padre está reprochando a uno de sus hijos por alguna transgresión; otro hijo, que ha cometido la misma culpa, creyendo ganarse la simpatía del padre y escapar al reproche, se pone a gritar también él, en voz alta, el hermano, mientras que el padre se esperaba otra cosa, es decir, que, oyendo que reprochar al hermano y viendo su bondad y paciencia hacia él, él corriera a arrojarse a los pies, confesando que él también era reo de la misma culpa y prometiéndole enmendarse.
«¿O es que desprecias el tesoro de su bondad, tolerancia y paciencia, al no reconocer que la bondad de Dios te lleva a la conversión? Con tu corazón duro e impenitente te estás acumulando cólera para el día de la ira, en que se revelará el justo juicio de Dios» (Rom 2,4-5).
¡Qué terremoto el día que te das cuenta de que la palabra de Dios está hablando de este modo precisamente a ti y que ese «tú» eres tú! Ocurre como cuando un jurista está concentrado en analizar una famosa sentencia de condena emitida en el pasado y que sentó jurisprudencia cuando, de repente, observando mejor, se da cuenta de que esa sentencia se aplica también a él y está todavía en pleno vigor: cambia de golpe el estado de ánimo y el corazón deja de estar seguro de sí mismo. Aquí la palabra de Dios está comprometida en un auténtico tour de force; debe revertirse la situación de aquel que la está tratando. Aquí no hay escapatoria: hay que «colapsar» y decir como David: «¡He pecado!» (2 Sam 12,13), o se produce un endurecimiento ulterior del corazón y se refuerza la impenitencia. De la escucha de esta palabra de Pablo se sale o convertidos o endurecidos.
Pero, ¿cuál es la acusación específica que el Apóstol dirige contra los «piadosos»? La de hacer —dice— «las mismas cosas» que juzgan en los demás. ¿En qué sentido «las mismas cosas»? ¿En el sentido de materialmente las mismas? También esto (cf. Rom 2,21-24); pero sobre todo las mismas cosas, en cuanto a la sustancia, que es la maldad y la idolatría. El Apóstol lo destaca mejor durante el resto de su Carta, cuando denuncia la pretensión de salvarse con las propias obras y así hacer de sí mismos los acreedores y de Dios, el deudor. Si tú, viene a decir, observas la ley y haces todo tipo de buenas obras, pero para afirmar tu justicia, te pones a ti mismo en el lugar de Dios. Pablo no hace más que repetir con otras palabras lo que Jesús, en el Evangelio, había tratado de decir con la parábola del fariseo y del publicano en el templo y en otros infinitos modos.
Aplicamos el todo a nosotros cristianos, puesto que, como decíamos, el objetivo de Pablo no son tanto los judíos como pueblo, cuanto el hombre religioso en general y, en el caso específico, los llamados «judeo-cristianos». Hay una idolatría escondida que insidia al hombre religioso. Si idolatría es «adorar la obra de sus manos» (cf. Is 2,8; Os 14,4), si idolatría es «poner la criatura en lugar del Creador», yo soy idolatra cuando pongo la criatura —mi criatura, la obra de mis manos— en lugar del Creador. Mi criatura puede ser la casa o la iglesia que construyo, la familia que creo, el hijo que he traído al mundo (¡cuántas mamás, también cristianas, sin darse cuenta, hacen de su hijo, especialmente si es único, su Dios!); puede ser el instituto religioso que he fundado, el cargo que desempeño, el trabajo que realizo, la escuela que dirijo, para mí que os hablo esta misma charla que estoy dando.
En el fondo de toda idolatría está la autolatría, el culto de sí, el amor propio, el ponerse a sí mismo en el centro y en el primer puesto en el universo, sometiendo todo a él. Basta que aprendamos a escucharnos mientras hablamos para descubrir cómo se llama nuestro ídolo, pues, como dice Jesús, «de la abundancia del corazón habla la boca » (Mt 12,34). Nos daremos cuenta de cuántas frases nuestras comienzan con la palabra «yo».
El resultado es siempre la impiedad, el no glorificar a Dios, sino siempre y sólo a sí mismos, el hacer servir el bien, también el servicio que prestamos a Dios —¡también Dios!—, al propio éxito y a la propia afirmación personal. Muchos árboles de tronco alto tienen raíz fusiforme, una raíz madre que desciende perpendicularmente bajo el tronco y hace que la planta esté firme e inquebrantable. Mientras no se pone el hacha en esa raíz, se pueden cortar todas las raíces laterales, pero el árbol no cae. Ese lugar es muy estrecho, no hay lugar para dos: o está mi yo, o está Cristo.
Quizás, entrando en mí mismo, estoy dispuesto, en este momento, a reconocer la verdad, es decir, que hasta ahora he vivido «para mí mismo», que también estoy implicado en el misterio de la impiedad. El Espíritu Santo me ha «convencido de pecado». Comienza para mí el milagro siempre nuevo de la conversión. Si el pecado, como nos explicó Agustín, consistió en un repliegue sobre sí mismos, la conversión más radical consiste en «enderezarnos» y re-dirigirnos a Dios. No podemos hacerlo en el transcurso de una predicación, o de una Cuaresma; pero podemos al menos tomar la decisión seria de hacerlo, y es ya en cierto modo, para Dios, como haberlo hecho.
Si me alineo con todo mí yo en la parte de Dios, contra mi «yo», me hago su aliado; somos dos en luchar contra el mismo enemigo y la victoria está asegurada. Nuestro yo, como un pez sacado fuera de su agua, puede deslizarse aún y menearse un poco, pero está destinado a morir. Pero no es un morir, sino un nacer. «Quien quiere salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mi causa, la encontrará» (Mt 16,25). En la medida en que muere el hombre viejo, nace en nosotros «el hombre nuevo, creado según Dios en justicia y en la verdadera santidad» (Ef 4,24). El hombre o la mujer que todos secretamente queremos ser.
Dios nos ayude a realizar cada vez más la verdadera empresa de la vida que es nuestra conversión.
© Traducido del original italiano por Pablo Cervera Barranco
[1] F. Nietzsche, La gaia ciencia, n. 125.
[2] Orígenes, Comentario de la Carta a los Romanos, 2,2: PG 14,873.
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https://es.zenit.org/articles/24-horas-para-el-senor-sin-dios-no-se-puede-vencer-el-mal-solo-su-amor-nos-conforta-dentro/ Fri, 29 Mar 2019 18:09:29 +0000 https://es.zenit.org/?p=110173 Homilía completa del Papa
La entrada ’24 horas para el Señor’: “Sin Dios no se puede vencer el mal: solo su amor nos conforta dentro” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- “El mal es fuerte, tiene un poder seductor: atrae, cautiva. Para apartarse de él no basta nuestro esfuerzo, se necesita un amor más grande”, asegura el Papa Francisco. “Sin Dios no se puede vencer el mal: solo su amor nos conforta dentro, solo su ternura derramada en el corazón nos hace libres”.
El Santo Padre ha presidido esta tarde, viernes, 29 de marzo de 2019, la liturgia penitencial en la Basílica Vaticana, con la asamblea de fieles, a las 17 horas, y ha sido el primero el confesarse a la vista de todos, inaugurando una jornada en la que el Sacramento del Perdón estará al alcance de todos. Tras él, numerosos fieles se han acercado a los confesionarios de la Basílica a confesarse con otros sacerdotes.
La liturgia penitencial ha dado comienzo a la iniciativa cuaresmal de oración y reconciliación “24 horas para el Señor“, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro hasta mañana, sábado, 30 de marzo de 2019 así como en otras parroquias italianas y del mundo, al menos una iglesia de cada diócesis permanecerá abierta para los fieles, donde podrán dedicar “24 horas para el Señor”.
“Jesús se queda”
La homilía que ha ofrecido el Santo Padre ha seguido como hilo conductor el comentario de San Agustín al pasaje del Evangelio de la mujer adúltera “Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia”. Así, Francisco ha relatado: “Se fueron los que habían venido para arrojar piedras contra la mujer o para acusar a Jesús siguiendo la Ley. Se fueron, no tenían otros intereses. En cambio, Jesús se queda”.
El Papa ha invitado a los fieles a confiar en el poder curativo del perdón: “Cuántas veces nos sentimos solos y perdemos el hilo de la vida. Cuántas veces no sabemos ya cómo recomenzar, oprimidos por el cansancio de aceptarnos. Necesitamos comenzar de nuevo, pero no sabemos desde dónde. El cristiano nace con el perdón que recibe en el Bautismo”, ha alentado el Papa desde la Basílica de San Pedro esta tarde.
“Con Jesús –ha comentado– misericordia de Dios encarnada, ha llegado el momento de escribir en el corazón del hombre, de dar una esperanza cierta a la miseria humana”. Así, ha llegado el momento de dar “no tanto leyes exteriores, que a menudo dejan distanciados a Dios y al hombre, sino la ley del Espíritu, que entra en el corazón y lo libera”.
A continuación, ofrecemos la homilía completa del Papa Francisco en “24 horas para el Señor”.
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Homilía del Papa Francisco
«Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia» (In Io. Ev. tract. 33,5). Así encuadra san Agustín el final del Evangelio que hemos escuchado recientemente. Se fueron los que habían venido para arrojar piedras contra la mujer o para acusar a Jesús siguiendo la Ley. Se fueron, no tenían otros intereses. En cambio, Jesús se queda. Se queda, porque se ha quedado lo que es precioso a sus ojos: esa mujer, esa persona. Para él, antes que el pecado está el pecador. Yo, tú, cada uno de nosotros estamos antes en el corazón de Dios: antes que los errores, que las reglas, que los juicios y que nuestras caídas. Pidamos la gracia de una mirada semejante a la de Jesús, pidamos tener el enfoque cristiano de la vida, donde antes que el pecado veamos con amor al pecador, antes que los errores a quien se equivoca, antes que la historia a la persona.
«Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia». Para Jesús, esa mujer sorprendida en adulterio no representa un parágrafo de la Ley, sino una situación concreta en la que implicarse. Por eso se queda allí, en silencio. Y mientras tanto realiza dos veces un gesto misterioso: «escribe con el dedo en el suelo» (Jn 8,6.8). No sabemos qué escribió, y quizás no es lo más importante: el Evangelio resalta el hecho de que el Señor escribe. Viene a la mente el episodio del Sinaí, cuando Dios había escrito las tablas de la Ley con su dedo (cf. Ex 31,18), tal como hace ahora Jesús. Más tarde Dios, por medio de los profetas, prometió que no escribiría más en tablas de piedra, sino directamente en los corazones (cf. Jr 31,33), en las tablas de carne de nuestros corazones (cf. 2 Co 3,3). Con Jesús, misericordia de Dios encarnada, ha llegado el momento de escribir en el corazón del hombre, de dar una esperanza cierta a la miseria humana: de dar no tanto leyes exteriores, que a menudo dejan distanciados a Dios y al hombre, sino la ley del Espíritu, que entra en el corazón y lo libera. Así sucede con esa mujer, que encuentra a Jesús y vuelve a vivir. Y se marcha para no pecar más (cf. Jn 8,11). Jesús es quien, con la fuerza del Espíritu Santo, nos libra del mal que tenemos dentro, del pecado que la Ley podía impedir, pero no eliminar.
Sin embargo, el mal es fuerte, tiene un poder seductor: atrae, cautiva. Para apartarse de él no basta nuestro esfuerzo, se necesita un amor más grande. Sin Dios no se puede vencer el mal: solo su amor nos conforta dentro, solo su ternura derramada en el corazón nos hace libres. Si queremos la liberación del mal hay que dejar actuar al Señor, que perdona y sana. Y lo hace sobre todo a través del sacramento que estamos por celebrar. La confesión es el paso de la miseria a la misericordia, es la escritura de Dios en el corazón. Allí leemos que somos preciosos a los ojos de Dios, que él es Padre y nos ama más que nosotros mismos.
«Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia». Solo ellos. Cuántas veces nos sentimos solos y perdemos el hilo de la vida. Cuántas veces no sabemos ya cómo recomenzar, oprimidos por el cansancio de aceptarnos. Necesitamos comenzar de nuevo, pero no sabemos desde dónde. El cristiano nace con el perdón que recibe en el Bautismo. Y renace siempre de allí: del perdón sorprendente de Dios, de su misericordia que nos restablece. Solo sintiéndonos perdonados podemos salir renovados, después de haber experimentado la alegría de ser amados plenamente por el Padre. Solo a través del perdón de Dios suceden cosas realmente nuevas en nosotros. Volvamos a escuchar una frase que el Señor nos ha dicho por medio del profeta Isaías: «Realizo algo nuevo» (Is 43,18). El perdón nos da un nuevo comienzo, nos hace criaturas nuevas, nos hace ser testigos de la vida nueva. El perdón no es una fotocopia que se reproduce idéntica cada vez que se pasa por el confesionario. Recibir el perdón de los pecados a través del sacerdote es una experiencia siempre nueva, original e inimitable. Nos hace pasar de estar solos con nuestras miserias y nuestros acusadores, como la mujer del Evangelio, a sentirnos liberados y animados por el Señor, que nos hace empezar de nuevo.
«Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia». ¿Qué hacer para dejarse cautivar por la misericordia, para superar el miedo a la confesión? Escuchemos de nuevo la invitación de Isaías: «¿No lo reconocéis?» (Is 43,18). Reconocer el perdón de Dios es importante. Sería hermoso, después de la confesión, quedarse como aquella mujer, con la mirada fija en Jesús que nos acaba de liberar: Ya no en nuestras miserias, sino en su misericordia. Mirar al Crucificado y decir con asombro: “Allí es donde han ido mis pecados. Tú los has cargado sobre ti. No me has apuntado con el dedo, me has abierto los brazos y me has perdonado otra vez”. Es importante recordar el perdón de Dios, recordar la ternura, volver a gustar la paz y la libertad que hemos experimentado. Porque este es el corazón de la confesión: no los pecados que decimos, sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos. Sin embargo, nos puede asaltar una duda: “no sirve confesarse, siempre cometo los mismos pecados”. Pero el Señor nos conoce, sabe que la lucha interior es dura, que somos débiles y propensos a caer, a menudo reincidiendo en el mal. Y nos propone comenzar a reincidir en el bien, en pedir misericordia. Él será quien nos levantará y convertirá en criaturas nuevas. Entonces reemprendamos el camino desde la confesión, devolvamos a este sacramento el lugar que merece en nuestra vida y en la pastoral.
«Quedaron solo ellos dos: la miserable y la misericordia». También nosotros vivimos hoy en la confesión este encuentro de salvación: nosotros, con nuestras miserias y nuestro pecado; el Señor, que nos conoce, nos ama y nos libera del mal. Entremos en este encuentro, pidiendo la gracia de redescubrirlo.
© Librería Editorial Vaticano
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https://es.zenit.org/articles/tribunal-del-foro-interno-el-papa-advierte-de-que-el-foro-es-cosa-sagrada-y-no-puede-salir-al-exterior/ Fri, 29 Mar 2019 13:52:52 +0000 https://es.zenit.org/?p=110163 Discurso del Santo Padre
La entrada Tribunal del Foro Interno: El Papa advierte de que el foro es “cosa sagrada y “no puede salir al exterior” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- El Papa Francisco ha advertido que el foro interno del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica es “foro interno y no puede salir al exterior”, ha puntualizado. “Me he dado cuenta de que en algunos grupos de la Iglesia, los encargados, los superiores, mezclan las dos cosas y sacan del foro interno cosas para las decisiones externas y viceversa. Por favor, ¡esto es un pecado!”.
Así lo ha expresado el Santo Padre en la audiencia a los participantes en el XXX Curso sobre el Foro Interno promovido por el Tribunal de la Penitenciaría Apostólica, que ha tenido lugar a las 11:15 horas, en el Aula Pablo VI. El curso tiene lugar en Roma, en el Palacio de la Cancillería, del 25 al 29 de marzo de 2019.
“Es un pecado contra la dignidad de la persona que se fía del sacerdote, que pone de manifiesto su realidad para pedir perdón, y luego esto se utiliza para arreglar las cosas de un grupo o un movimiento, tal vez –no lo sé, invento- , tal vez incluso de una nueva congregación, no lo sé. Pero el foro interno es el foro interno. Es una cosa sagrada”, ha aclarado el Papa, revelando que este aspecto le “preocupa”.
En este contexto, el Pontífice ha hablado de la importancia del “ministerio de misericordia”: Que “justifica, requiere y casi siempre nos impone una formación adecuada”, para que el encuentro con los fieles que piden el perdón de Dios sea siempre un verdadero encuentro de salvación, en el cual “el abrazo del Señor se perciba en toda su fuerza, capaz de cambiar, convertir, sanar y perdonar”.
Durante la audiencia el Papa ha pronunciado el discurso que reproducimos a continuación:
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Discurso del Santo Padre
Queridos hermanos, buenos días:
Os doy la bienvenida en este tiempo de Cuaresma, con motivo del Curso sobre el Foro Interno, que este año ha alcanzado su trigésima edición.
Y me gustaría agregar, fuera del texto, una palabra sobre el término “foro interno”. No es una tontería ¡es algo serio! El foro interno es foro interno y no puede salir al exterior-. Y lo digo porque me he dado cuenta de que en algunos grupos de la Iglesia, los encargados, los superiores, -digamos así- mezclan las dos cosas y sacan del foro interno cosas para las decisiones externas y viceversa. Por favor, ¡esto es un pecado! Es un pecado contra la dignidad de la persona que se fía del sacerdote, que pone de manifiesto su realidad para pedir perdón, y luego esto se utiliza para arreglar las cosas de un grupo o un movimiento, tal vez –no lo sé, invento- , tal vez incluso de una nueva congregación, no lo sé. Pero el foro interno es el foro interno. Es una cosa sagrada. Quería decir esto porque me preocupa.
Dirijo un cordial saludo al cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor, y le agradezco las amables palabras que me ha dirigido. Con él saludo a toda la familia de la Penitenciaría Apostólica.
La importancia del “ministerio de misericordia” justifica, requiere y casi siempre nos impone una formación adecuada, para que el encuentro con los fieles que piden el perdón de Dios sea siempre un verdadero encuentro de salvación, en el cual el abrazo del Señor se perciba en toda su fuerza, capaz de cambiar, convertir, sanar y perdonar.
Treinta años de experiencia de vuestro Curso sobre el Foro Interno sacramental no son muchos en comparación con la larga historia de la Iglesia y la antigüedad de la Penitenciaría Apostólica, que es el Tribunal más antiguo al servicio del Papa: ¡un tribunal de la misericordia! Y me gusta mucho que sea así.
Sin embargo, treinta años, en esta época nuestra, que corre con tanta velocidad, es un tiempo suficientemente largo para poder hacer reflexiones y balances. Además, el elevado número de participantes – ¡más de setecientos este año! – El cardenal ha dicho que ha tenido que cerrar la inscripción por motivos logísticos. Parece una broma que no haya sitio en el Vaticano. ¡Parece una broma! indica cuán aguda es la necesidad de formación y seguridad, con respecto a materias tan importantes para la vida de la Iglesia y el cumplimiento de la misión que el Señor Jesús le encomendó.
Si muchos sostienen que la Confesión, y con ella el sentido del pecado, están en crisis, y no podemos dejar de reconocer una cierta dificultad del hombre contemporáneo al respecto, esta numerosa participación de sacerdotes, recién ordenados y a punto de serlo, testimonia el interés permanente en trabajar juntos para enfrentar y superar la crisis, ante todo con las “armas de la fe”, y ofreciendo un servicio cada vez más calificado y capaz de manifestar realmente la belleza de la Misericordia divina.
Jesús vino a salvarnos, revelándonos el rostro misericordioso de Dios y acercándonos a Él con su sacrificio de amor. De ahí que siempre debamos recordar que el Sacramento de la Reconciliación es un verdadero y propio camino de santificación; es la señal efectiva que Jesús dejó a la Iglesia para que la puerta de la casa del Padre estuviera siempre abierta y para que así fuera siempre posible el regreso de los hombres a Él.
La confesión sacramental es el camino de la santificación tanto para el penitente como para el confesor. Y vosotros, queridos jóvenes confesores, lo experimentaréis pronto.
Para el penitente es claramente un camino de santificación, porque, como se subrayó repetidamente durante el reciente Jubileo de la Misericordia, la absolución sacramental, celebrada válidamente, restablece la inocencia bautismal, la comunión plena con Dios. Esa comunión que Dios nunca interrumpe con el hombre, pero de la que el hombre a veces escapa al usar mal el estupendo don de la libertad.
Para el encuentro con los sacerdotes de mi diócesis, este año han elegido como lema “Reconciliación, hermana del Bautismo”. El sacramento de la Penitencia es “hermano” del Bautismo. Para nosotros, sacerdotes, el cuarto sacramento es camino de la santificación ante todo cuando, humildemente, como todos los pecadores, nos arrodillamos ante el confesor e imploramos para nosotros mismos la divina Misericordia. Recordemos siempre – y esto nos ayudará mucho- antes de ir al confesionario que primero somos pecadores perdonados y, solo después, ministros del perdón.
Además, -y este es uno de los muchos dones que el amor de predilección de Cristo nos reserva-, como confesores, tenemos el privilegio de contemplar constantemente los “milagros” de las conversiones. Siempre debemos reconocer la poderosa acción de la gracia, que es capaz de transformar el corazón de piedra en corazón de carne (ver Eze 11,19), de transforma a un pecador que huyó lejos en un hijo arrepentido que regresa a la casa de su padre (ver Lc 15, 11-32).
Por esa razón, la Penitenciaría, con este Curso en el Foro interno, ofrece un importante servicio eclesial, favoreciendo la formación necesaria para una celebración correcta y eficaz del sacramento de la Reconciliación, presupuesto indispensable para que sea fructuoso. Y esto porque cada Confesión es siempre un paso nuevo y definitivo hacia una santificación más perfecta; un abrazo tierno, lleno de misericordia, que contribuye a dilatar el Reino de Dios, Reino de amor, de verdad y de paz.
La Reconciliación, en sí misma, es un bien que la sabiduría de la Iglesia ha salvaguardado siempre con toda su fuerza moral y jurídica con el sello sacramental. Aunque este hecho no sea siempre entendido por la mentalidad moderna, es indispensable para la santidad del sacramento y para la libertad de conciencia del penitente, que debe estar seguro, en cualquier momento, de que el coloquio sacramental permanecerá en el secreto del confesionario, entre su conciencia que se abre a la gracia y Dios, con la mediación necesaria del sacerdote. El sello sacramental es indispensable y ningún poder humano tiene jurisdicción, ni puede reclamarla, sobre él.
Queridos jóvenes sacerdotes, futuros sacerdotes y queridos penitenciarios, os exhorto a escuchar siempre con gran generosidad las confesiones de los fieles, -hace falta paciencia, pero siempre con el corazón abierto, con espíritu de padre- os exhorto a recorrer con ellos el camino de la santificación que es el sacramento, a contemplar los “milagros” de la conversión que la gracia obra en el secreto del confesionario, milagros de los que solo vosotros y los ángeles seréis testigos. Y que os santifiquéis sobre todo vosotros, en el ejercicio humilde y fiel del ministerio de la Reconciliación.
¡Gracias por vuestro servicio! Y acordaos siempre de rezar también por mí. Gracias.
© Librería Editorial Vaticano
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https://es.zenit.org/articles/mons-fernando-chica-cuidar-de-la-casa-comun-significa-poder-sufrir-con-la-tierra-emplearse-en-ella/ Fri, 29 Mar 2019 13:29:45 +0000 https://es.zenit.org/?p=110160 Discurso en el Seminario de Estudios de los pueblos indígenas
La entrada Mons. Fernando Chica: Cuidar de la casa común significa “poder sufrir con la tierra, emplearse en ella” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- El Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola) y PAM (Programa Mundial de Alimentos), Mons. Fernando Chica Arellano intervino ayer, 28 de marzo de 2019, en el Seminario de Estudios
Los Pueblos indígenas, custodios de la naturaleza: la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que ha tenido lugar en la sede de la FAO en Roma.
En su discurso Mons. Chica Arellano subrayó que cuidar de la casa común significa poder sufrir con la tierra, emplearse en ella, saber escuchar el “clamor” que el Santo Padre describe con tanta lucidez en su encíclica Laudato Si, y citó al respecto las palabras del Papa en el IV Foro de las Poblaciones Indígenas, convocado por el FIDA, que tuvo lugar en Roma el pasado mes de febrero. “Los pueblos indígenas son un grito viviente a favor de la esperanza. Ellos nos recuerdan que los seres humanos tenemos una responsabilidad compartida en el cuidado de la “casa común”… Nos recuerdan que los seres humanos tenemos una responsabilidad compartida en el cuidado de la “casa común” […]. La tierra sufre y los pueblos originarios saben del diálogo con la tierra, saben lo que es escuchar la tierra, ver la tierra, tocar la tierra. Saben el arte del bien vivir en armonía con la tierra”.
“Sin embargo -prosiguió- hay que reconocer que el extraordinario patrimonio cultural y espiritual de muchos pueblos indígenas corre el riesgo de ser barrido por una especie de colonización económica e ideológica que a menudo está envuelta en perspectivas de desarrollo y que las cualidades distintas y diferentes de las comunidades multiculturales se ven amenazadas por la uniformidad y la estandarización de la cultura y el comercio, que son la consecuencia lógica del proceso de globalización…Es costumbre relacionar el término tradición con algo antiguo e inmutable que solo puede imitarse y reproducirse, pero no lo es. El patrimonio cultural es un proceso de producción permanente que puede crear valores solo cuando se actualiza continuamente y se contextualiza a la realidad del tiempo”.
También destacó el prelado el valor de la conservación “que permite el mantenimiento de la diversidad biológica en el sistema agrícola, convirtiéndose así en un valor agregado para la comunidad” y se refirió a las consecuencias dramáticas que podría tener para la biodiversidad el cultivo de plantas que garantizasen más ingresos, pero que llevarían aparejado el abandono de variedades clásicas. De hecho “los informes de las Naciones Unidas y el estudio de las inversiones en el campo de la investigación y el desarrollo revelan el drama de la búsqueda de intereses comerciales por parte de algunas grandes empresas transnacionales en aquellas áreas del planeta donde viven las comunidades indígenas: una actitud a menudo sin escrúpulos, que además de degradar el medio ambiente obliga a los pueblos indígenas, especialmente a los jóvenes, a migrar, desarraigándose de sus tierras y, por lo tanto, de sus orígenes… Y, de hecho, lo que sucede a menudo es que muchos pueblos indígenas, desarraigados desde sus orígenes, se encuentran en situaciones de pobreza y vulnerabilidad, convirtiéndose así en un descarte de la sociedad, es decir, en aquellas personas que no podemos y no debemos dejar atrás, si queremos lograr los objetivos de la Agenda 2030”.
En la estructuración de las actividades económicas que involucran a los pueblos indígenas, por lo tanto, es esencial “hacer que prevalezca el derecho al consentimiento previo e informado, según lo previsto en el art. 32 de la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas… En algunos casos, la protección de los conocimientos tradicionales tiene como objetivo prevenir la “biopiratería” y garantizar la división de ventajas”. Por ejemplo “en la Organización Mundial de Comercio, varios países en desarrollo han propuesto, dentro del Acuerdo sobre Aspectos Comerciales de los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC)…la inclusión de una disposición que establece la imposibilidad de garantizar la protección de aquellas patentes que sean incompatibles con la disposición contenida en el artículo 15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) (…) que requiere una evaluación previa para acceder a los recursos y una división de ganancias con los proveedores de materias primas”.
“La Iglesia Católica, por su parte, -enfatizó el Observador Permanente- presta especial atención a estos pueblos a menudo olvidados y sin la perspectiva de un futuro pacífico, y para identificar nuevas vías de evangelización, el Santo Padre ha convocado una Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Pan- amazónica que se celebrará en octubre de este año” y representará… “una ocasión espléndida para relanzar una mayor presencia eclesial, que responde a todo lo que es específico de esta región a partir de los valores del Evangelio. También será una oportunidad fructífera para identificar nuevas formas de hacer crecer el rostro amazónico de la Iglesia y también para responder a situaciones de injusticia en la región”.
“En este sentido –concluyó- no puedo olvidar las palabras del cardenal Claudio Hummes, que se refirió a la necesidad de caminar hacia una Iglesia con rostro indígena, que es “una iglesia que expresa plenamente la fe en su cultura, en su propia identidad”.
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https://es.zenit.org/articles/vaticano-leyes-normas-e-indicaciones-especificas-en-los-nuevos-documentos-del-papa/ Fri, 29 Mar 2019 13:07:25 +0000 https://es.zenit.org/?p=110158 Sobre la protección de menores
La entrada Vaticano: “Indicaciones muy específicas” en los tres nuevos documentos del Papa se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- El pasaje de Francisco es claro e inequívoco: “La protección de los menores y de las personas vulnerables es parte integrante del mensaje evangélico que la Iglesia y todos sus miembros están llamados a difundir en todo el mundo”, asegura Andrea Tornielli, en el marco de la publicación de tres nuevos documentos firmados por el Santo Padre.
Este 29 de marzo de 2019, la Santa Sede ha dado a conocer el motu proprio sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables, la nueva ley para el Estado de la Ciudad del Vaticano extendida también a la Curia romana, y las orientaciones pastorales, tres documentos firmados por el Papa Francisco.
El director editorial del Dicasterio para la Comunicación, Andrea Tornielli, señala que se tratan de “leyes, normas e indicaciones muy específicas”, en primer lugar, para los destinatarios: “en realidad se refieren sólo al Estado Vaticano, donde un gran número de sacerdotes y religiosos trabajan, pero hay muy pocos niños”.
“Aunque fueron concebidos y escritos para una realidad única en el mundo, en la que la máxima autoridad religiosa es también soberana y legisladora, estos tres documentos contienen indicaciones ejemplares que tienen en cuenta los parámetros internacionales más avanzados”, señala el periodista italiano.
Próximamente se publicará el vademecum antiabuso para la Iglesia universal, como se anunció a finales de la cumbre de febrero, elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, y la creación de mecanismos para ayudar a las diócesis que carecen de personal cualificado para tratar estos casos.
Deber de denunciar los abusos
En el motu proprio, Francisco expresa su deseo, entre los cuales “que todos sean conscientes del deber de denunciar los abusos a las autoridades competentes y de cooperar con ellas en las actividades de prevención y de lucha”, afirmando así un principio significativo.
El “hecho de que el Papa decidiera firmar personalmente” también la Ley CCXCVII y las Directrices –textos que en sí mismos podrían haber sido promulgados respectivamente por la Comisión para el Estado y por el Vicario de la Ciudad del Vaticano– “indica el valor que estas normas pretenden dar”, apunta Tornielli.
Adultos vulnerables
En el primero de los tres documentos, la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio del Sumo Pontífice Francisco sobre protección de los menores y de las personas vulnerables figura en el primer artículo la una definición precisa y amplia de la categoría de “adultos vulnerables” tratados como menores: “Es vulnerable toda persona en estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien le ofende”.
Innovaciones más significativas
Según expone Andrea Tornielli, la primera novedad en estos documentos en relación a la protección de menores y personas vulnerables se refiere al hecho de que, a partir de ahora todos los delitos relacionados con el abuso de menores, no sólo los de carácter sexual, sino también, por ejemplo, el maltrato, serán “perseguibles de oficio”, es decir, incluso en ausencia de un informe de oficio.
La segunda actualización es la introducción de una prescripción de 20 años que comienza “en caso de delito a un menor, a partir de los 18 años”. Vale la pena recordar que aquí no estamos hablando de leyes canónicas, sino de leyes penales del Estado de la Ciudad del Vaticano, donde nunca se ha adoptado el Código Rocco promulgado en Italia durante el período fascista, el Código Penal de Zanardelli sigue siendo de aplicación, que para estos delitos preveía prescripciones que nunca llegaron más allá de cuatro años después de la comisión del delito en sí, ha descrito el director editorial del Vaticano.
Sanción por no denunciar
Otra novedad importante se refiere a la obligación de denunciar y sancionar al funcionario público que no denuncie ante la autoridad judicial vaticana los abusos de los que haya tenido conocimiento, sin perjuicio del sello sacramental, que es el secreto inviolable de la confesión. Esto significa que todos aquellos que, en el Estado y por extensión en la Curia Romana, pero también entre el personal diplomático al servicio de las nunciaturas, desempeñen el papel de funcionarios públicos (más del 90% de las personas que trabajan en el Vaticano o para la Santa Sede) serán sancionados en caso de no denunciar.
Servicio de acompañamiento a las víctimas
Otra innovación importante es la creación por el Governatorato, dentro de la Dirección de Salud e Higiene del Vaticano, de un servicio de acompañamiento para las víctimas de abusos, que será coordinado por un experto cualificado. Por lo tanto, las víctimas tendrán a alguien a quien recurrir en busca de ayuda, para recibir asistencia médica y psicológica, para que conozcan sus derechos y sepan cómo hacerlos respetar. Novedad también en lo que respecta a la selección y reclutamiento de personal del Governatorato y la Curia Romana: se debe determinar la idoneidad del candidato para interactuar con menores.
Finalmente, las Directrices Pastorales para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano. Pueden aparecer como un documento breve en comparación con textos similares de algunas Conferencias Episcopales, pero hay que recordar que sólo hay dos parroquias en el Vaticano y que sólo viven unas pocas docenas de menores, detalla Tornielli.
Orientaciones para sacerdotes, diáconos y educadores
Las Orientaciones se dirigen a los sacerdotes, diáconos y educadores del Preseminario San Pío X, a los cánones, párrocos y coadjutores de las dos parroquias, a los religiosos y religiosas que residen en el Vaticano, así como a “todos aquellos que trabajan en cualquier cargo, individual o asociado, dentro de la comunidad eclesial del Vicariato de la Ciudad del Vaticano”.
Se especifica, por ejemplo, que estas personas deben “ser siempre visibles para los demás cuando estén en presencia de menores”, que está estrictamente prohibido “establecer una relación preferencial con un solo menor, dirigirse a un menor de forma ofensiva o adoptar conductas inapropiadas o sexualmente alusivas, pedir a un menor que guarde un secreto, fotografiar o filmar a un menor de edad sin el consentimiento escrito de sus padres”. Y mucho más.
Vicario de la Ciudad del Vaticano
El Vicario de la Ciudad del Vaticano tiene ahora la obligación de informar al Promotor de Justicia de cualquier noticia de abuso que “no sea manifiestamente infundada”, retirando cautelosamente de las actividades pastorales al presunto autor del abuso. Cualquiera que sea encontrado culpable de abuso será “destituido de su cargo” en el Vaticano. Si es un sacerdote, entonces todas las normas canónicas ya en vigor toman el relevo.
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https://es.zenit.org/articles/vaticano-tres-documentos-firmados-por-el-papa-sobre-la-proteccion-de-menores/ Fri, 29 Mar 2019 12:09:25 +0000 https://es.zenit.org/?p=110156 Declaración de Alessandro Gisotti
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]]> (ZENIT – 29 marzo 2019).- La Santa Sede ha hecho públicos tres documentos firmados por el Santo Padre con relación a la protección de menores y personas vulnerables en el Vaticano: La ley sobre la protección de menores en el Estado de la Ciudad del Vaticano, el
Motu proprio que extiende las normas a la Curia Romana y las líneas guía para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano.
Esta mañana, 29 de marzo de 2019, el director ad interim de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha declarado que son documentos de “gran importancia” que “responden a la exigencia de pasos concretos manifestada por el Pueblo de Dios en el enfrentar la plaga de los abusos a menores”.
La publicación de estos 3 documentos se trata del “primer paso importante” como consecuencia del encuentro de las Conferencias Episcopales, ya anunciado el pasado 24 de febrero de 2019. Los tres textos se dan a conocer a un mes de la conclusión del encuentro sobre la Protección de los Menores en el Vaticano, convocado y “deseado fuertemente” por el Papa Francisco, que tuvo lugar del 21 al 24 de febrero de 2019 en el Vaticano.
Significativamente, los tres documentos –la ley sobre la protección de menores en el Estado de la Ciudad del Vaticano, el Motu proprio que extiende las normas a la Curia Romana y las líneas guía para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano– han sido firmados por el Santo Padre. “Estos actos refuerzan la protección de menores a través de la potenciación del cuadro normativo”.
Gracias a estas normas que conciernen al Estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia Romana, el Santo Padre desea que “madure en todos la conciencia que la Iglesia deba ser cada vez más una casa segura para los niños y las personas vulnerables”, ha concluido la declaración de Gisotti.
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https://es.zenit.org/articles/san-pedro-regalado-30-de-marzo-5/ Fri, 29 Mar 2019 09:31:31 +0000 https://es.zenit.org/?p=110182 Discípulo aventajado de Pedro de Villacreces
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«Flor de la reforma franciscana. Fue discípulo aventajado de Pedro de Villacreces. Pasó su vida consumido en oración y sacrificios, sosteniendo el rigor de la Regla que había heredado. Hizo muchos milagros»
Pedro Regalado y de la Costanilla nació en Valladolid, España, hacia 1390. Perdió a su padre siendo muy pequeño. Su madre lo llevaba temprano al convento de San Francisco donde actuaba como monaguillo, por lo que fácilmente se estableció un vínculo entrañable con los religiosos a los que acompañaba en la santa misa, despertando en él una temprana vocación. A los 13 años ingresó en el convento.
Era jovencísimo cuando le impusieron el hábito. Los muros de los claustros albergaban a personas sin escrúpulos ni vocación. Se habían recluido en esos recintos con variadas y distintas intenciones, lo cual se evidenciaba en una falta de espíritu religioso. A nada de ello fue ajeno el momento histórico que propició numerosos arribismos de esta naturaleza. En esa época, el venerable fray Pedro de Villacreces, egregio maestro en teología por las universidades de París, Toulouse y Salamanca, estaba dispuesto a actuar para renovar la vida monástica que se había impregnado de muchas sombras proyectadas en ella al margen de la consagración. Con este objetivo, el obispo de Osma le autorizó a fundar por tierras burgalesas.
En 1404 llegó a Valladolid. Procedía de las cuevas de Arlanza y del eremitorio de La Salceda donde se hallaba buscando seguidores para secundarle en tan delicada misión. Cuando Pedro Regalado lo conoció a sus 14 años, entró en inmediata sintonía con él. La diferencia de edad –el fraile superaba los 60–, nunca fue un muro entre ambos; todo lo contrario. Y es que los dos compartían el anhelo de conquistar la santidad, y ante este altísimo fin nada se interpone. Entonces fray Pedro ya era considerado santo por muchos, y fue instructor del joven que aprendió a estimar junto al fraile el cumplimiento de la observancia franciscana.
Unidos partieron rumbo a La Aguilera, lugar colindante a Aranda de Duero, para fundar un convento. Con sumo gozo, y sin temor a la austeridad porque buscaba la gloria de Dios con todas sus fuerzas, se abrazó el muchacho al rigor de la regla. Y no era baladí. De las veinticuatro horas que tiene el día, diez estaban destinadas a la oración comunitaria y personal, trabajo y limosna. Éste era, en esencia, el plan cotidiano. El bondadoso fraile se ocupó de formar a Pedro Regalado para el sacerdocio. Éste celebró su primera misa en la ermita del convento en 1412.
De algún modo era su credencial para realizar el apostolado en la cuenca media del Duero. Su virtud, percibida en palabras y gestos, era bendecida con hechos prodigiosos por los que fue reconocido como «el santo del Duero». Nadie quedaba indiferente ante sus dotes taumatúrgicas. Fray Pedro de Villacreces podía respirar tranquilo; Dios había bendecido a la Orden con un gran santo. Durante once años cumplió con alegría las humildes misiones que le encomendaron. Ofrecía limosnas a los pobres que llegaban al convento, trabajó en la cocina como ayudante, y fue sacristán, entre otras.
En 1415 cuando fray Pedro fundó El Abrojo en la provincia de Valladolid, su discípulo estaba tan bien formado y había dado tales muestras de virtud que no dudó en elegirlo maestro de novicios. Y como tal prosiguió su vida de intensísima mortificacióny penitencia. Recorría el entorno como un consumado predicador. Con su sencillez y ardor apostólico arrebataba numerosas conversiones. Todos acudían a él con el corazón contrito y la certeza de que saldrían plenamente renovados después de mostrarle las huellas de sus heridas.
Nada tiene de particular que en octubre de 1422, cuando se produjo la muerte de Villacreces, tras el capítulo de Peñafiel los religiosos de las dos casas fundadas por él pensaran en Pedro Regalado para que siguiera al frente de todos como prelado o vicario. Y no se equivocaron. La reforma se extendió como un floreciente rosario de nuevas fundaciones, conocidas como «las siete de la fama».
Pedro, con su inflamada devoción por la Eucaristía, la Pasión de Cristo y María, hilvanaba las jornadas consumiéndose en oración y sacrificios, sosteniendo el rigor de la regla que había heredado. Toda disciplina cabía en su acontecer. Los habitantes del lugar sabían de su severo ascetismo. Veían su escuálida figura perfilada sobre el cerro del Águila, rebosante de austeridades, portando los símbolos del Redentor: cruz, corona de espinas y soga, mientras realizaba el Via Crucis.
Los milagros se sucedían, como también los favores celestiales que recibía. Uno de ellos, quizá el más renombrado, alude a un 25 de marzo, festividad de la Anunciación; estuvo vinculado a su amor por María. Fue Ella quien debió colmar el anhelo del santo de poder postrarse ante su imagen en la iglesia de La Aguilera mientras rezaba maitines. El lugar distaba unos ochenta km. del Abrojo. Pero los ángeles hicieron posible este sueño de Pedro trasladándole en un santiamén al templo, mientras una estrella que simbolizaba a la Virgen los conducía. Devuelto del mismo modo al convento, una vez hubo cumplido su anhelo, todo se produjo en tan brevísimo espacio de tiempo que ninguno de sus hermanos llegó a percatarse de su ausencia, ignorando lo concerniente a este hecho prodigioso.
En 1456 Pedro viajó a San Antonio de Fresneda, cerca de Belorado, y se reunió con un religioso antiguo compañero suyo que se hallaba enfermo. También él regresó al Abrojo debilitado. Ante la cercanía de su muerte, se trasladó a La Aguilera y el 30 de marzo de ese año entregó su alma a Dios. Cuando en el estío de 1493 la reina Isabel la Católica visitó el convento, se dirigió a las damas de su séquito y aludiendo a la tumba de Pedro, dijo: «Pisad despacio, que debajo de estas losas descansan los huesos de un santo». Fue beatificado por Inocencio XI el 17 de agosto de 1683. Benedicto XIV lo canonizó el 29 de junio de 1746. Es el Patrón de Valladolid.
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https://es.zenit.org/articles/gracias-a-la-beatificacion-de-guadalupe-ortiz-100-mujeres-africanas-podran-estudiar/ Thu, 28 Mar 2019 22:12:11 +0000 https://es.zenit.org/?p=110145 La ceremonia será el 18 de mayo en Madrid
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]]> (Madrid, 28 de marzo de 2019).- Un centenar de mujeres africanas tendrá acceso a becas para estancias de investigación en universidades españolas y africanas gracias a los donativos que se recauden en la beatificación de la química madrileña del Opus Dei Guadalupe Ortiz de Landázuri, que subirá a los altares el próximo 18 de mayo.
Las becas se concederán por espacio de 10 años a través del proyecto ‘Becas Guadalupe’ de la ONG Harambee, y pretenden promover el liderazgo de mujeres africanas en la investigación científica para que sean capaces de fomentar e impulsar la capacidad de los centros de investigación de sus propios países, según explicó Raquel Rodríguez, directiva de Harambee España.
La responsable del comité internacional encargado de la beatificación, Mónica Herrero, explicó que se ha querido dotar a este evento de un marcado carácter solidario, en consonancia con el compromiso social que estuvo presente en las sucesivas etapas de la vida de Ortiz de Landázuri en México y en España.
Herrero recordó que Ortiz de Landázuri fue “una persona normal de la diócesis de Madrid, nacida en el barrio de Malasaña, perteneciente al Opus Dei y con una vida corriente, que se hizo santa en sus tareas cotidianas, y que llevó el espíritu cristiano tanto a los más desfavorecidos como a sus iguales, a través de su trabajo como profesora de química”. Su biografía enlaza, por tanto, con el modelo de los “santos de la puerta de al lado” que propone el Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate.
Pionera para su tiempo
La futura beata destacó además por ser una mujer pionera para su tiempo, una de las primeras mujeres que estudió una carrera de ciencias en la Universidad española en unos años en los que la presencia femenina en las aulas era muy reducida, y que aspiró y obtuvo el grado de doctora, gracias, precisamente, a una beca otorgada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además, comenzó el trabajo evangelizador del Opus Dei en México, y puso en marcha en Madrid el colegio mayor Zurbarán, primera residencia universitaria para mujeres promovida por el Opus Dei en el mundo.
Guadalupe Ortiz de Landázuri será también la primera fiel laica del Opus Dei que subirá a los altares, lo que ha suscitado un interés en fieles de todo el mundo, muchos de los cuales no podrán viajar a España para asistir a la ceremonia. Por ese motivo, uno de los ejes en los que trabaja el comité internacional es el digital. “Las tecnologías nos permiten que participen personas de todos los continentes”, subrayó Herrero.
En este sentido, la responsable de Comunicación de la beatificación, Carmen García Herrería, enumeró una serie de canales habilitados para facilitar la participación, como la retransmisión en televisión y streaming, el sistema de mensajería a través de Whatsapp, la página web www.guadalupe19.orgy la newsletter semanal, una app y un documental multimedia o una serie de productos descargables por internet como carteles, paneles expositivos, una biografía infantil o un cuaderno con experimentos en torno a la química que desarrolló Guadalupe.
Química y vida espiritual
En la web del Opus Dei puede descargarse además el libro ‘Letras a un santo’, donde se ofrecen algunos fragmentos de las 350 cartas escritas por Ortiz de Landázuri a san Josemaría. “El epistolario de una persona es la apertura de su interioridad; el conjunto de esas cartas muestra sus virtudes y su carácter alegre”, explicó por su parte el postulador diocesano de la causa de beatificación, José Carlos Martín de la Hoz.
Ortiz de Landázuri ha llegado a la santidad, según el postulador, “como una persona que ha encontrado la intimidad con Jesucristo en su trabajo cotidiano y ha contagiado ese amor en su propio ambiente”.
El comité ha organizado ya numerosos encuentros y actividades para dar a conocer la figura de la futura beata en diferentes ciudades de España y en algunos puntos de países donde vivió, como México o Roma. Entre los actos celebrados en Madrid destaca un coloquio en el Colegio de Químicos el pasado 5 de marzo, a modo de homenaje de sus colegas de profesión, y otro similar previsto el próximo 24 de abril en la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense.
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https://es.zenit.org/articles/caritas-venezuela-realiza-encuentro-de-directores-diocesanos/ Thu, 28 Mar 2019 22:04:35 +0000 https://es.zenit.org/?p=110142 Fortalecimiento del compromiso institucional
La entrada Cáritas Venezuela realiza Encuentro de Directores Diocesanos se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (Caracas/ Venezuela). Del 25 al 27 de marzo, Cáritas Venezuela realizó el encuentro nacional de directores y delegados diocesanos, en la casa Mons. Ibarra, sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, bajo el lema “De la Cáritas que somos a la Cáritas que soñamos” que refleja la respuesta que Cáritas Venezuela dará a la crisis social e institucional hasta la cuaresma 2020.
Un total de 34 Diócesis participaron del encuentro, llevándose la responsabilidad de dar a conocer el nuevo Plan de Formación en Doctrina Social de la Iglesia, las reflexiones y lineamientos sobre la Ayuda Humanitaria y el Plan de Fortalecimiento de la Cáritas Diocesanas para el 2019-2020.
Expresó la socióloga Janeth Márquez, directora de Cáritas Venezuela, que el objetivo del encuentro “es hacer un diagnóstico sobre la realidad que vivimos en Venezuela, además de ver cómo la Iglesia puede responder rápidamente con las nuevas exigencias, con las nuevas metodologías, para conocer los protocolos internacionales sobre el tema de la asistencia humanitaria”.
Para la Directora de Cáritas Venezuela el tema de formación es de suma importancia “como Iglesia no sólo nos debemos quedar en la asistencia, debemos tener agentes, constructores de la sociedad formados. No podemos esperar que pase la emergencia para formar a los laicos, sino que debemos ir a la par con algún proceso de formación real, que permita una participación de la pastoral de conjunto, es decir, jóvenes, catequistas, políticos, etc., en este proceso formativo”.
“De la Cáritas que somos a la Cáritas que soñamos”
En el proceso de poder responder a las exigencias actuales, desde el enfoque del desarrollo integral y que conlleve a la reflexión dinámica y progresiva sobre los planes de acción trazados, se presentó un plan de evaluación que medirá el rendimiento del trabajo por las diversas Cáritas diocesanas y parroquiales.
Señaló Márquez que “consiste en ver cómo estamos en este momento, las Cáritas fueron evaluadas con sus actividades, las metodologías, las capacidades gerenciales, teniendo presente en el horizonte la Cáritas que debemos ser, de manera que en el 2020 podamos ver cuánto se ha subido en puntaje, que se traduce en calidad de servicio, de respuesta y preparación”.
Enfatizó la Directora de Cáritas Venezuela, que ante esto, “la idea es tener mejoras, en la medida que pasa el tiempo, en capacidades gerenciales, de formación, de voluntariado y de capacidades físicas y estructurales, con el fin de responder a las exigencias del país”.
Cáritas Venezuela y la Ayuda Humanitaria
Cáritas Venezuela desde 1957 ha realizado un trabajo constante y de asistencia, para cumplir con el compromiso de solidaridad, orientando en acciones que conllevan a la promoción y el crecimiento personal de los más necesitados, un acompañamiento que día a día ha crecido en la suma de voluntades y de quienes están dispuestos a trabajar en el servicio de los más necesitados bajo el lema “Ayúdanos a Ayudar”.
El tema de la ayuda humanitaria en Venezuela en los últimos meses ha tomado un impulso notorio, por lo cual, al ser Cáritas una organización con una gran experiencia y de trabajo transparente, ha sido tomada como referente para el trabajo de distribución de la misma. En diversos momentos a través de comunicados, Cáritas ha expresado que “se sumaría a la ayuda humanitaria en esta crisis solo si se trabaja con los mecanismos apropiados y bajo los principios de respeto a los derechos humanos y humanitarios. Cáritas reafirma su misión de ser constructores de paz, justicia y esperanza” (comunicado 04 de febrero de 2019).
Durante el encuentro, el tema de la ayuda humanitaria fue desarrollado también para poner en sintonía a las diversas Cáritas Diocesanas y trabajar bajo unas mismas líneas de acción.
“Cómo Cáritas hemos sacado un protocolo de cómo debemos actuar, producto del protocolo propio de las ayudas internacionales, con la asesoría de Cáritas Internacional y que ha sido dado a todas nuestras Cáritas en Venezuela, para que tengan los lineamientos, la ética y los principios claros”.
Cáritas Venezuela mantiene su compromiso con el país de ayudar a nivel técnico de manera que, los más vulnerables sean los privilegiados, para que sean bien atendidos y en armonía con otras organizaciones no gubernamentales” enfatizó Janeth Márquez.
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https://es.zenit.org/articles/santa-marta-o-estas-con-jesus-o-estas-contra-jesus/ Thu, 28 Mar 2019 21:56:02 +0000 https://es.zenit.org/?p=110126 "Todavía hay tiempo" para abrir el corazón
La entrada Santa Marta: “O estás con Jesús o estás contra Jesús” se publicó primero en ZENIT - Espanol.
]]> (ZENIT – 28 marzo 2019).- “O estás con Jesús o estás contra Jesús”, dijo el Papa Francisco en la misa que celebró en Santa Marta el 28 de marzo de 2019. En su homilía según
Vatican News, invitó a abrir el corazón al Señor, porque “todavía hay tiempo”.
“Muy a menudo estamos sordos y no escuchamos la voz del Señor. Escuchamos las noticias, los chismes de barrio: esto siempre lo escuchamos “, dijo el Papa comentando en la primera lectura. Enfatizó la “lamentación del Señor” contra las personas “obstinadas, que no escuchan”, que “cierran sus oídos”, que ha “perdido el sentido de la fidelidad”.
Francisco invitó al cristiano a preguntarse si él tampoco había hecho lo mismo, como si Dios “no contara”: “¿He perdido la fidelidad con el Señor?” – “No, no, voy todos los domingos a Misa…”. “Sí, sí, pero… mi corazón está duro, obstinado, sordo, deja que el Señor entre o se las arregla con tres o cuatro cosas y luego hace lo que él quiere?”.
“Esta es una pregunta para todos nosotros, insistió el Papa: todos debemos formularla”. Y, advirtió, cuando alguien que no escucha al Señor y endurece su corazón se encuentra con “algo… que no le agrada, abandona al Señor bajo algún pretexto, desacredita al Señor, lo calumnia y lo difama”.
Así, en el Evangelio, acusan a Jesús de expulsar demonios “por Beelzebul, el líder de los demonios”: es “el penúltimo paso del rechazo del Señor”, antes de “el paso sin retorno, que es la blasfemia contra el Espíritu Santo”. “El que no está conmigo está contra mí”, advierte Jesús: “No, no, estoy con Jesús, pero a cierta distancia, no me acerco demasiado”: no, no existe . O estás con Jesús, o estás contra Jesús; o eres fiel, o eres infiel; o tienes un corazón obediente, o has perdido la fidelidad”.
En conclusión, el Papa ha hecho una invitación a no perder la esperanza, ya que “todavía hay tiempo”. “Vuelve a mí de todo corazón” dice el Señor, “porque yo soy misericordioso y compasivo: yo olvido todo. Lo que me importa es que vuelvas a mí”, y se olvida de todo lo demás. Este es el tiempo de la misericordia, esto es el tiempo para la compasión del Señor abrir nuestro corazón para que él venga a nosotros.
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https://es.zenit.org/articles/lituania-francisco-recibe-en-audiencia-a-la-presidenta-de-la-republica-dalia-grybauskaite/ Thu, 28 Mar 2019 21:46:19 +0000 https://es.zenit.org/?p=110131 Situación social y política del país
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]]> (ZENIT – 28 marzo 2019).- El Santo Padre Francisco ha recibido hoy, 28 de marzo de 2019, en audiencia a Dalia Grybauskaitė, Presidenta de la República de Lituania, en el Vaticano, ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En el curso de las “cordiales conversaciones”, señala el Vaticano, entre otros temas, se abordaron algunos aspectos “relacionados con la situación social y política” del país.
Asimismo, el Papa y la Presidenta lituana expresaron el aprecio por las buenas relaciones bilaterales y la contribución positiva de la Iglesia católica a la sociedad lituana, recordando la reciente visita del Santo Padre al país con motivo del centenario de la independencia en 2018.
Por último, ambos jefes de estado analizaron algunas cuestiones de carácter internacional, como la paz y la seguridad y la necesidad de una mayor solidaridad para enfrentar los diferentes desafíos en Europa y en la región, recoge el comunicado emitido por la Oficina de Prensa Vaticana.
Sucesivamente, la mandataria europea se encontró con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.
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