El Santo Padre se manifestó además a favor de denunciar ante las autoridades los casos de abusos, y recordó que “eso es lo que salió en la cumbre”.
Ante los críticos y desencantados por las conclusiones de la cumbre que convocó en febrero de este año para abordar el drama de los abusos sexuales por parte del clero, el Papa dijo que “los entiendo”, pues “uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento”.
“Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado 100 curas en la Plaza San Pedro, abusadores: qué bien, ya hay un hecho concreto. Hubiera ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, sino iniciar procesos sanadores”, señaló.
“Las cosas concretas de la cumbre fueron iniciar procesos y eso lleva su tiempo”, reiteró.
Sin embargo, insistió que “de todas maneras comprendo a la gente que se ha quedado insatisfecha, porque cuando hay un error de por medio vos tenés que callar, rezar, llorar, acompañar y punto”.
“Pero iniciar procesos es la manera para que sea irreversible la cura. Si vos hoy ocupás un espacio, pasa el tiempo se va la noticia y mañana se repite la cosa”, señaló.
El Papa también destacó que desde que explotaron los escándalos en Boston, Estados Unidos, en 2002, la mentalidad de encubrimiento que existía en la Iglesia frente a los abusos sexuales ha cambiado.
La forma de pensar en el pasado, dijo, era “cubrir, tapar, evitar males futuros”, pero “la misma estadística, por ejemplo, esas que han tomado en algunos lugares de 70 años hasta acá, vos te das cuenta que desde la época de Boston en adelante disminuyen notablemente, pero notablemente las cosas en la misma Iglesia”.
“Eso quiere decir que se ha tomado una conciencia distinta, un modo de proceder distinto”.
Con los casos de abusos, dijo, “al cubrir, se propaga”. Pero “una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan”.
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