Así lo dijo el Santo Padre este 4 de julio al recibir a los organizadores del Campeonato Europeo de Natación que se llevará a cabo en Roma del 11 al 21 de agosto.
En un mensaje dirigido a los atletas, el Papa señaló que la tristeza porque “la sombra de la guerra en Ucrania se cierne sobre este festival deportivo”.
“Pero me gustaría que esto se convirtiera en un motivo para manifestar aún con más fuerza nuestro compromiso con un mundo sin guerra, sin odio entre los pueblos, sin amenaza nuclear”, indicó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre alentó a los atletas a vivir este Campeonato de Europa en Roma “como un momento de fiesta, de fraternidad, en un ambiente sereno, que también los ayudará a cada uno a dar lo mejor de ustedes mismos”.
Además, el Papa reconoció que “todo gran acontecimiento deportivo es un momento privilegiado de encuentro entre jóvenes de diferentes países y, por tanto, un signo de esperanza para un mundo mejor”.
En particular, el Pontífice destacó “la vocación de Roma, ciudad universal, ciudad abierta al mundo, ciudad desde la que la Iglesia difunde por todas partes el Evangelio de la fraternidad”.
“Me alegro de que nuestra ciudad vuelva a acoger este magnífico acontecimiento deportivo; en estos momentos necesitamos más que nunca el deporte, el verdadero deporte, para compensar los demasiados conflictos que pesan sobre nuestro mundo y, por desgracia, también para el continente europeo”, afirmó.
Finalmente, el Santo Padre agradeció a las personas presentes en esta audiencia por llevar a un niño ya que “siempre la presencia de un niño le quita la ‘etiqueta’ al encuentro, porque son libres, hacen lo que quieren y si los dejas ahí, irán para cualquier lado” e invitó a “mirar siempre a los niños, porque nos muestran esa zona de libertad que nos hace respirar bien”.
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