Desde hace unas semanas el Pontífice repite mensajes de concordia y tranquilidad al país asiático. ¿Qué está pasando? ¿De dónde viene esta nueva crisis internacional?
Papa Francisco lleva dos semanas seguidas poniendo el foco de sus mensajes en el Angelus del domingo sobre Sri Lanka.
El día 10 de Julio se unía al dolor del pueblo de Sri Lanka, que explicó: “continua sufriendo los efectos de la inestabilidad política y economica». “Renuevo mi llamamiento por la paz y a no olvidar el grito de los pobres y la necesidad de la gente” y el 17 de julio afirmó: “Me uno a los jefes religiosos en el implorar a todos que se abstengan de toda forma de violencia e inicien un proceso de diálogo por el bien común”.
El gobierno de Sri Lanka se encuentra, en estos momentos en su peor crisis económica desde que se fundara el país. Por todo ello, el país asiático está sumido en una ola de protestas, que incluso ha llegado a que los manifestantes asaltaran la residencia oficial del presidente de Sri Lanka.
¿Qué está pasando en Sri Lanka?
«La situación económica del país es gravísima. Hay muchísima gente pobre, sin medicinas ni comida. Las personas esperan haciendo colas de kilómetros y kilómetros para comprar combustible, gas, leche en polvo, azúcar, arroz, medicinas… Un gran número de gente ha muerto en las colas mientras esperaba para poder adquirir productos de primera necesidad. Hay niños que han muerto por falta de seguridad en sus hogares, al estar los padres ausentes por tantísimo tiempo”, así describe a AIN, Mons. Valence Mendis, obispo de Kandy y administrador apostólico de Chilaw, la terrible situación que están sufriendo.
La Iglesia local no da abasto y también los sacerdotes y los religiosos están siendo gravemente afectados por la crisis: “Muchísima gente ha perdido su trabajo y los precios han subido de manera astronómica. No nos da para nada”, añade el obispo.
Los problemas de Sri Lanka están relacionados por una una severa crisis financiera causada por las corruptas prácticas políticas y económicas, que incrementaron su deuda exterior. Además de eso, se está produciendo una enorme inflación y regulaciones erráticas que han disminuido la cosecha y los cultivos en el país durante los últimos dos años. La pandemia y el coronavirus eliminaron la única fuente de ingresos del extranjero: el turismo.
La sociedad de Sri Lanka se levantó en una revuelta nacional en el que se pidió la renuncia del presidente Gotabaya Rajapaska. El viernes 15 de Julio Rajapaska presentó, finalmente su dimisión desde Singapur, adonde había llegado procedente de Maldivas, tras su huida del país.
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