“Pedimos a Dios que no falten los corazones generosos”: párroco de Atoyac, Guerrero
“Oración y acción” para ayudar a cientos de hermanos en
desgracia, es el llamado que hace el padre Ricardo Pérez, responsable de la
parroquia Santa María de la Asunción, de la cabecera municipal de Atoyac,
Guerrero, en donde la mayoría de las comunidades fueron severamente afectadas
por las tormentas tropicales “Manuel” e “Ingrid”.
“En primer lugar le
pedimos a Dios que no falten los corazones generosos, para que como nos dice el
Evangelio, desde nuestra pobreza aportemos un poquito; también necesitamos de
las oraciones de todos para que podamos seguir dando nuestro apoyo a tanta
gente afectada y, por último les
solicitamos a todos que sigamos uniendo nuestras fuerzas para aportar un
granito de arena con recursos materiales”.
En entrevista telefónica, el sacerdote relató que la
realidad de la Costa Grande de Guerrero es muy crítica, ya que a raíz de la
crecida de los ríos muchas comunidades se encuentran incomunicadas, situación
que podría empeorar en las próximas horas debido a las lluvias que desde la tarde
del martes azotan nuevamente esa zona.
Señaló que la comunidad se ha unido a la parroquia para
apoyar en lo posible a los hermanos más afectados, especialmente en donde la
ayuda del Estado no está llegando por lo
difícil que resulta el acceso. “Lo estamos haciendo a pié y cómo podemos, la
gente lo hace de buen corazón, pero no es fácil avanzar”.
Sobre la situación de la localidad de El Paraíso, ubicada
muy cerca de comunidad de La Pintada que fue enterrada casi en su totalidad por
el desgajamiento de un cerro, el padre Ricardo Pérez dijo que hay más de 130
personas albergadas en la parroquia Santa María de Guadalupe.
Indicó que el párroco, P. Salvador Salmerón Salmerón, ha
podido bajar en dos ocasiones a la cabecera municipal para llevar un poco
alimentos, ropa, medicina y otros artículos de primera necesidad para toda la
gente que se encuentra en la parroquia, “aunque las necesidades son muchas”.
“El P. Salvador no relato que la gente se ha organizado para
hacer una cocina comunitaria, que los hombres tratan de limpiar las viviendas y
las mujeres se ocupan de los niños para que no se enfermen, que todos se están
ayudando unos a otros para sostenes la vida como se pueda”.
“La Iglesia está tratando de infundir paz para que no se
alarmen y desde nuestra fe y la caridad de Cristo vamos a seguir dando lo que
podamos en estos momentos difíciles, esperando en Dios que no se presenten más
complicaciones por las lluvias que están afectando nuevamente la zona”, expresó
el P. Ricardo Pérez.
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.512921915448055.1073742
“Oración y acción” para ayudar a cientos de hermanos en
desgracia, es el llamado que hace el padre Ricardo Pérez, responsable de la
parroquia Santa María de la Asunción, de la cabecera municipal de Atoyac,
Guerrero, en donde la mayoría de las comunidades fueron severamente afectadas
por las tormentas tropicales “Manuel” e “Ingrid”.
“En primer lugar le
pedimos a Dios que no falten los corazones generosos, para que como nos dice el
Evangelio, desde nuestra pobreza aportemos un poquito; también necesitamos de
las oraciones de todos para que podamos seguir dando nuestro apoyo a tanta
gente afectada y, por último les
solicitamos a todos que sigamos uniendo nuestras fuerzas para aportar un
granito de arena con recursos materiales”.
En entrevista telefónica, el sacerdote relató que la
realidad de la Costa Grande de Guerrero es muy crítica, ya que a raíz de la
crecida de los ríos muchas comunidades se encuentran incomunicadas, situación
que podría empeorar en las próximas horas debido a las lluvias que desde la tarde
del martes azotan nuevamente esa zona.
Señaló que la comunidad se ha unido a la parroquia para
apoyar en lo posible a los hermanos más afectados, especialmente en donde la
ayuda del Estado no está llegando por lo
difícil que resulta el acceso. “Lo estamos haciendo a pié y cómo podemos, la
gente lo hace de buen corazón, pero no es fácil avanzar”.
Sobre la situación de la localidad de El Paraíso, ubicada
muy cerca de comunidad de La Pintada que fue enterrada casi en su totalidad por
el desgajamiento de un cerro, el padre Ricardo Pérez dijo que hay más de 130
personas albergadas en la parroquia Santa María de Guadalupe.
Indicó que el párroco, P. Salvador Salmerón Salmerón, ha
podido bajar en dos ocasiones a la cabecera municipal para llevar un poco
alimentos, ropa, medicina y otros artículos de primera necesidad para toda la
gente que se encuentra en la parroquia, “aunque las necesidades son muchas”.
“El P. Salvador no relato que la gente se ha organizado para
hacer una cocina comunitaria, que los hombres tratan de limpiar las viviendas y
las mujeres se ocupan de los niños para que no se enfermen, que todos se están
ayudando unos a otros para sostenes la vida como se pueda”.
“La Iglesia está tratando de infundir paz para que no se
alarmen y desde nuestra fe y la caridad de Cristo vamos a seguir dando lo que
podamos en estos momentos difíciles, esperando en Dios que no se presenten más
complicaciones por las lluvias que están afectando nuevamente la zona”, expresó
el P. Ricardo Pérez.
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