El día 25 de octubre toma posesión el nuevo Arzobispo de Madrid Carlos Osoro. Y hace unos días, el día 10 de octubre, tuvo lugar la despedida, en la Catedral de la Almudena, del anterior Arzobispo, Antonio María Rouco Varela, Arzobispo y Cardenal. Antonio María Rouco ha estado 20 años como Pastor en la diócesis de Madrid y en esos 20 años ha sabido mantener su fidelidad a la Iglesia, con su peculiar forma de ser, con su seriedad innata, con su carisma como pastor, con su deseo de transmitir el mensaje exigente y cautivador de Jesucristo. Podemos decir que Rouco generosamente ha cumplido su mandato; como él mismo dice no son tiempos fáciles y hay que asumir las exigencias del sitio y de la época en la que se vive. España necesita pastores valientes que se decidan con firmeza a hacer atractivo y renovador el mensaje, a veces difícil, de un Jesucristo que siempre nos ama. Las palabras de despedida del Cardenal han sido unas palabras que nos hablan con clara evidencia de la difícil situación que vive nuestra nación española, nación anclada en una corrupción materialista que se aleja de las realidades éticas y morales, anclada en una pérdida desorbitada de valores, anclada: en lo pasajero, en lo caduco; aquí están sus palabras: “En la difícil y compleja hora histórica que vive y vivirá España, habrá que orar y mucho por la Iglesia y sus pastores, por las familias, por los jóvenes y por los niños, ya que se van a poner a prueba la firmeza y la claridad de nuestra fe en Cristo”; y continúa:\" La oración nos ayudará a mantenernos como la luz y la sal de la nueva tierra\". Para finalizar ha dado gracias al Señor por estos años en los que ha procurado vivir dignamente el ministerio qué el mismo Jesucristo, a través de su Iglesia, le había encomendado. Y desde ahora ya recemos por el nuevo Arzobispo para que reciba la luz de Jesucristo y pueda y sepa ser firme pero a la vez amable, valiente pero a la vez cercano, sepa ser como el papa Francisco un ejemplo de amor hacia todos.
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