El Santo Padre recordó, al presidir el rezo del Ángelus de hoy, que el mes de mayo es el de la Virgen María y solicitó confiarse a ella para que “nos guíe de la mano; nos ayude a acoger en los acontecimientos del mundo los signos de la presencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo; nos de amor por el Señor Jesús con todo el corazón para caminar hacia la visión de la Trinidad”.
“La pedimos también que ayude a la Iglesia, que sea misterio de comunión, para ser siempre comunidad hospitalaria, donde cada persona, especialmente pobre y marginada, pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada”.
Luego de rezar el Ángelus, Francisco se refirió otra vez a Santa María pidiendo que “la Virgen ayude a cada familia a ser ‘casa de acogida’”.
También recordó que en la ciudad francesa de Bayona hoy fue proclamado beato el sacerdote Louis-Edouard Cestac, fundador de las Hermanas Siervas de María. “Que su testimonio de amor a Dios y al prójimo y por la Iglesia nos dé un nuevo estímulo para vivir con alegría el Evangelio de la caridad.
Por último, y como Obispo de Roma, invitó a los fieles a la procesión el próximo jueves del Corpus Domini, en la tarde de Roma, en la Plaza de San Juan de Letrán, donde también celebrará la Santa Misa “y adoraremos al Santísimo Sacramento caminando hasta la plaza de Santa María la Mayor”.
“Les invito desde ahora a participar en este solemne acto público de fe y de amor a Jesús Eucaristía, presente en medio de su pueblo”.
Desde que comenzara el mes de mayo, Mes de María, el Santo Padre se ha referido en varias ocasiones a la Virgen. En la primera audiencia general del mes, el día 6, alentó a los jóvenes y enfermos a buscar refugio en la Madre de Dios en los momentos difíciles y especialmente en este mes mariano: “Un pensamiento particular dirijo a los jóvenes, a los enfermos y a los jóvenes esposos. El viernes pasado hemos iniciado el mes mariano. Que la Madre de Dios, queridos jóvenes, sea su refugio en los momentos más difíciles; que los sostenga, queridos enfermos, para afrontar con coraje su cruz cotidiana, y sea su referencia, queridos jóvenes esposos, para que su familia sea un hogar doméstico de oración y recíproca comprensión”.
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