El 12 de febrero de 2013, un día después de la renuncia del Papa Benedicto XVI, un grupo de activistas del Femen ingresó a la Catedral de Notre Dame haciéndose pasar por turistas, y se dirigió a la zona donde se exponía una de sus campanas, “Marcel”, en honor a los 850 años de construcción del templo.
Las activistas de Femen se descubrieron el pecho y comenzaron a golpear la campana con palos mientras gritaban: “No más Papa”. En sus pechos llevaban escritos mensajes como “No more Pope” (No más Papa), “Pope game over”(Se acabó el juego Papa) y “Bye bye Benedict” (Adiós Benedicto).
También gritaban “In gay we trust” (Confiamos en lo gay), debido a que el día anterior la Asamblea Nacional de Francia aprobó el proyecto de ley sobre el matrimonio homosexual.
Las activistas fueron detenidas y retiradas de la catedral por los guardias de seguridad. La campana quedó llena de rasguños.
El Tribunal Correccional de París solamente realizó un juicio sobre el daño material a la campana, pero no encontró culpables a las activistas de Femen porque, según dijeron a los medios, no había una forma de probar que las activistas hayan sido las que dañaron la campana solo por haberla golpeado con palos. Por su parte, las feministas indicaron en su defensa que habían cubierto los palos para no dañar la campana.
La Procuraduría de París apeló en contra de esta sentencia y solicitó que se multara a cada una de las ocho feministas acusadas con mil euros. Sin embargo, hoy, el Tribunal de Apelaciones emitió una sentencia a favor de Femen y sancionó a dos de los guardias de seguridad que las sacaron de la catedral con multas entre 300 y mil euros porque “emplearon mucha fuerza”.
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Ex activista de #Femen revela maltratos y abusos al interior del grupo http://t.co/MzGETzNAqv pic.twitter.com/pZMrzxgAIN
— ACI Prensa (@aciprensa) febrero 13, 2014
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