Su pretendiente, Latif Ahmed, se encuentra en la cárcel.
Según apunta el periodista Paolo Affatato de la agencia Fides, las mujeres pertenecientes a minorías religiosas en Pakistán son violadas, abusadas y obligadas a casarse contra su voluntad.
Alrededor de mil jóvenes sufren algunas de estas consecuencias, pero cuando se trata de mujeres hindúes o cristianas (principales minorías religiosas en Pakistán), su situación es aún más vulnerable porque los hombres musulmanes se sienten impunes ante los delitos que puedan cometer.
E incluso, en ocasiones, cuentan con el consentimiento de la policía.
“Es muy difícil hacer justicia y conseguir que se les castigue a los responsables. Porque en estos casos la policía no reacciona, o incluso peor, se une a los violadores”, apunta el abogado cristiano Sadar Mushtaq Gill, que ha llevado varios casos relacionados.
Las familias reciben presiones para que retiren las denuncias y por eso estas historias pocas veces salen a la luz.
El delito de la conversión forzada al islam está muy extendido y no se considera como tal por parte de las autoridades civiles.
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