CÓRDOBA, 31 Dic. 15 (ACI).- El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, ha enviado su carta semanal pastoral en la que felicita el año nuevo e invita a “una vida nueva, y más este Año de la misericordia que nos ofrece por parte de Dios más abundante gracia para la conversión”.
“Dios nos invita de nuevo a volver a su Casa, a la Iglesia, a los sacramentos del perdón y la Eucaristía, y para eso derrocha su gracia en nuestros corazones”, explica el Obispo y por eso anima a salir de “nuestras malas costumbres, nuestros vicios, nuestros pecados” aprovechando el inicio de un año nuevo que “nos invita a una vida nueva, a una vida de gracia, a una conversión radical”.
El uno de enero se conmemora la solemnidad de Santa María Madre de Dios, quien muestra “la belleza de una vida consagrada del todo a Dios y puesta al servicio de todos los hombres. Ella es Madre de misericordia para todos nosotros pecadores, por quienes ruega constantemente”.
El primer día del año también se celebra la Jornada mundial de la paz bajo “Vence la indiferencia y conquista la paz”. “La paz es un don de Dios que busca anidar en el corazón de cada persona, en el ámbito de cada hogar, en toda la sociedad y en el concierto de las naciones”, apunta el Prelado y precisa que al darnos Dios la paz “quiere darnos todos los dones, pero busca para ello corazones que acojan este don y trabajen activamente por difundir esta paz”.
“Vivimos en un mundo amenazado constantemente con acciones que rompen el equilibro y la paz del mundo: terrorismo, persecución, refugiados, trata de personas, esclavitud”, apunta el Obispo y precisa que actualmente “se está viviendo la tercera guerra mundial por etapas”.
Por eso, aprovechando la celebración de esta jornada Mons. Fernández anima a vencer la indiferencia con solidaridad “como ha hecho Jesucristo, que al hacerse hombre se ha unido de alguna manera con cada hombre, ha cargado con sus miserias y le ha llevado a la posada de su Iglesia, de la comunidad, para ser sanado de sus heridas”.
“Sólo una cultura de la solidaridad puede vencer el egoísmo de nuestras indiferencias”, asegura en la carta y pide aprovechar el año de la Misericordia para “salir al encuentro de toda persona que sufre, acercarnos a ella, dejarnos conmover por su situación y compartir su sufrimiento para aliviarlo con el bálsamo de nuestro amor”.
“Año nuevo, vida nueva. Que la misericordia de Dios sea la tónica de este año, para acogernos unos a otros en la verdad y en la caridad”.
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