Luego de algunas canciones entonadas por los niños, el Pontífice fue anotando en un cuaderno las preguntas que hacían los menores para luego responderlas de manera espontánea. Una de estas fue “¿nunca se enfada?”.
“Sí, me enfado, ¡pero no muerdo!”, respondió el Papa, provocando las risas de los niños. Las veces que me enfado, cuando alguien hace una cosa que no está bien, me viene un poco (de enfado). Pero me ayuda detenerme y pensar en las veces que yo he hecho enfadar a los demás. Y pienso y me pregunto: ¿Hice enfadar a alguien? Eh sí, tantas veces. Entonces no hay derecho de enfadarte”.
“‘Pero este hizo…’ Sí, pero si este hizo aquella cosa que es mala, que no es buena, llámalo y háblale como hermano, dialoga como hermano y hermana, dialoga, dialoga. Pero sin enfadarse, porque la rabia es venenosa, te envenena el alma”.
“Tantas veces –dijo- he visto niños y jóvenes espantados ¿Por qué? Porque los padres, o la escuela, les gritan. Y cuando uno está enfadado y regaña hace mal, hiere: regañar a otro es como dar una cuchillada al alma, no hace bien esto. ¿Lo entendieron bien?
“Yo me enfado, sí, algunas veces me enfado, pero me ayuda pensar en las veces en que hice enfadar a otros, esto me serena un poco, me deja un poco más tranquilo. Enfadarse es algo que hace mal no solo a la otra persona, te hace mal a ti mismo, te envenena. Hay gente, que seguramente conocen, que tienen el alma amarga, siempre con amargura, que viven enfadados. ¡Parece que todas las mañanas se lavan los dientes con vinagre para estar así enfadado! Gente que es así…es una enfermedad”.
“Se comprende, si hay una cosa que no me gusta, me enfado un poco. Pero esto, la costumbre de enfadarse, la costumbre de gritar, la costumbre de regañar a los otros, ¡esto es un veneno!”, insistió Francisco.
Por ello, les dijo: “Les pregunto, y cada uno responda en su propio idioma: ¿cómo era el alma de Jesús, dulce o amarga?”. “¡Dulce!”, respondieron los niños.
“Era dulce, ¿por qué? –insistió el Papa-. Porque cuando se enfadaba, esto no llegaba a su alma, era solo para corregir, y después volvía a la paz”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) diciembre 31, 2015
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