En 2014, la familia de las Carreras-Molina se preparaba para recibir al noveno hijo. En la tercera ecografía, los médicos notificaron que el pequeño Santos tenía Síndrome de Down.
En conversación con ACI Prensa, Luz Molina, mamá de Santos, contó que nunca se lo cuestionaron, sino que avanzaron con inquietud y un poco de miedo, sentimientos que el mismo pequeño se encargó de disipar con el tiempo.
El primer regalo que les dio Santos fue el encuentro que tuvieron como familia con el Papa Francisco en julio de 2014, cuando ella estaba embarazada.
“Escribimos al Papa Francisco contándoles nuestra historia. Rezamos mucho a San José y él nos respondió que nos recibiría en Casa Santa Marta. Allí conversamos y nos regaló a cada uno un rosario, también uno a Santos. Fue un encuentro de mucho cariño, muy lindo”, manifestó.
Santos nació en octubre de 2014 y fue bautizado por Mons. Sergio Fenoy, en ese entonces Obispo de San Miguel. Él expresó que el Bautismo, y en especial la vida de Santos, es como “una ventana al cielo”, frase que quedó marcada en el corazón de la familia.
“Cuando él dijo eso sonaba muy teórico pero luego fuimos entendiendo que sí, se abre una ventana al cielo porque ellos (los niños con Síndrome de Down) están siempre con una sonrisa, te muestran lo importante, que todo momento difícil pasa”, explicó.
Luz y su esposo Mariano se alertaron de inmediato cuando comenzó la discusión del aborto en el parlamento, en abril de este año, porque “estos chiquitos son los primeros en la lista. La ley propone el aborto de ellos hasta los nueve meses de gestación”, de acuerdo a Luz.
“Me puse muy triste y le dije a mi marido: tenemos que mostrarle al mundo que estamos felices con estos chicos, decirles que su vida vale la pena. Tocar los corazones”.
Fue así como el matrimonio organizó un encuentro familiar que llevó por lema “Qué bueno que están con nosotros”, y con un simple llamado a través de las redes sociales unas 30 familias con hijos con Síndrome de Down se reunieron el pasado 15 de abril.
Las familias llegaron desde distintos puntos de la capital hasta la casa de la familia en el barrio Bella Vista. Compartieron, dialogaron, se crearon lazos y se tomaron una foto grupal.
Simplemente quisieron demostrar “que a pesar de las dificultades, la vida es mucho más alegre y feliz desde que ellos están en nuestras vidas”, dijo Luz.
“Cada vida es un misterio que tiene que ser descubierto y es bueno dar lugar al plan que Dios para cada uno. Y en este lugar de paso también podemos ser felices, recibir de los demás lo mejor y dar lo mejor de cada uno. Pero el aborto trunca ese proyecto de Dios”, reflexionó.
“En estas situaciones, a veces, se tiene mucho miedo a lo desconocido pero siempre que uno abre las puertas a la vida, se recibe mucho más de lo que uno da”, concluyó Luz.
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