Esta ceremonia tendrá lugar en la basílica de la Sagrada Familia el sábado 7 de noviembre a las 11.00 a.m, (hora de Madrid), la celebración estará presidida por el Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona y concelebrada por el cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo emérito de Barcelona y el nuncio apostólico de la Santa Sede en España , Mons. Bernardito Auza.
Se podrá seguir en directo a través de la web diocesana, 8TV, Ràdio Estel y Radio María.
Según precisan desde la Archidiócesis, a la ceremonia asistirán, además de los familiares del futuro beato, tanto autoridades como los miembros de la Asociación de Amigos de Joan Roig, que hace unos 30 años empezó a promover la causa de beatificación de éste mártir.
El acto se celebrará siguiendo las medidas de seguridad y aforo previstas para el control de la pandemia de coronavirus, por eso el aforo de la Basílica de la Sagrada Familia estará reducido a un tercio y se mantendrá la distancia mínima de 1,5 metros, el uso de mascarilla y de gel hidroalcohólico.
Carta del Cardenal Juan José Omella
El Cardenal Juan José Omella recordó en su carta semanal del pasado 1 de noviembre la figura del joven Joan Roig Diggle, cuyo único motivo de su muerte fue porque era cristiano “de corazón y de hechos y vivía con Jesús una profunda amistad que esparcía con ardor entre todos los que se le acercaban”.
El día 11 de septiembre de 1936 un pelotón de hombres de la FAI, organización anarquista radical, fueron a buscar a Joan Roig a su casa. Él consumió el Santísimo que guardaba y se despidió de su madre en inglés diciéndole “God is with me” (Dios está conmigo). Al amanecer del 12 de septiembre fue fusilado. Le dispararon 5 tiros al corazón y uno de gracia en la nuca.
El Cardenal Omella pone como ejemplo a este joven como modelo de vida “como un tesoro de bondad y de santidad” y destacó que no se trata de una figura “de un tiempo lejano” sino que “su manera de ser y de actuar habla a nuestro tiempo, complejo y difícil, que conoce el azote de la pandemia del coronavirus, que ha extendido el sufrimiento y la soledad, y que está provocando la muerte de miles de personas, la mayoría ancianos”.
“También la vida y la muerte de Joan se dieron en un tiempo convulso e incierto, en el que los conflictos y las injusticias se pretendían resolver por la vía de la violencia”, asegura.
Además, el Arzobispo de Barcelona también destacó que “la profunda relación de Joan con Dios le hizo ser consciente de las dificultades sociales y económicas del momento y a querer intervenir activamente en la búsqueda de soluciones”.
“Estamos ante un joven de diecinueve años, trabajador y estudiante, hombre de sólida cultura e infatigable lector de los documentos papales, que es capaz de comunicar el valor inmenso que tiene el pensamiento social de la Iglesia”, apuntó.
El Cardenal Omella aseguró que la situación que vivió Joan Roig es “en algunos aspectos similar a la crisis que estamos viviendo ahora”, y por eso la vida del joven mártires destaca “la existencia de un anhelo de justicia social” en el seno de la sociedad, pero alertará del riesgo de que este anhelo busque la solución por la vía violenta. Él defenderá que “la única y verdadera justicia social” es la que emana del Evangelio de Cristo y la que se plasma en la Doctrina Social de la Iglesia.
El Arzobispo de Barcelona también manifestó su deseo de que este joven “que vivió en clave de amor toda su vida, nos ayude a descubrir nuestra verdadera vocación de entrega a Dios y de servicio amoroso a los hermanos, y nos ayude a ser buena semilla que transforme y evangelice a todo el mundo”.
Recordó que “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos” y deseó que “la semilla sembrada por Joan dé mucho fruto”, por eso animó a pedir la intercesión del beato Joan Roig Diggle para descubrir “a Dios, que habita en nuestro interior, y seamos capaces de acoger y seguir las inspiraciones de este joven mártir”.
Breve biografía
Joan Roig Diggle fue un joven laico que murió con 19 años a los inicios de la Guerra Civil. Nació en la Barcelona de 1917 en una familia catalano inglesa.
Su educación empezó en los Hermanos de La Salle y siguió en los Escolapios en Barcelona.
Después de que su familia sufriera un revés económico, tuvieron que trasladarse a la zona del Masnou, en Barcelona (España), lo que supuso un gran cambio para Joan Roig. Allí entró en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña.
Allí participó en las tareas de la Federación, y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme.
Según precisan desde la Archidiócesis de Barcelona, Juan Roig era un líder nato al que en estas fechas había que eliminar “cueste lo que cueste”.
Uno de sus biógrafos aseguró que “el único motivo por el cual lo mataron fue porque era católico”, y “murió porque no tenía miedo de defender a Cristo”.
La noche del 11 de septiembre de 1936, unos milicianos golpearon la puerta de la casa de Joan Roig.
Consciente de lo que iba a pasar consumió las Sagradas Formas y se despidió de su madre en inglés diciendo “God is with me”, es decir, “Dios está conmigo”.
Joan Roig Diggle fue asesinado de cinco tiros dirigidos a su corazón y uno de gracia en la nuca.
Las últimas palabras que salieron de sus labios fueron: “Que Dios os perdone como yo os perdono”.
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