La Iglesia se vuelca con los damnificados: Oración a la Virgen de Guadalupe y ayuda efectiva a través de Cáritas
La lluvia ya no es bienvenida en Nicaragua, Honduras o en Guatemala. En estos días, una gota desata el terror.
Eta y Iota, dos huracanes categoría 4 en la escala Saffir-Simpson (cuyo máximo es 5) que arrasaron con vidas humanas, viviendas, sembradíos, escuelas, carreteras e infraestructura de comunicaciones, son los culpables de este nuevo miedo. Y también la pandemia del coronavirus.
La pobreza acecha a millones de personas. Muchas de ellas incomunicadas aún por las inundaciones que los dos meteoros dejaron en buena parte de Centroamérica. Y detrás de la pobreza, la muerte.
La situación, una semana y media después del paso de Iota, es de alarma general. Más cuando en los centros de refugio, la pandemia provocada por la Covid-19 puede generar una ola de mortandad aún mayor de la que provocaron los huracanes.
Invocar la protección maternal de Santa María de Guadalupe
La situación es de tal urgencia que se necesita, además de la oración por esos pueblos hermanos, la ayuda efectiva.
Por ello, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Cáritas lanzaron la iniciativa continental de llevar a cabo una jornada de oración el próximo 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. Para rezar por las víctimas de los huracanes en Centroamérica y en el archipiélago colombiano de San Andrés y Providencia.
“Nos sentimos solidarios y cercanos a todos nuestros hermanos y hermanas que han vivido y continúan viviendo el impacto de la situación excepcional y desoladora generada por la pandemia del Covid-19 y, de manera particular, con las poblaciones de América Central y del Caribe colombiano, que han sido duramente golpeadas por los dos huracanes consecutivos en este mes de noviembre”, dice la presidencia del CELAM en su comunicado dirigido a las conferencias episcopales del continente.
Además, CELAM y Cáritas hacen un llamado a la generosidad para la ayuda de emergencia. Solidaridad con las víctimas de ETA y IOTA
Según estos organismos de la Iglesia católica, en Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua hay “más de 5.3 millones de personas afectadas. 330.000 están viviendo en albergues temporales debido a la pérdida de sus viviendas, 171 han fallecido y son cuantiosos los daños materiales y económicos”.
“El objetivo de estas campañas es recabar apoyo económico de ayuda urgente, para que las redes de Caritas de estos cuatro países centroamericanos puedan atender a las personas más vulnerables y afectadas por esta crisis sanitaria y por el desastre ocasionado por los huracanes”, dice el comunicado urgente del CELAM.
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¿Volverán las caravanas de migrantes?
Las consecuencias de los huracanes y la pandemia parecen no tener límites. Podrán, finalmente, afectar a países de tránsito y receptores de migrantes desesperados por la pobreza. Es necesaria la solidaridad con las víctimas por ETA IOTA. También aquellos aquejados por la pandemia y el precario sistema económico (que ya provocó una revuelta en Guatemala) que verán, como única salida, el reanudar las caravanas hacia el norte, particularmente desde Honduras.
Steve McAndrew, subdirector regional de la Cruz Roja para las Américas, describió en diálogo con CNN el alcance y la amplitud del daño de los huracanes como “realmente abrumadores”.
Y agregó: “Sabemos por la historia, sabemos por el huracán Mitch y otros desastres importantes como este que solo aumenta la desesperación de la gente por buscar mejores oportunidades en otros lugares”.
América Latina y el Caribe es, según la ONU, la segunda región más propensa a sufrir desastres naturales en el mundo después de Asia. Y de los países que con mayor dureza están sufriendo el cambio climático se encuentran, justamente, Guatemala, Honduras y en menor medida El Salvador y Nicaragua.
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