Las religiosas reciben a visitantes para retiros solitarios silenciosos y les invitan a contemplar el misterio de la Asunción de la santísima Virgen María al Cielo
Está solamente a un par de horas en coche de la Ciudad de Nueva York, pero el monasterio de Bethlehem, en Livingston Manor, Estado de Nueva York (EE.UU.), situado en las preciosas montañas Catskill, parece un mundo distinto.
Cualquiera que haya escapado de las presiones del mundo para ir a un retiro espiritual solitario en el monasterio puede dar fe de la tranquilidad que puede encontrarse en este lugar de imponente belleza natural, en medio de vastos bosques, colinas y lagos.
Retiros silenciosos y solitarios
Poder unirse a las hermanas de Bethlehem, de la Asunción de la Virgen y de san Bruno en su vida litúrgica de oración y labor silenciosas es, para muchos participantes de retiros, una oportunidad de empezar un nuevo capítulo en su vida marcado por un crecimiento y una renovación espirituales derivados del tiempo dedicado a prestar atención a Dios. Para otros, es sencillamente un bienvenido descanso del bullicio y ajetreo de la vida moderna que les deja como nuevos en cuerpo y alma.
Una historia de la Familia monástica de Bethlehem
Las hermanas que habitan este enclave idílico son parte de la Familia monástica de Bethlehem, de la Asunción de la Virgen y de san Bruno, una orden religiosa católica fundada el 1 de noviembre de 1950 tras la promulgación del dogma de la Asunción de la santísima Virgen María al Cielo.
Poco después de la promulgación del dogma, un grupo de peregrinos franceses recibió la vocación de establecer una nueva orden monástica que ayudara a compartir la vida de la Madre de Dios, presente en la Trinidad, en una vida de adoración silenciosa del Dios Padre. Así se fundaron las hermanas monásticas en Francia, seguidas de los hermanos monásticos en 1976. Hoy, cuentan con más de 600 monjas y 70 monjes en 34 monasterios de todo el mundo.
De Francia al nuevo monasterio de Livingston Manor, Nueva York
En 1986, por invitación de la archidiócesis de Nueva York, se ofreció a las hermanas un campamento de verano abandonado para fundar allí un nuevo monasterio, en Livingston Manor, Nueva York.
Tras partir hacia Estados Unidos en 1987, su fundadora, sor Marie, dijo a la pequeña comunidad: “Lo que les espera en Estados Unidos es oración, solamente oración, pero una oración que también es sacrificio”.
Al transformar el viejo campamento en lo que llaman “un jardín de la Santísima Trinidad”, las monjas esperaban crear un lugar donde cualquiera pudiera venir a presentarse ante el misterio de la Asunción de la Virgen María.
Una vida de adoración, silencio y soledad
Hoy, 14 hermanas de entre 32 y 75 años viven en el monasterio y comparten una vida de soledad, silencio y oración. Se describen a sí mismas como unas “pequeñas Naciones Unidas”, ya que hay monjas que son naturales de Francia, Bélgica, España, Líbano, Singapur, Corea y Canadá. Pronto se unirán tres hermanas de Austria, Polonia y México.
Un día típico para las monjas se define por adoración, silencio y soledad. Las hermanas siguen una tradición monástica que rememora la de los Padres del Desierto. Al amanecer, las monjas celebran la dicha del misterio de la Anunciación con un tiempo de lectio divina y de adoración en soledad. Luego, van a la capilla para celebrar la liturgia y recibir la Eucaristía. Tras pasar media hora en silenciosa acción de gracias, regresan a sus celdas para rezar. Tras un tiempo de estudio sigue una comida solitaria y luego ejercicio físico. Trabajo y oración, con la comida final del día en soledad antes de que las hermanas regresen a la capilla para las vísperas. Al cerrar el día, las hermanas regresan a sus celdas para rezar antes de acostarse.
La vocación del monasterio: artesanía a mano
Para poder mantener su hermosa vida de oración y adoración, las hermanas deben ganarse la vida a través de la artesanía. Realizan a mano preciosas piezas de porcelana y cerámica pintadas, rosarios hechos a mano y otras manualidades, disponibles para venta online y en la tienda del monasterio.
Visita el sitio web del monasterio de Bethlehem para ver su hermosa artesanía manual y descubrir las posibilidades de hacer un retiro solitario.
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