La carta de la ciudadana más anciana de Irlanda puede ayudarte a seguir adelante en estos tiempos de pandemia.
Nancy Stewart ha recurrido al papel y al bolígrafo para intentar dar a las personas que necesiten ánimos algo de aliento para atravesar esta pandemia. La carta de esta anciana ofrece un consejo es perfecto para cualquier situación difícil.
Sus palabras amables y cálidas ayudan de verdad a poner la vida en perspectiva y sus sencillas recomendaciones, como tomarse una taza de té y decir el rosario, son algo que todo el mundo puede incluir en su vida diaria.
Así que dedica unos minutos a leer su carta, que ha publicado en Facebook el padre Paddy McCafferty, un párroco de Belfast, Irlanda, y recuerda el poder de tu fe para superar los tiempos más duros.
A cualquiera que necesite un motivo para seguir adelante
Me llamo Nancy Stewart y nací el 16 de octubre de 1913. Este fin de semana cumpliré 107 años.
Imagina cumplir 107 en una pandemia global. Sin duda, esto es algo muy inusual incluso para mí, con todo lo que he pasado. Vivo en Clonard, en el Condado de Meath, y llevo viviendo en mi hogar más de 83 años.
Perdí a mi marido en un accidente de coche en 1989 y perdí a mis hijas gemelas, a Margaret en 2007, por esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y a Anne en 2010, por puro sufrimiento de haber perdido a su hermana. He perdido a todos mis amigos a lo largo de los años, una consecuencia de vivir tantísimo en esta tierra.
Soy muy afortunada por seguir teniendo tres hijas, Kathleen, Mary y Olive, y un hijo, Finian, más 84 nietos, bisnietos y tataranietos.
He afrontado muchos momentos desgarradores y también he pasado por muchos momentos difíciles en nuestro país, al ser testigo de las guerras mundiales, la división en nuestro pueblo y los numerosos momentos tristes de nuestra nación.
Hoy, te escribo para enviarte mi amor y ofrecerte mis oraciones. Pasamos por un tiempo muy difícil ahora en nuestro país, en nuestras vidas y en nuestro mundo. Pero me acerco a ti con esta carta para ofrecerte esperanza, fe y la creencia de que todo saldrá bien al final.
Estamos en otra fase de esta batalla contra el virus, pero saldremos adelante. Como con todo lo que he pasado desde el día en que nací en 1913, no importa lo mal que se pongan las cosas, soy la prueba viviente de que podemos sobrevivir y, en los años venideros, esto no será más que un recuerdo lejano.
Mi fe es grande y me ha ayudado a mantenerme optimista durante las dificultades que he encontrado. Te doy las gracias por conservar tu fe y por mantener fuerte tu resiliencia durante estos tiempos difíciles. Por desgracia, por el momento, ya no podemos acudir a un amigo y abrazarlo ni llamar a las puertas de los demás.
Pero quiero compartir mi historia aquí. Llevo confinada en mi casa desde marzo, junto con mi nieta Louise y, aunque ha habido momentos difíciles, los hemos superado juntas. Bebemos té. Rezamos. Cocinamos. Reímos. Hablamos por teléfono. Puedo incluso hacer videollamadas con muchos familiares y amigos y estoy haciendo amigos nuevos cada día que Dios me da en esta tierra.
Y es importante poder decir esto. Si sientes que tienes el ánimo bajo, asegúrate de que intentas llamar a alguien o incluso de que sales a dar un paseo. También le pido a Dios que me ayude cuando me siento alicaída. Son tiemposduros para todos, pero, por favor, asegúrate de que te cuidas bien y te pones tu mascarilla. Si te mantienes sano o sana, tu mente estará sana también.
No dejes de hablar con los demás. Toda mi vida siempre he creído en el poder de una charla y de un té y de decir una oración o una decena del rosario, y me ha ayudado a salir adelante. En este momento tenemos que conservar la fe y seguir creyendo en que todo saldrá bien.
Debemos intentar asegurarnos de no dejar a nadie atrás y también de que no nos perdemos de vista. Es el momento de que la humanidad dé un paso adelante para cuidar del prójimo. Debemos cuidarnos a nosotros mismos, pero también tener en cuenta a los que nos rodean. Levanta la vista y sonríe aunque lleves puesta la mascarilla.
Tus ojos sonreirán y quizás eso sea todo lo que necesite otra persona para seguir adelante. Ninguna buena obra pasa desapercibida, así que esfuérzate al máximo para seguir siendo buena persona. No estamos aquí para vivir por nosotros mismos, sino para vivir por los demás.
No puedo creer que haya llegado a esta edad, siento como si me hubiera quedado en los 50, pero ahora que estoy aquí, todo le puedo decir es pedir por favor a Dios que me permita llegar a mi próximo cumpleaños. Siempre debemos mirar adelante. No puedo creer que sea la persona más anciana de Irlanda viviendo en mi propia casa, no me siento tan vieja.
Cuando Dios me quiera, vendrá a llevarme, pero yo seguiré disfrutando de mi vida por ahora, seguiré queriendo a mi familia y seguiré diciendo mis oraciones día tras día… Ah, y mi consejo es comer mucha comida saludable. Buena comida y mucho té es mi secreto para una vida larga, además de mantener una actitud tan positiva como podamos. Siempre debemos mirar adelante y confiar en que todo saldrá bien.
Muchas gracias por pensar en mí en tus oraciones y en tus pensamientos, prometo que pensaré en ti en los muchos rosarios que digo cada día.
Muchas gracias por leer mi carta también y espero haberte ayudado, aunque sea un poquito, a sentirte menos solo o sola en este momento. Siempre hay esperanza y mientras sigamos hablando los unos con los otros, ningún día parecerá vacío y podremos salir de esto juntos. Sólo hace falta una pequeña vela para iluminar la oscuridad y, dentro cada uno de nosotros, podemos ser esa luz para el mundo.
Esta época difícil pasará, sin duda, como todas las demás, y lo único importante es que nos ayudemos mientras dure.
Muchas bendiciones y mucho amor,
Abuela Nancy
Clonard, Condado de Meath (Irlanda)
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