El 12 de noviembre, la Pastoral Social de Cáritas Ecuador publicó el informe “Impacto de la pandemia en las familias acompañadas por la Red de Cáritas Ecuador”, que describe la grave crisis económica, social y psicológica que las familias más pobres del país afrontan hoy, en comparación a antes de la pandemia.
La investigación tuvo una muestra de 160.264 familias atendidas entre marzo y agosto de este año por quince cáritas diocesanas. Además, incluye testimonios de actores clave y autoridades eclesiásticas cercanas a las realidades de los grupos más vulnerables de Ecuador.
En relación al empleo, el 88% de los jefes de hogar se encuentran en vulnerabilidad económica, pues la mitad están desempleados y el resto, subempleados. De los primeros, el 78% está buscando empleo hace 6 meses y 1 año y de los subempleados, solo el 12% tiene un ingreso fijo.
Además 9 de cada 10 jefes de hogar que generan ingresos no teletrabajan, pues son obreros, dependientes de almacén, emprendedores, agricultores, vendedores informales y jornaleros.
Esta situación hizo que el 24% de personas en Ecuador se vuelva pobre, una cifra similar prevista para fines de este año en América Latina y El Caribe. Según un informe del 15 de octubre de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pobreza llegará al 37% en la región (en 2019 era del 30%).
“Se observará un retroceso de 10 años en la generación de ingresos por habitante. El desempleo, al finalizar el 2020 será de 5 puntos porcentuales más”, o sea, “230 millones de personas estarán en pobreza (37%)”, lo que significa que “8 de cada 10 personas de la región vivirán con ingresos menores a los USD500 mensuales”, señaló CEPAL según el informe.
Las consecuencias de la pobreza ya se perciben en Ecuador y afectan sobre todo a la alimentación familiar, al acceso a una educación de calidad y a la atención integral de salud.
En relación a la alimentación, el informe indica que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador, 4.4 millones de personas en el país no pueden acceder a la canasta básica que es de 711,03 dólares.
Sobre la educación, el 88% de jefes de hogar con ingresos irregulares tienen hijos en plena edad de instrucción básica, pero “ganan menos de 3 dólares diarios”, monto insuficiente para darles una educación de calidad. Esto causa un alto riesgo de que sean pobres multidimensionales, indican.
Es importante mencionar que el 59% de jefes de hogar son analfabetos digitales y que solo el 69% de los jefes/as de hogar alcanza “una formación media”.
En un entorno y contexto mundial donde la educación es prioritariamente virtual, es alarmante que el 52% de los hogares no tenga internet y que solo el 23% tenga una computadora. Además, solo el 64% tiene un teléfono celular, no necesariamente Smartphone, y el resto no tiene ningún dispositivo.
Sobre la salud física, el informe reveló que durante el periodo de investigación, 5 de cada 10 familias estuvieron enfermas y de ellas, el 59% de jefes de hogar se enfermaron “por COVID-19 y molestias respiratorias”.
En cuanto a la salud mental, el 73% de las familias sufrieron “depresión, pérdida de sueño y temor al contexto actual”, hecho que para Cáritas Ecuador se refleja en el incremento de suicidios reportado por la prensa local.
El informe también señala que muchos jefes de hogar fueron víctimas de violencia. Del total, el 88% sufrieron agresiones psicológicas por parte de “amigos, comunidad, familia y pareja”, y el 12% fue víctima de violencia física principalmente por su pareja.
Además, el 23% de jefes de familia fueron víctimas de discriminación, no obstante, el 85% [en promedio] dice que es “igual que antes” de la pandemia. Sin embargo, el 39% de los migrantes opinó que la discriminación “es peor que antes”.
De cara a los resultados y en sintonía con el Papa Francisco, Cáritas Ecuador llamó a “tender la mano al pobre” en este tiempo de crisis y a futuro.
Cáritas Ecuador se comprometió a asumir el gran desafío de buscar alternativas para “aplacar el impacto de esta grave crisis” en las familias más pobres, pero precisó que esta meta “involucra a todos los que hacemos la sociedad ecuatoriana, como el Estado, la empresa privada y cada uno de nosotros, es una responsabilidad de todos construir país en comunidad”.
“Este es un tiempo favorable para volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo […] En esta crisis mundial todos estamos invitados a sumar acciones a favor de las personas más vulnerables”, concluyó.
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