Casi el 60% de los votantes de Washington aprobaron la medida.
Los obispos católicos de Washington dijeron que la medida promovía un programa educativo perjudicial para los jóvenes y contrario a las verdades de la dignidad y sexualidad humana y la formación parental de los niños.
La propuesta “no aborda de manera adecuada los complejos problemas morales vinculados a la sexualidad humana ni discute adecuadamente el sexo en el contexto del matrimonio”, dijo la Conferencia Católica del Estado de Washington. Sus requisitos sobre la enseñanza del consentimiento, por ejemplo, no abordan la idea de que la actividad sexual debe tener lugar solo entre cónyuges casados.
La Oficina del Superintendente de Instrucción Pública dijo que los distritos escolares públicos podrían elegir entre una variedad de planes de estudio de educación sexual completa y planes de estudios complementarios.
La oficina del superintendente estatal dijo que es apropiado que los estudiantes de cuarto grado aprendan a definir la orientación sexual y la identidad de género. Los grados posteriores aprenderían sobre relaciones saludables, consentimiento, crecimiento del desarrollo, las funciones de los sistemas reproductivos, cómo prevenir embarazos no deseados y ETS. También se supone que deben comprender las influencias de la familia, los compañeros, la comunidad y los medios de comunicación en las relaciones sexuales saludables.
Sin embargo, los obispos de Washington no estuvieron de acuerdo.
La conferencia de obispos argumentó que “las juntas escolares elegidas localmente no pueden determinar completamente su propia política en esta área sensible”. Explicó que aunque a los distritos escolares se les permite crear su propio plan de estudios basado en los estándares de salud del estado de 2005, el mandato de educación sexual no está financiado y, por lo tanto, es más probable que los distritos escolares dependan del plan de estudios estatal existente que crear el suyo propio sin fondos.
La conferencia católica advirtió que tal educación sexual puede tener un efecto en el ambiente general de la escuela.
“Los padres pueden excluir a sus hijos de la instrucción en el aula, pero no pueden excluirlos de las discusiones en el patio de la escuela y del cambio cultural que puede tener lugar en la escuela como resultado de (la educación integral en salud sexual)”, advirtió.
Los obispos citaron el documento Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, que enfatiza la necesidad de salvaguardar el derecho de los padres a “educar a sus hijos en el seno de la familia”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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