Lectio Divina: “He venido a traer fuego a la tierra y cuanto desearía que ya estuviera ardiendo”

¿Qué dice el texto?

El texto enuncia dos conceptos de suma importancia: bautismo y fuego. Por una parte, con el término bautismo se subraya que Jesús será sumergido en las aguas del dolor y de la muerte para expresar su fidelidad a la voluntad del Padre y dar a conocer su inmenso amor y misericordia hacia la humanidad.

Con el término fuego, se hace referencia al poder de Dios que purifica. En este sentido, parte de la misión de Jesús está en purificar a la comunidad de Israel, completando lo que es bueno y destruyendo lo que está corrupto. Así, con estas dos expresiones simbólicas, Jesús da un significado profético a su muerte violenta revelando el Juicio de Dios.

 ¿Qué me dice el texto?

En el fuego de la purificación está aquella fuerza que destruye con dolor el mundo viejo; es la entrega total del Señor a través de su Pasión y Muerte, cuya Resurrección dona al hombre el perdón y lo eleva a la gracia de ser hijo.

Por eso, contemplar la Cruz de Cristo es entrar en este fuego devorador fundado en el amor y la misericordia, que ahuyenta todo egoísmo y lava todo pecado. Es, desde esta Cruz, de la que subyace la auténtica Paz de reconciliación con Dios y con los hermanos; por eso, provoca la división porque no es una “paz barata” que “solapa” una vida hipócrita. La Paz es Cristo mismo, quien es el Juicio para superar todo “pacifismo aparente” que encubre estructuras de injusticia, y despedazar toda “falsa justicia” protegida por leyes humanas vinculadas al egoísmo que atentan contra la vida, la familia, el bien común y la dignidad de la persona.

Seguir a Cristo conlleva, entonces, la mirada constante al «Traspasado» para purificar y renovar nuestra vida sin olvidar las exigencias de esta elección, en la que se entrelazan la libertad divina y la libertad humana.

 

¿Qué me hace decir el texto?

Padre, que en la Cruz de tu Hijo, signo de contradicción, revelas los secretos de los corazones, haz que la humanidad no repita el trágico rechazo de la verdad y de la gracia, sino que sepa discernir los signos de los tiempos para crear lazos de fraternidad y de justicia. Que tu amor sea más fuerte que todas las dificultades y el perdón cure todas nuestras heridas. Amén.

 

¿Qué me motiva hacer el texto?

Más que admiración y reverencia, Jesús exige de nosotros conversión y decisión. No podemos seguir siendo cristianos de “deseo” (deseo ser una buena persona, deseo dejar de beber, deseo dejar de ser infiel, deseo…), tenemos que ser cristianos de “voluntad”: pues en el fuego de su amor se va quemando todo tipo de falsedad y de mediocridad.

No contentes tu conciencia con una pequeña obra buena; no hagas lo mínimo para que sientas que eres un buen cristiano. ¿Qué es lo máximo que puedes hacer como cristiano? ¿Qué te exige Cristo en la Cruz? ¿Qué es lo que le pides que purifique en ti para que vivas con dignidad su amor? ¿A qué te comprometes con este fragmento del Evangelio? 
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