Chimbote vive una fiesta de fe. Con palomas y globos al viento, los pobladores agradecieron a Dios por haber mirado al Perú como tierra para sembrar mártires.
La tarea de estos buenos samaritanos no sólo quedó plasmada en un hermoso monumento con el rostro de los dos jóvenes sacerdotes franciscanos conventuales Miguel Zbigniew y el sacerdote diocesano Sandro, sino también en los corazones de todos los chimbotanos.
En la develación del monumento a la fe también participaron monseñor Miguel Cabrejos Vidarte Arzobispo Metropolitano de Trujillo y el alcalde de la Provincia distrital del Santa Julio Cortez Rojas entre otras personalidades de la Iglesia Católica.
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En las próximas horas serán elevados a los altares tres sacerdotes que llegaron de Polonia y se santificaron en tierras peruanas. La Iglesia en Chimbote celebra la fe y la caridad, virtudes que se enturbian por la indiferencia y el olvido de las cosas de Dios. “Nosotros tenemos también que ser testigos, quizás el Señor no nos pida el testimonio de la sangre, pero cada día debemos vivir el evangelio, aseguró monseñor Piñeiro durante ésta significativa ceremonia para los pobladores de Chimbote.
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