Este niño apareció en un video que difundió el ISIS en febrero del año pasado y que fue grabado en el Instituto Al Farouq ubicado en Raqqa (Siria) que, según los yihadistas, es el principal centro de entrenamiento para los niños suicidas, conocidos como “los cachorros del
califato”.
En el video los niños tiemblan, algunos no levantan los rostros. Los hacen gritar “por el yihad, por el yihad”. Después el instructor dice: "Por la gracia de dios en los próximos días
estarán en las líneas de frente de la lucha en contra de los infieles".
A child soldier who escaped Isis has revealed harrowing details about his time in Raqqa https://t.co/Dq386nez7k pic.twitter.com/KGIgbtnHiC
— The Independent (@Independent) enero 18, 2016Poco después de este suceso Nasir –nombre ficticio por razones de seguridad- logró escapar del Estado Islámico. En una entrevista concedida a CNN, a quienes pidió no revelar su identidad, dio testimonio de las atrocidades que experimentó en el campo de entrenamiento.
"Cuando nos estaban entrenando nos decían que nuestros padres eran infieles y que nuestro primer trabajo era volver para matarlos", indicó. También dijo que los yihadistas les
repetían constantemente que ellos eran su única familia.
"Éramos 60. Los momentos más aterradores para nosotros eran cuando había ataques aéreos. Nos conducían bajo tierra, hacia los túneles para que nos escondiéramos. Nos decían que los estadounidenses, los infieles, estaban tratando de matarnos pero ellos, los guerreros, nos amaban. Cuidarían de nosotros mejor que nuestros padres", contó.
Incluso comentó que el menor de los niños tenía cinco años y que la corta edad de este no representaba ningún impedimento para que el ISIS lo entrara para asesinar.
Asimismo, Nasir comentó que los terroristas "no nos permitían llorar, pero yo pensaba en mi madre, pensaba en que se preocupaba por mí y lloraba en silencio. Cuando escapamos y vi a mi madre de nuevo, fue como volver a la vida".
Ahora Nasir vive el campo de refugiados Esyan en el Kurdistán iraquí junto a su madre.
CNN también cuenta la historia de Nouri, un niño de 11 años que fue secuestrado con su familia por el Estado Islámico y llevado prisionero al campo yihadista Tel Aafar, ubicado al norte de Irak.
Al igual que Nasir, Nouri fue llevado para el entrenamiento suicida. Pero él se negó y uno de los miembros del ISIS le quebró la pierna. Quedó cojo y por eso los terroristas lo liberaron. Uno de sus hermanos menores, Saman de cinco años, también fue soltado porque las golpizas
que le propinaba el ISIS lo traumatizaron.
Ambos fueron entregados a sus abuelos y viven con ellos actualmente. Sus padres y su hermano bebé siguen secuestrados.
Por otro lado, Azis Abdullah Hadur, un comandante peshmerga, explicó a CNN que el Estado Islámico envía a los niños al frente para atacar al ejército kurdo y que los hacen portar chalecos y suicidarse.
Añadió que “no sabemos cuándo se aproximan a nuestras posiciones, si están realmente escapando o si los han enviado para matarnos (…) Cuando logran atravesar nuestras líneas matan a nuestros combatientes. Es una decisión increíblemente difícil. No sabes qué
hacer porque si no los matas, ellos te matarán a ti”.
Sobre las personas que logran escapar del Estado Islámico, Hadur dijo que “cuando llegan hasta nosotros están tan delgados que apenas parecen humanos. Nos cuentan que han estado viviendo en un infierno".
La crueldad del ISIS con los niños que tratan de escapar no tiene límites. En noviembre del año pasado los terroristas ejecutaron a 12 niños soldado que intentaron huir de un campo de
entrenamiento militar en Irak.
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— ACI Prensa (@aciprensa) noviembre 2, 2015
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