Bangui – “Los guerrilleros del LRA continúan tomando como esclavos a los habitantes de las aldeas, transformándolos en transportadores y esclavos sexuales, y dando fuego a sus casas” afirma Su Exc. Mons. Nestor Desire Nongo-Aziagbia, obispo de Bossangoa en la República Centroafricana. Según el obispo, el Ejercito de Resistencia del Señor ha vuelto a ser una de las mayores amenazas para la paz, no solo en Centro-áfrica sino también en la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur. El último ataque ha sido el 21 de enero, cuando algunos miembros del LRA asaltaron la parroquia de San Andres de Bakouma en el sudeste de la República Centro-africana .
El grupo, nacido hace más de 30 años en el norte de Uganda, hace tiempo que ha extendido sus actividades a estos Países. A pesar de que no se señalan ataques en Uganda, el Sheikh Musa Khalil, vice presidente de la Acholi Religious Leaders Peace Initiative, una organización local dedicada a la reconciliación en la comunidad Acholi , afirma que “el grupo todavía tiene a nuestros hijos secuestrados desde hace tiempo. Su renacer complica que puedan regresar”.
Uno de los líderes del LRA, Dominic Ongwen, está bajo proceso ante la Corte Penal Internacional, mientras las fuerzas especiales de Uganda y de América están desplegadas en Centro-áfrica para dar la caza al jefe del LRA, Joseph Kony.
Pero según Mons. Nongo-Aziagbia “nuestra preocupación es que en realidad no exista la voluntad política de vencer a los rebeldes”.
Publicar un comentario