(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Hebe de Bonafini, 87 años, perdió a dos hijos y una nueva durante la dictadura militar en Argentina. Como tantos otros opositores al régimen, desaparecieron sin dejar rastro. Así, ella se convirtió en la fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo.
Este viernes por la tarde, ha tenido ocasión de ser recibida por el papa Francisco en Santa Marta. El encuentro –informó después en una rueda de prensa– fue largo y afectuosos.
Estuvieron reunidos durante algo más de una hora. La mujer le regaló al Santo Padre el típico pañuelo blanco representativo de la organización que fundó. Por su parte el Pontífice le entregó un rosario y un medallón con una imagen de la Virgen y el Niño Jesús.
“Nos hemos conmovido y nos hemos abrazado”, indicó. En el pasado, ella criticó al Papa y por eso ha pedido perdón. Ya hace tiempo, en una carta, admitió que se había equivocado, no conociendo el compromiso de Bergoglio por los pobres.
La fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo habló con el Papa sobre la dramática situación de Argentina, con la gente que está sin trabajo y que lucha por sobrevivir. El Santo Padre –indicó a los periodistas– escuchó con gran atención y dijo que de momento no puede ir a Argentina.
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